miércoles, 27 de marzo de 2013

Via Crucis 2013 (imagen y textos)



Enrique León, voluntario y administrador de nuestra Cáritas Parroquial, ha sido el encargado de realizar este año el Via Crucis. Nos lo ofrece en un enlace para que podamos aprovecharlo en estos días.

Es toda una meditación de la Pasión desde la realidad del sufrimiento en nuestros tiempos.

 
 
C.A. paduamerida@gmail.com. Marzo 2013. 56375

miércoles, 20 de marzo de 2013

El Señor lo necesita


Domingo de Ramos (ciclo C)
Is 50,4-7  - Flp 2,6-11  - Lc 19,28-40  - Lc 22,14-23,56

Al entrar al pueblo encontrarán un burrito

Durante la fiesta del cordero pascual, el pueblo judío celebraba su liberación de la esclavitud de Egipto (Ex 12,1-14). Sin embargo, siglos después, Egipto ha sido reemplazado por el imperio romano.
Por este motivo, Pilato -cuyas manos están manchadas de sangre- ingresa a la ciudad de Jerusalén montado en un caballo de guerra. Ciertamente, los reyes de este mundo se comportan como dueños,  y mientras oprimen al pueblo se hacen llamar bienhechores (Lc 22).
Muy diferente la actitud de Jesús que entra también a Jerusalén, pero montado en un burrito prestado: El Señor lo necesita. Jesús vino a salvarnos, entregando su propia vida por nosotros: Alégrate, Sión; grita de júbilo, Jerusalén. Mira a tu rey que llega: justo, victorioso, humilde, montado en un burrito (Zac 9,9).
Este y otros gestos son señales de su proyecto de vida y de servicio: El más importante entre ustedes compórtese como si fuera el último y el que manda como el que sirve… ¿Quién es el mayor? ¿El que
está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es, acaso, el que está a la mesa? Pero yo estoy en medio de ustedes como el que sirve (Lc 22,26s).
Esto mismo lo acaba de decir el Papa Francisco, Obispo de Roma:
Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio. También 
el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese 
servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos
en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de San José y, como él, 
abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger 
con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente, los más
pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe 
en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al
forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (Mt 25,31-46). 
Solo el que sirve con amor sabe custodiar (Homilía, 19 marzo 2013).

Si éstos callan, gritarán las piedras 
Mientras Jesús ingresa a Jerusalén, los discípulos alaban a Dios
por todos los milagros que han visto, y exclaman: Bendito sea el rey 
que viene en nombre del Señor. Paz en la tierra y gloria al Altísimo.
Algunos fariseos dicen a Jesús: Maestro, reprende a tus discípulos.
Pero Jesús les responde: Si éstos callan, gritarán las piedras.
Esta frase está tomada del profeta Habacuc que hace estas denuncias:
¡Ay del que acumula lo que no le pertenece! ¿Por cuánto tiempo? 
¡Ay de ti, que has llenado tu casa con ganancias injustas!... 
  porque las piedras de los muros gritarán en contra tuya.
¡Ay del que edifica la ciudad con sangre y la funda sobre el crimen!
¡Ay del que emborracha a su prójimo para verlo desnudo!
¡Ay de ti, que a un ídolo de madera le dices que despierte! (2,5-20).
Pero Jesús no manda callar a nadie. Al contrario, habla más alto.
*Al ver la ciudad de Jerusalén llora por ella y anuncia su destrucción.
*Entra al templo y arroja a los negociantes diciendo: Mi casa es casa
  de oración, pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.
*Acusa a los sumos sacerdotes y maestros de la ley de ser asesinos.
*Sobre el tributo al César declara que se debe dar a Dios lo que es
  de Dios y, para quedar libres, devolver al César su moneda.
*Desenmascara el materialismo de los funcionarios de la religión.
*Denuncia la avaricia de los maestros de la ley, que devoran los bienes
  de las viudas con pretexto de largas oraciones; y denuncia también
  la falta de generosidad de los ricos que dan de lo que les sobra.
Por todo esto, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley buscan
la manera de acabar con Jesús, pero tienen miedo al pueblo.
El día de hoy, muchos acompañan la procesión del Señor de Ramos
llevando los primeros frutos de la tierra y del trabajo del hombre.
Es una buena ocasión para reflexionar sobre los derechos humanos
y los derechos de la madre tierra: Quisiera pedir, por favor, a todos 
los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico,
político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad:
seamos ‘custodios’ de la creación, del designio de Dios inscrito en la 
naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que 
los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este 
mundo nuestro. Pero, para ‘custodiar’, también tenemos que cuidar 
de nosotros mismos (Papa Francisco, 19 marzo 2013).
J. Castillo A.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Conversión y liberación


V Domingo de Cuaresma (ciclo C)
Is 43,16-21  -  Flp 3,8-14  -  Jn 8,1-11


A Jesús le ponen trampas para acusarlo
A medida que pasa el tiempo, las cosas se ponen mal para Jesús. Los sumos sacerdotes y fariseos han enviado guardias para detenerlo, pero éstos, impactados por sus enseñanzas, no lo hacen y responden: Jamás hombre alguno habló como habla este hombre (Jn 7,32-49).
Después, mientras Jesús enseña a la gente en el patio del templo, los maestros de la ley y fariseos le presentan una mujer y le dicen: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio. En la ley,  Moisés ordena apedrear a esta clase de mujeres. Tú, ¿qué dices? Decían esto para ponerlo a prueba y, luego, tener de qué acusarlo.
Uno de los peores delitos es usar a una persona para condenar a otra. Herodías, por ejemplo, odia tanto a Juan el Bautista que no duda usar a su hija para que el profeta Juan sea decapitado (Mc 6,17-29).
Algo parecido sucede cuando unos espías, fingiendo ser gente buena,
se acercan a Jesús y le preguntan sobre el tributo al César (Lc 20).
Con el mismo cinismo actúan los maestros de la ley y los fariseos.
Ellos prefieren las tinieblas (Jn 3,19-21), por eso usan la situación
de una mujer sorprendida en adulterio, solo para acusar a Jesús.
Jesús desenmascara la hipocresía de sus adversarios diciéndoles:
El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.
Al oír estas palabras cada uno tuvo que examinar su propia vida…
¿Cómo puedo fijarme en la paja que hay en el ojo de aquella persona
y no mirar la viga que hay en el mío? (Lc 6,41s).
Mientras los que preguntaron a Jesús sobre el tributo se callaron,
ahora los que trajeron a la mujer se van, empezando por los viejos.
Al respecto, recordemos lo que dijo Daniel a uno de los ancianos
que había calumniado a Susana: ¡Envejecido en años y en crímenes! 
Ahora vuelven tus pecados pasados, cuando dabas sentencia injusta
-condenando inocentes y absolviendo culpables- contra el mandato 
del Señor que dice: No matarás al inocente ni al justo (Dan 13,52s).

Yo tampoco te condeno
Jesús es muy exigente cuando habla del matrimonio (Mt 19,1-12).
Sin embargo, cuando los expertos en la ley quieren apedrear
a aquella mujer adultera, Jesús es el único que no la condena
Fue entonces cuando Jesús le pregunta: ¿Nadie te ha condenado?
Ella contesta: Nadie, señor. Jesús habiéndola liberado le dice:
Yo tampoco te condeno. Vete, y en adelante no peques más.
Convertirla y reconciliarla es mucho mejor que apedrearla,
perdonarla y liberarla es mucho mejor que condenarla (Jn 3,17).
Más tarde, unas piedras convertidas en odios, mentiras, calumnias…
serán arrojadas contra Jesús: Los sumos sacerdotes y los fariseos
dieron órdenes para arrestar a Jesús y darle muerte (Jn 11,47-57).
A veces, cuando una mujer no tiene familia, casa, trabajo, dinero…
se ve obligada a ir a las calles para que cualquier cliente ‘la recoja’.
En nuestra sociedad, que se jacta de ser mayoritariamente cristiana,
más de 120 mil mujeres ‘imágenes de Dios’ son prostitutas.
Lamentablemente, no hay partidos políticos ni ONGs que se compren
el pleito y defiendan los derechos de ‘esa clase de mujeres.
Todas aquellas mujeres se enfrentan a una sociedad machista,
que las considera un ‘mal necesario’; pero que mira a otro lado
cuando se le pregunta sobre los derechos de esas mismas personas.                    
¡Qué diferente los gestos audaces de Jesús en favor de las mujeres!
*En la casa de un fariseo, Jesús acoge y defiende a una prostituta
diciéndole: Tu fe te ha salvado. Vete en paz (Lc 7,36-50).
*Un sábado, en una sinagoga, Jesús llama a la mujer encorvada
y le dice: Mujer, quedas libre de tu enfermedad (Lc 13,10-17).
*Mientras Jesús recorre ciudades y pueblos anunciando el Reino,
muchas mujeres discípulas le acompañan y le atienden (Lc 8,1-3).
*A una mujer que padecía de hemorragias y que había tocado
su manto, Jesús le dice: Hija, tu fe te ha salvado (Lc 8,43-48).
*A la samaritana Jesús le revela que Él es el Mesías (Jn 4,26).
*La fe sencilla y firme de una mujer extranjera, logra que Jesús
anuncie la Buena Noticia del Reino a los paganos (Mc 7,24-30).
*A los funcionarios del templo Jesús les dice: Los publicanos y las
prostitutas entrarán antes que ustedes en el Reino de Dios (Mt 21,31).
*Son mujeres quienes anuncian la resurrección de Jesús…
J. Castillo A.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Conversión y acogida


IV Domingo de Cuaresma (ciclo C)
Jos 5,9-12  -  2Cor 5,17-21  -  Lc 15,1-3. 11-32

Yo aquí me muero de hambre
Cuando el hijo menor gastó todo el dinero que recibió de la herencia, vino un hambre terrible en aquel país -el país de las maravillas-.
Se pone a trabajar cuidando cerdos, pero nadie le da de comer.
Como siempre, en los países donde hay injusticia y explotación, pocos ricos viven bien a costa del salario de hambre de las mayorías.
Fue entonces cuando  piensa que en la casa de su padre los trabajadores tienen pan en abundancia.
 
Luego, reflexiona, decide levantarse, volver a la casa de su padre y decirle: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus trabajadores.
Sobre el hambre meditemos en los siguientes textos de Lucas:
*Dios derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes,
colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos.
*Felices los que ahora pasan hambre, porque serán saciados.
¡Ay de ustedes los que ahora están saciados, porque tendrán hambre!
*Cuando des un banquete, invita a pobres, inválidos, cojos y ciegos.
*Había un hombre rico que se vestía lujosamente
y todos los días realizaba espléndidos banquetes.
Había también un pobre llamado Lázaro cubierto de llagas,
que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico.
La siguiente historia de dos hermanos, trata el problema de la sed.
Abraham tuvo dos hijos: Ismael el mayor, en Agar una esclava;
e Isaac el menor, en Sara su esposa que era anciana y estéril.
Como Ismael se burlaba de Isaac, Abraham despidió a Agar e Ismael.
Ambos caminaron por el desierto hasta que se les acabó el agua.
Agar abandona a su hijo bajo un matorral para no verle morir.
Pero Dios al oír los gritos del niño, llama a Agar y le dice:
No temas, he oído el llanto del niño. Levántate, busca al niño, 
y no lo sueltes, pues yo sacaré de él un gran pueblo (Gen 16 y 21).

El hijo mayor se enojó y no quiso entrar
En esta parábola, el comportamiento del hijo mayor viene a ser
un reflejo de la conducta de los fariseos y maestros de la ley, quienes
critican a Jesús porque acoge y come con publicanos y pecadores.
El hijo mayor se comporta: no como hijo, tampoco como hermano.
Reprocha a su padre diciéndole: Mira, tantos años llevo sirviéndote,
sin desobedecer una orden tuya, y nunca me has dado un cabrito
para tener un banquete con mis amigos.
También niega y calumnia a su hermano: Pero, cuando ha llegado
ese hijo tuyo, que ha gastado tu fortuna con prostitutas,
has matado para él el ternero más gordo.
Si algún día va al templo, sin duda repetirá la oración del fariseo:
Oh Dios, yo te doy gracias porque no soy como los demás hombres
que son ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano
Y si alguien le pregunta: ¿Dónde está tu hermano?, responderá:
No sé, ¿soy yo, acaso, el guardián de mi hermano? (Gen 4).
Por algo será que el hijo menor prefirió abandonar la casa paterna.

El padre acoge a sus hijos con entrañas de misericordia
El padre acoge a su hijo menor con entrañas de misericordia:
Lo ve, se conmueve, corre a su encuentro, lo abraza y lo besa.
Luego dice a sus servidores: Rápido, tráiganle el mejor vestido, 
pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
Además, ordena que maten el ternero más gordo para celebrar
un banquete; porque su hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida,
se había perdido y ha sido encontrado. Y comenzó la fiesta.
Este padre misericordioso acoge también a su hijo mayor:
El padre sale y le ruega para que entre a la casa. Luego le dice:
Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Había que hacer fiesta porque este hermano tuyo estaba muerto
y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado.
Durante varios años Esaú busca matar a su hermano Jacob.
Pero un buen día ambos hermanos se reconcilian:
Esaú corre al encuentro de su hermano Jacob, lo abraza, se echa 
sobre su cuello y lo besa. Los dos se ponen a llorar (Gen 33,1-4).
Jesús nos invita a todos a sentarnos alrededor de una misma mesa,
para celebrar nuestra filiación… y nuestra fraternidad…
J. Castillo A.