4º Domingo de Pascua, ciclo A
Hch 2,14.36-41 - 1Pe
2,20-25 - Jn 10,1-10
Usando un lenguaje simbólico, tomado de
la vida de los pastores,
Jesús denuncia a los falsos pastores
diciendo:
Quien entra al redil,
no por la puerta sino por otra parte, es
un ladrón y bandido.
Luego,
Jesús dice de sí mismo: Yo soy la puerta de las ovejas,
y
anuncia: Yo he venido para que tengan vida abundante.
El
pastor de las ovejas entra por la puerta
En aquella época y también en nuestros
días, hay malos pastores,
es
decir, malas autoridades que asaltan, roban, matan (Ez 34,1ss).
Al
respecto, con mucha razón, el III Concilio de Lima (1582-1583),
hizo
la siguiente denuncia que tiene actualidad:
A los curas y a otros ministros
eclesiásticos manda muy de veras
que
se acuerden que son pastores y no carniceros…
Es cosa muy fea
que los ministros de Dios se hagan
verdugos de los indios (III
acc, 3º).
No
usemos mal la imagen del pastor y las ovejas, afirmando:
*La Iglesia de Cristo no es una comunidad de
iguales…
sino que es una sociedad de desiguales (Vaticano I,
sobre la Iglesia).
*Solo en la jerarquía reside el derecho y la
autoridad… la multitud,
solo tiene el derecho de dejarse
conducir
(Pío XI, Vehementer Nos).
Muy
diferente lo que dice el Concilio Vaticano II (LG, n.11):
Por el bautismo, los fieles
cristianos tienen el deber de confesar
delante de los hombres la fe que
recibieron de Dios…
Por la confirmación, están obligados con mayor compromiso
a difundir y defender la fe, con
palabras y obras…
En la Iglesia doméstica, los padres deben ser para sus hijos
los primeros predicadores de la fe,
mediante la palabra y el ejemplo.
Como
miembros del Pueblo de Dios, tengamos presente que:
Jesús
es la puerta
por la que debemos entrar para conocer al Padre.
Jesús
es la puerta
que hace realidad entre nosotros el Reino de Dios.
Jesús
es la puerta
que da: -esperanza al que sufre, -paz al angustiado,
-confianza
al que tiene miedo, -fuerza al servidor comprometido.
Jesús
nos da vida en abundancia
Para que venga a nosotros el Reino de
Dios, ¿qué debemos hacer?
La
respuesta es: practicar las enseñanzas de Jesús y seguir su ejemplo.
Él,
después de cada anuncio de su muerte y
resurrección, nos dice:
*El
que quiere seguirme, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz
y
sígame. Porque el que
quiere salvar su vida, la perderá, pero
quien la pierde por mí y por el
Evangelio, la salvará
(Mc 8,34s).
*Si
alguien quiere ser el primero, que se haga el último…
El que recibe a un niño en mi nombre, a
mí me recibe
(Mc 9,35ss).
*Quien
quiere ser más importante, hágase
servidor de los demás…
Sepan
que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido,
sino
a servir y a dar su vida como rescate de
muchos
(Mc 10,43ss).
Sabiendo
que para cada noche hay siempre un claro
amanecer,
después
de esta epidemia del Covid-19 y del estado de emergencia…
no destruyamos la tierra, ni aumentemos el calentamiento global.
Para
ello, sabiendo que todos nosotros somos hermanos (Mt 23,8),
los
cristianos y personas de buena voluntad, sembremos esperanza:
-Trabajando por una sociedad más humana,
justa, solidaria…
teniendo
como punto de apoyo, en especial, a las personas indefensas.
-Multiplicando pequeñas comunidades
pobres entre los pobres, que
salgan,
se arriesguen y se ensucien para dar
Vida a los angustiados.
-Viviendo de manera sencilla, sin
dejarnos esclavizar por el consumo.
-Usando bicicletas en vez de vehículos
lujosos y contaminantes.
-Denunciando las ganancias
multimillonarias de los entrenadores
y
de los futbolistas, a costa de las personas pobres que van al estadio.
-Siendo simples servidores, como dice el
Papa Francisco:
El Santo Pueblo fiel de Dios es al que como pastores estamos
continuamente invitados a ver, proteger,
acompañar, sostener, servir.
Un padre no se entiende a sí mismo sin
sus hijos.
Puede ser un muy buen trabajador,
profesional, esposo, amigo;
pero lo que lo hace padre tiene rostro:
son sus hijos.
Lo mismo sucede con nosotros, somos
pastores.
Un
pastor no se concibe sin un rebaño al que está llamado a servir.
El
pastor, es pastor de
un pueblo, y al pueblo se le sirve desde dentro.
Muchas veces se va adelante marcando el camino,
otras detrás para que ninguno quede rezagado y, no pocas veces,
se
está en el medio para sentir
bien el palpitar de la gente.
(Carta
del Papa Francisco al Card. Quellet, 19-III-2016).
J. Castillo A.
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