jueves, 29 de noviembre de 2012

Se acerca nuestra liberación


I Domingo de Adviento (ciclo C)
Jer 33,14-16 - 1Tes 3,12-4,2 - Lc 21,25-36

Levántense… alcen la cabeza
Durante este tiempo de Adviento, que significa: llegada, venida;
nos preparamos, una vez más, para recordar el nacimiento de Jesús.
Siendo Adviento un tiempo privilegiado de ‘espera y vigilancia’,
escuchemos a Jesús que nos dice: Los pueblos se angustiarán
la gente desfallecerá de miedo… Veamos dos hechos muy concretos:
*Durante la dictadura militar argentina (1976-1983) la situación de las
mujeres prisioneras y embarazadas fue dolorosa. Después del parto
sus bebés terminaban en manos de militares o amigos del régimen
que no podían procrear; y ellas eran arrojadas al mar desde un avión.
Ante estas maldades, ¿podemos permanecer ciegos, sordos, mudos?
*La Pachamama -Madre Tierra- está enferma porque tiene:
-fiebre (calentamiento atmosférico),
-problema digestivo (lluvia ácida),
-problema en la piel o superficie (deforestación, desertificación),
-problema de deshidratación (falta de agua dulce, el líquido vital),
-problema respiratorio (exceso de carbono en la atmósfera), etc.
Ojalá los responsables de esta destrucción escuchen lo siguiente:
Para el hombre blanco un pedazo de tierra es igual a otro pedazo.
Para el hombre blanco la tierra no es su hermana
sino su enemiga porque, después de saquearla, la abandona.  
El hombre blanco trata a su madre la tierra y a su hermano el cielo,  
como cosas que se pueden comprar, saquear, vender. 
Su voracidad arruinará la tierra dejando detrás un inmenso desierto
(Carta que el Jefe Seattle escribió, en 1855, al presidente de los EE.UU).
Teniendo presente éstos y otros hechos, Jesús nos sigue diciendo:
Levántense… Alcen la cabeza… Se acerca el día de su liberación…
Debemos levantarnos como lo hicieron: -la suegra de Pedro (Lc 4,38-39);
-el paralítico (Lc 5,18-26); -Leví, cobrador de impuestos (Lc 5,27-28);
-dos jóvenes que habían muerto (Lc 7,11-17;  8,51-56); -el hijo menor
que dejó de cuidar cerdos (Lc 15,11-32); -Zaqueo que era un hombre
muy rico porque robaba y engañaba a los pobres (19,1-10).

No dejen que sus corazones se hagan insensibles
Este tiempo de Adviento coincide también con cierta propaganda
comercial, pues se usa ‘navidad’ para obtener ganancias económicas.
Por eso, quienes buscamos seguir a Jesús, escuchemos sus palabras:
Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se hagan insensibles
por el vicio… la borrachera… las preocupaciones de la vida… 
Tangamos cuidado para no quedar atrapados por el desmedido afán
de riquezas pasajeras, del bienestar material, de ‘la doce vita’
Debe ser lamentable vivir de manera rutinaria, frívola y vulgar;
como es lamentable haber perdido la salud para acumular dinero
y, después, gastar ese dinero para intentar recuperar la salud.
¿Tiene sentido vivir como si nunca vamos a morir
y, luego, morir como si no hubiéramos vivido?
A los que viven satisfechos, no les importa un futuro mejor para todos.
Tampoco se rebelan ante las injusticias y sufrimientos de los demás.
El tipo de vida que llevan les satisface y eso les basta.
Solo buscan: descansar, comer, beber, disfrutar… (Lc 12,16-21).
Se asemejan a los peces muertos que son arrastrados por la corriente,
lo que no sucede con los peces vivos que avanzan contra la corriente.
Las futuras generaciones cosecharán lo que ahora estamos sembrando,
pues, uno es el que siembra y otro el que cosecha (Jn 4,36-38).
Por todo esto, Jesús nos vuelve a decir a cada uno de nosotros:
Estén vigilantes… oren en todo tiempo y lugar…
así podrán presentarse de pié ante el Hijo del Hombre…
Bueno sería que a partir de este tiempo de Adviento (llegada, venida),
trabajemos por hacer un mundo más humano y fraterno, donde:
-Los niños tengan nutrición suficiente, salud, educación.
-Los campesinos tengan tierra para vivir y desenvolverse dignamente.
-Los trabajadores no sean maltratados ni disminuidos en sus derechos.
-El hombre no sea explotado por el hombre o por el Estado.
-No haya a quien le sobra mucho, mientras a muchos les falte todo.
-Haya familias bien constituidas, unidas y suficientemente atendidas.
-No haya injusticia y desigualdad en la administración de la justicia.
-La ley ampare a todos por igual.
-La verdad y el derecho prevalezca sobre la fuerza.
-No prevalezca jamás lo económico ni lo político sobre lo humano.
(Juan Pablo II, en Santo Domingo: 25 de enero de 1979).
J. Castillo A.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Venga a nosotros tu Reino


Jesucristo, Rey del Universo (ciclo B)
Dn 7,13-14 - Ap 1,5-8 - Jn 18,33-37

Mi reino no es como los reinos de este mundo
Para anunciar el Reino de Dios, a Jesús de Nazaret solo le basta:
la autoridad moral de su Palabra… y el testimonio de su Vida
Jesús, el Profeta ligero de equipaje, recorre la región de Galilea,
haciendo todo lo posible para que los hombres y las mujeres tengan
la capacidad de: ver, oír, hablar, levantarse, caminar… (Lc 7,22).
Esta misión, aparentemente inofensiva, fue motivo para que Jesús
fuera condenado a muerte por las autoridades religiosas y políticas:
¿Qué vamos a hacer? Este hombre hace muchos milagros. 
Si lo dejamos que siga, todos creerán en Él, y vendrán los romanos 
y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás
que era el sumo sacerdote les dijo: Conviene que muera un hombre 
por todo el pueblo, y no que toda la nación perezca. A partir de este 
momento tomaron la decisión de dar muerte a Jesús (Jn 11,45-53).
Una vez apresado, Jesús fue juzgado por Caifás y, luego, por Pilato.
Éste, representante del imperio romano, le pregunta a Jesús: Tu nación 
y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús, que conoce muy bien las injusticias que cometen: los romanos,
terratenientes, cobradores de impuestos, autoridades religiosas…
le responde a Pilato: Mi reino no es como los reinos de este mundo.
*Los reyes de este mundo tienen territorio y fronteras que defender…
El Reino de Jesús no está ligado a un territorio, pues Dios es Espíritu 
y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y verdad (Jn 4,19-24).
*Los reyes de este mundo mientras oprimen se hacen alabar…
En el Reino de Jesús, sus discípulos son servidores (Jn 13,12-17).
*En el reino de este mundo los lobos rapaces amontonan oro…
En el Reino de Jesús todos son amigos y se esfuerzan por amarse
mutuamente, entregando la propia vida por los amigos (Jn 15,12-15).
*En el reino de este mundo abundan: palacios, tronos, oro, riquezas…
En el Reino de Jesús la cruz es camino a la resurrección (Jn 19,1-24).

Vine al mundo para ser testigo de la verdad
Enseñando Jesús en el templo de Jerusalén, dijo a los judíos:
Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos, 
conocerán la verdad y la verdad les hará libres. Sin embargo,
después de una larga discusión y al no aceptar las enseñanzas
de Jesús, los judíos cogieron piedras para apedrearlo (Jn 8,31-59).
En el Evangelio de hoy, Jesús -el Profeta del Reino de Dios-
está frente a Pilato el representante del imperio más poderoso.
Pues bien, cuando Pilato pregunta a Jesús: Entonces, ¿tú eres rey?;
Jesús le responde: Tú lo dices. Yo soy rey, para esto he nacido, 
para esto he venido al mundo, para ser testigo de la verdad.
Jesús es rey y vino a este mundo para darnos vida en plenitud.
Sus discípulos no son funcionarios del templo ni del imperio romano;
son creyentes que escuchan y practican las enseñanzas del Maestro,
y siguen los pasos de Jesús para ser como Él: testigos de la verdad.
Por eso, los cristianos no son propietarios de la verdad sino testigos;
no imponen su doctrina, no controlan la fe de los demás, no pretenden
tener razón en todo. Son servidores de la Buena Noticia que libera.
Ante la actual crisis de fe, la Iglesia atraerá cuando vean que su rostro
se parece al rostro de Jesús, y su vida les recuerda la vida de Jesús:
Señor, danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana. 
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo 
y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien  
se siente explotado y deprimido… Solo desde los pobres, que son
los hermanos de Jesús, se empieza a comprender todo el Evangelio.
Entonces Jesús dijo a la gente: Salió un sembrador a sembrar
Señor, aumenta nuestra fe para sembrar la Buena Noticia del Reino:
-donde hay egoísmo, sembremos la semilla del Reino de Gracia,
-donde hay pecado, sembremos la semilla del Reino de Santidad,
-donde hay odio, sembremos la semilla del Reino de Amor,
-donde hay muerte, sembremos la semilla del Reino de Vida,
-donde hay mentira, sembremos la semilla del Reino de Verdad,
-donde hay esclavitud, sembremos la semilla del Reino de Libertad,
-donde hay exclusión, sembremos la semilla del Reino de Justicia,
-donde hay guerra, sembremos la semilla del Reino de Paz.
Solo así, todos los hombres y mujeres de buena voluntad tendremos
un motivo para seguir amando y para seguir esperando.
J. Castillo A.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un mundo nuevo es posible


Domingo XXXIII, Tiempo Ordinario, ciclo B
Dn 12,1-3   -   Heb 10,11-18   -   Mc 13,24-32

El que se mantiene firme, se salvará
Jesús, por anunciar el Reino de Dios y su justicia fue perseguido,
por las autoridades políticas y religiosas, hasta morir crucificado.
Sus discípulos tendrán que recorrer el mismo camino,
pues ellos no están por encima de su Maestro… (Mt 10,24-25).
Ahora bien, según el capítulo 13 del Evangelio de Marcos,
los primeros cristianos por anunciar las enseñanzas y obras de Jesús,
tuvieron serios problemas: externos e internos a la misma comunidad.
*Con relación al imperio romano: muchos cristianos eran llevados
ante los gobernadores y reyes para dar testimonio de su fe;
además, sus casas y propiedades eran allanados.
*Con relación a los judíos: eran interrogados en sus tribunales
y también eran azotados en las sinagogas.
En una palabra, los cristianos eran odiados por causa de Jesús.
*Uno de los problemas que había al interior de la misma comunidad
eran los falsos líderes y los falsos discípulos.
*En medio de estas tribulaciones los cristianos se mantenían firmes,
porque el Espíritu Santo estaba y hablaba en ellos y, además,
la presencia gloriosa del Hijo del Hombre los acompañaba.
Teniendo presente el testimonio de estos hermanos mayores en la fe,
siglos más tarde San Juan Crisóstomo (350-407) dirá lo siguiente:
Muchas son las olas que nos ponen en peligro y una gran tempestad
nos amenaza. Sin embargo, no tememos ser sumergidos
porque permanecemos de pie sobre la roca…
Díganme, ¿qué podemos temer? -¿La muerte?
Para mí, la vida es Cristo y una ganancia el morir.
-¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena.
-¿La confiscación de los bienes? Sin nada venimos al mundo
y sin nada nos iremos (Homilía antes de partir al exilio).

Verán al Hijo del Hombre
Después de haber ingresado a Jerusalén, Jesús va al templo,
donde expulsa a los comerciantes y cambistas, pues aquel templo
ya no es un lugar de oración y de encuentro con el Padre Bueno,
sino que se ha convertido en una cueva de ladrones.
Más tarde, llama la atención de sus discípulos sobre la hipocresía
de los maestros de la ley que devoran los bienes de las viudas,
con el pretexto de hacer largas oraciones. En este contexto,
refiriéndose a ese templo y a las ceremonias que allí se realizaban,
Jesús dijo: No quedará piedra sobre piedra, todo será destruido.
Esta destrucción es el inicio de un mundo nuevo donde habrá justicia.
En adelante, los cristianos anunciarán con el testimonio de sus vidas,
la Buena Noticia de Jesús: Hijo de DiosHijo del Hombre
Y, justamente, en el Evangelio de hoy leemos la siguiente frase:
Verán llegar al Hijo del Hombre… reunirá a sus elegidos...
Hijo del Hombre significa que Jesús es verdadero ser humano.
Este título es utilizado por Jesús en muchas ocasiones y solo por Él.
*Estando en Cafarnaún, le traen a un paralítico. Jesús, al ver la fe de
ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Y como los maestros de la ley se ponen a murmurar, Jesús les dice:
El Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados...
*A los fariseos, observantes del descanso del sábado, Jesús les dice:
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
Por esto, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado.
*Al anunciar por tercera vez su pasión, muerte y resurrección,
Jesús dice a sus discípulos: El Hijo del Hombre será entregado
a los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley,
le condenarán a muerte y le entregarán a los paganos.
Se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le darán muerte;
pero tres días después resucitará.
Pues bien, desde el momento que Dios viene a nosotros en la persona
de Jesús: Hijo de Dios e Hijo del Hombre; desde entonces,
el Hijo del Hombre, presente en sus hermanos pobres (Mt 25,31-46),
es el camino que nos conduce a Dios, Padre misericordioso.
Con mucha razón, San Ireneo (130-200) dijo lo siguiente:
La gloria de Dios consiste en que el hombre viva.
J. Castillo A.           

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Mujer... Viuda... Pobre...


Domingo XXXII, Tiempo Ordinario, ciclo B
1Re 17,10-16  -  Heb 9,24-28  -  Mc 12,38-44

¡Cuidado con los maestros de la ley!
Cuando Jesús comenzó a enseñar en la sinagoga de Cafarnaún,
la gente se admiraba de su enseñanza, porque lo hacía con autoridad
y no como los maestros de la ley (Mc 1,22).
Estos maestros de la ley, llamados también escribas, doctores, letrados;
eran especialistas en el conocimiento y aplicación de la Ley de Dios.
Sin embargo -salvo raras excepciones- ellos y los fariseos
eran hipócritas porque enseñaban una cosa y hacían otra (Mt 23,1-3).
Pues bien, Jesús estando en Jerusalén denuncia una vez más
a los maestros de la ley por ser: arrogantes, corruptos, estafadores…
-Ellos andan con lujosos vestidos para diferenciarse de los demás.
-Buscan los saludos para ser reconocidos como superiores.
-Ocupan los primeros asientos en la sinagoga para ser visto por todos.
-Con su presencia en banquetes, aprueban las injusticias de los ricos.
-Y el peor delito que cometen es despojar de sus bienes
  a las viudas pobres, y para disimularlo hacen largas oraciones.
Ellos recibirán una sentencia más severa, dice Jesús.
Al respecto, recordemos lo siguiente: Quien obtiene ilegítimamente 
un lucro con el estipendio de la Misa, deber ser castigado
con una censura o con otra pena justa (CIC, n.1385, cf. n.947).

Muchos ricos dan de lo que les sobra
Hace veinte siglos, el emperador romano y sus legiones controlaban
el mundo entonces conocido, incluyendo el pequeño país de Palestina.
En Palestina, además, los terratenientes explotaban a los campesinos;
y los funcionarios de la religión -que tenían un corazón de piedra-
vivían ajenos al sufrimiento de su propia gente.
En Jerusalén, Jesús está sentado frente a las alcancías del templo
y observa cómo muchos ricos dan abundantes limosnas,
pero -como siempre- dan de lo que les sobra. Hoy sucede igual…
*¿Bastará recibir ciertas donaciones con los ojos vendados y decir:
no interesa de donde viene, lo que importa es cómo las invertimos?
*¿Se justifica amontonar riquezas para dar después lo que chorrea?:
Hoy vengo a decir que el chorreo (económico) ya es una realidad, 
ya comienza a llegar a los bolsillos de la gente (Lima, 28 julio 2005).
*¿Qué juicio merecen los empresarios que sobornan con una mano,
para obtener ganancias millonarias con la otra?:
A una empresa petrolera o empresa minera le resulta más barato
sobornar al gobierno -pagarle a alguien del gobierno un millón 
de dólares- que pagar el valor total del recurso natural 
-miles de millones de dólares-. De modo que, dándole dinero 
a un empleado del gobierno, con frecuencia de bajos ingresos, 
la empresa puede ahorrar cientos de millones de dólares. 
Si la responsabilidad del presidente ejecutivo de una empresa 
-frente a sus accionistas- es maximizar las ganancias, 
su obligación es hacer eso (Joseph Stiglitz. Lima, 18 dic. 2007).
Ante estas ‘costumbres perversas’ meditemos en el siguiente texto:
¡Oigan esto ustedes los ricos! ¡Lloren y griten por las desgracias 
que van a sufrir! Sus riquezas están podridas, sus ropas apolilladas,
su plata y su oro oxidados… (Santiago 5,1-6).

Esta pobre viuda ha dado todo lo que tenía
Una persona triplemente marginada por ser: mujer… viuda… y pobre,
se acerca a una de las trece alcancías y da dos monedas de poco valor.
Jesús, muy conmovido, llama a sus discípulos para que aprendan algo
que solo nos pueden enseñar las personas pobres, nadie más:
Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que todos los demás.
Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,
cuando un hombre pasa sed y agua nos da,
cuando el débil a su hermano fortalece:
Va Dios mismo en nuestro mismo caminar…
La viuda pobre ha dado al templo todo lo que tenía para vivir.
¿Y el templo y los funcionarios del culto, qué dan y qué hacen por
los preferidos de Dios: los forasteros, huérfanos y viudas? (Jer 7,1-7).
Si no se convierten, ese templo y religión serán destruidos (Mc 13,2).
La verdadera religión consiste en cuidar a los huérfanos y viudas,
y no mancharse con la corrupción de este mundo (Stgo 1,27).
J. Castillo A.