miércoles, 25 de enero de 2017

Las Bienaventuranzas

4º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Sof 2,3;  3,12-13  -  1Cor 1,26-31  -  Mt 5,1-12

   En su mensaje a los jóvenes de Villa el Salvador (Lima, 2/2/1985),
Juan Pablo II les dice: Quien ha comprendido y se propone practicar
las ocho Bienaventuranzas propuestas por Jesús,
ha comprendido y puede hacer realidad todo el Evangelio.
    Sigamos a Jesús para anunciar y practicar las Bienaventuranzas.
     
Felices ustedes
   Al ver a la multitud… Jesús sube al monte… se sienta
sus discípulos se le acercan… y Él comienza a enseñarles diciendo:
*Felices los pobres… los que guiados por el Espíritu de Dios,
aman al prójimo como Jesús nos ama, para que no hayan pobres;
de ellos es el Reino de Dios:
-Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te alabo
porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos,
y se las diste a conocer a la gente sencilla (Mt 11,25).
   ¿Hoy en día, los cristianos enseñamos y actuamos como Jesús?
*Felices los que lloran... por crear un mundo humano y fraterno;
ellos serán consolados:
-Jesús se compadece de la madre viuda y le dice: no llores (Lc 7).
-Conmovido por la muerte de Lázaro, Jesús llora (Jn 11,33ss).
-Al ver la ciudad de Jerusalén, Jesús llora por ella diciendo:
Ojalá en este día comprendas los caminos de la paz (Lc 19,41s).
 ¿Lloramos con los que lloran para liberarlos y liberar a los opresores?
*Felices los humildes… que oyen el gemido de la hermana tierra,
y oyen también el gemido de los abandonados del mundo;
…  ellos heredarán la tierra:
-Vengan a mí los que están afligidos y agobiados, yo les aliviaré.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí,
porque soy manso y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana (Mt 11,28ss).
   ¿Qué hacemos frente a la industrialización salvaje y descontrolada?
*Felices los que tienen hambre y sed de justicia… los que buscan
una vida más digna para todos, empezando por los últimos;
ellos serán saciados:
-A los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, Jesús les dice:
Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas
entrarán antes que ustedes en el Reino de Dios.
Pues vino Juan, a enseñar el camino de la justicia, y no le creyeron;
en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron (Mt 21,31s).
   Los cristianos, ¿buscamos primero el Reino de Dios y su justicia?
*Felices los misericordiosos… que dejan el consumo egoísta
y, movidos por la compasión, dan vida a los hermanos de Jesús;
ellos alcanzarán misericordia:
-Tuve hambre y me dieron de comer. Tuve sed y me dieron de beber.
Era emigrante y me acogieron. Estaba desnudo y me vistieron.
Estaba enfermo y me sanaron, encarcelado y me liberaron (Mt 25).
   Jesús nos sigue diciendo: Quiero misericordia y no sacrificios.
*Felices los limpios de corazón… que han renunciado a la riqueza
y a la opresión, porque no se puede servir a Dios y al dinero;
ellos verán a Dios:
-No amontonen tesoros en la tierra, donde la polilla los destruyen…
Acumulen tesoros en el cielo… donde los ladrones no pueden robar.
Pues donde está tu tesoro, allí también está tu corazón (Mt 6,19ss).
   “Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.
*Felices los que trabajan por la paz… donde hay violencia
ponen justicia y paz, donde hay corrupción ponen verdad y libertad;
ellos serán llamados hijos de Dios:
-Yo les digo: amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores.
Así serán hijos del Padre de ustedes que está en el cielo,
que hace salir el sol sobre justos y pecadores… (Mt 5,43ss).
   ¿Cómo se explica que en países cristianos haya tanta violencia?
*Felices los perseguidos por la justicia… por seguir a Jesús,
por escuchar sus enseñanzas, por enseñarlas y ponerlas en práctica;
de ellos es el Reino de Dios:
-Por mi causa, serán llevados ante los gobernadores y los reyes,
teniendo así la oportunidad de dar testimonio de mí ante ellos…
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Los que perseveren hasta el fin se salvarán (Mt 10,17ss).
   ¿Qué nos impide seguir el camino que Jesús ha recorrido?
J. Castillo A.

miércoles, 18 de enero de 2017

Todo empezó en Galilea

3º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Is 9,1-4  -  1Cor 1,10-13.17  -  Mt 4,12-23

   Los poderosos han encarcelado a Juan Bautista para acallar su voz.
Fue entonces cuando Jesús se retira a Galilea y, desde allí,
empieza a predicar: Conviértanse, está cerca el reinado de Dios.
   Para que esta Buena Noticia llegue a todos los pueblos,
Jesús llama a sus primeros discípulos, personas que viven de la pesca.

Conviértanse, está cerca el reinado de Dios
   El Reino que Jesús anuncia no es como los reinos de este mundo,
donde los gobernantes de las naciones someten a sus súbditos,
y los poderosos abusan imponiendo su autoridad (Mt 20,25).
   Tampoco tiene que ver con la actuación de los escribas y fariseos,
que buscan exhibirse y ocupar los primeros puestos (Mt 23,5ss);
y menos aún con la manera de vivir de los sumos sacerdotes,
que han hecho del templo una cueva de ladrones (Mt 21,13).
   Reflexionando en estos textos, todos necesitamos convertirnos,
es decir, cambiar el rumbo de nuestra vida y de nuestro corazón.
Para ello imploremos la ayuda de Dios, como dice el papa Francisco:
A quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes,
las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo,
le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón
y rece para que Dios lo libere de esas ataduras (Roma, 5/11/2016).
   Siguiendo las enseñanzas de Jesús, la conversión debe llevarnos
a vivir como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros:
No se hagan llamar maestro, porque uno solo es su Maestro,
y todos ustedes son hermanos… El primero entre ustedes
que se haga servidor de los demás (Mt 23,8ss).
   Solo así, tendrá pleno significado orar como Jesús nos enseña:
Venga a nosotros tu Reino de vida, justicia y paz… Para esto,
debemos solidarizarnos con las personas explotadas y deprimidas.
Danos hoy nuestro pan de cada día, haciendo todo para que no falte
este pan de cada día porque es un derecho (Juan Pablo II, Lima 1985).

Seguir a Jesús
   Anunciar el reinado de Dios, no es tarea de una sola persona.
Es por eso que Jesús, mientras camina a orillas del lago de Galilea,
llama a los hermanos Pedro y Andrés,  Santiago y Juan.
Ellos, que son expertos en la pesca, comprenderán mejor
la misión que Jesús les va a confiar: ser pescadores de personas;
y, al seguir a Jesús, vivirán como vive Él, pobre entre los pobres.
   Nosotros, como individuos y como miembros de una comunidad,
debemos tener una meta que dé pleno sentido a nuestra existencia…
caminar hacia esa meta… tener un sólido punto de apoyo
emplear los recursos necesarios… utilizar la estrategia adecuada.
Todo esto, según el texto de Mateo, está presente en la vida de Jesús.
*Meta. Para Jesús el reinado de Dios viene a ser el ideal de su vida,
la meta por la que lucha, la causa por la que morirá crucificado.
Por eso, cuando Jesús envía en misión a sus discípulos,
no es para que la gente siga practicando ciertas costumbres religiosas;
sino para anunciar, con palabras y obras, esta Buena Noticia:
Proclamen que el reinado de Dios está cerca. Sanen a los enfermos,
resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos,
expulsen a los demonios. Den gratis lo que gratis recibieron (Mt 10).
*Camino. Jesús nos muestra un camino que Él mismo ha recorrido:
El que quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás,
como el Hijo del Hombre que vino no para que le sirvan,
sino para servir y para entregar su vida (Mt 20,26ss).
*Punto de apoyo. Para Jesús y sus seguidores este punto de apoyo
son los insignificantes, los despreciados por la sociedad y la religión:
Jesús llama a un niño, lo pone en medio de sus discípulos y dice:
Les aseguro que si no se convierten y se hacen como los niños,
no entrarán en el Reino de Dios… El que reciba en mi nombre
a un niño como éste, a mí me recibe (Mt 18,1ss;  cf. Mt 25,31ss).
*Recurso. Jesús pide que sus seguidores sean “ligeros de equipaje”:
No lleven oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino.
No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón,
porque el trabajador tiene derecho a su alimento (Mt 10,9s).
*Estrategia. Al respecto escuchemos a Jesús que nos sigue diciendo:
Miren, yo les envío a ustedes como ovejas en medio de lobos,
sean astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16).
Reflexionar también sobre el impuesto al César (Mt 22,15ss).
J. Castillo A.

miércoles, 11 de enero de 2017

Juan Bautista anuncia a Jesús

2º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Is 49,3-6  -  1Cor 1,1-3  -   Jn 1,29-34

   A Jesús no solo le hemos cubierto con títulos de poder y de gloria,
también le hemos construido templos y monumentos espléndidos.
   Sin embargo, yendo a las fuentes, nos encontramos con Jesús,
persona sencilla y humana, que vino para que tengamos vida plena.
   En el evangelio de hoy, Juan Bautista da el siguiente testimonio:

Jesús es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo
   Juan es la voz que grita en el desierto, prepara el camino del Señor,
y anuncia: Jesús es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
*Jesús es el Cordero de Dios.
   Para un pueblo de pastores, el cordero y la oveja son fuente de vida:
Cuando veía que alguien moría por falta de ropa,
o que un pobre no tenía con qué cubrirse,
con la lana de mis propias ovejas les abrigaba (Job 31,19s).
   Tengamos presente también aquella cena familiar del pueblo judío,
donde se come el cordero pascual, signo de liberación de la esclavitud:
Ceñidos con el cinturón, sandalias en los pies, y un bastón en la mano;
coman de prisa el cordero, porque es la Pascua del Señor (Ex 12,11).
   Ahora bien, cuando el Bautista dice que Jesús es el Cordero de Dios,
está anunciando que gracias a Jesús somos liberados de toda opresión.
*Jesús quita el pecado del mundo.
   Es preocupante que en países con muchos millones de católicos,
hay una organización social donde se da más importancia al dinero,
a costa de la destrucción de la tierra y la explotación de los indefensos.
Este sistema social -injusto, opresor, violento- es el pecado del mundo.
Responsables somos todos: unos por dominar, esclavizar, destruir;
y los demás por dejarnos oprimir: por conveniencia o por ignorancia.
   Para quitar el pecado del mundo, Jesús nos sigue diciendo:
-Ustedes no pueden estar al servicio de Dios y del dinero (Mt 6,24).
-El más importante entre ustedes compórtese como el último (Lc 22).
-Ámense unos a otros como yo les he amado (Jn 13,34s).

Jesús es el que bautiza en el Espíritu Santo
A continuación el Bautista anuncia que Jesús bautiza en el Espíritu.
   Muchos de nosotros nos hemos bautizado por simple costumbre,
sin dejarnos transformar por el Espíritu Santo.
Por eso, una de las tareas de la Iglesia es convertir a los bautizados.
Esta conversión significa: cambio de vida, cambio de mentalidad,
encuentro personal con Jesús (Samuel Ruiz, en Medellín, 1968).
   Ser bautizados en el Espíritu Santo, nos compromete para:
*Construir una sociedad más humana, fraterna, solidaria.
*Actuar con entrañas de misericordia, como Jesús que toca leprosos,
acoge y come con personas despreciadas, perdona a los pecadores…
*Poner: Amor, donde hay odio… Vida, donde hay muerte…
Verdad, donde hay mentira… Libertad, donde hay opresión…
Justicia, donde hay corrupción… Paz, donde hay violencia…
*Valorar la dignidad de todos teniendo presente lo que dice S. Pablo:
Ustedes son templos de Dios y el Espíritu de Dios habita en ustedes.
El templo de Dios es santo y ese templo son ustedes (1Cor 3,17).

Jesús es el Hijo de Dios
   Finalmente, Juan Bautista anuncia que Jesús es el Hijo de Dios.
Este título “Hijo de Dios” atraviesa el Evangelio de Juan:
*Natanael (o Bartolomé), a pesar de su duda inicial, exclama:
Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel (Jn 1,45ss).
*En Betania, Jesús le dice a Marta: Yo soy la resurrección y la vida.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá. ¿Crees esto?
La respuesta de Marta es una verdadera profesión de fe:
Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios (Jn 11,25ss).
*El Evangelio de Juan termina con el siguiente mensaje:
Estas cosas se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías,
el Hijo de Dios, y creyendo tengan vida por medio de Él (Jn 20,31).
   Muchos de nosotros seguimos creyendo en un “dios castigador”…
Sin embargo, el mismo Jesús nos dice que Dios es nuestro Padre:
Yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por sus perseguidores.
Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo (Mt 5,44s).
San Pablo dice que unidos a Jesús somos hijos de Dios y herederos:
Porque ya somos sus hijos, Dios envió a nuestros corazones
el Espíritu de su propio Hijo que clama “Abbá”, ¡Padre!.
Así, pues, ya no somos esclavos, sino hijos (Gal 4,6s).
J. Castillo A.

miércoles, 4 de enero de 2017

Vimos su estrella en Oriente

Epifanía del Señor
Is 60,1-6  -  Ef 3,2-6  -  Mt 2,1-12

   El Niño Jesús es mala noticia para unos y buena noticia para otros,
es rechazado por los que están dentro y aceptado por los que están fuera.
*El rey Herodes quiere saber dónde está el Niño, pero para matarlo.
*Los sacerdotes y los maestros de la ley, saben que el Mesías
ha de nacer en Belén (Miq 5,1s), pero permanecen indiferentes.
*Sin embargo, unos magos de Oriente guiados por una estrella:
Buscan y hallan al Niño… Le adoran y le ofrecen sus dones

En Jerusalén, Jesús es rechazado por las autoridades
   *Herodes es un “rey” extranjero, al servicio del imperio romano.
Para mantenerse en el poder, no solo asesina a sus enemigos,
sino también a sus propios familiares: cuñado, suegra, esposa e hijos.
   Cuando Herodes escucha que unos magos de Oriente preguntan:
¿dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?,
se pone nervioso, teme a ese Niño pobre que ha nacido en Belén,
y para acabar con Él, ordena matar a los niños menores de dos años.
   También, hoy, los pocos privilegiados que nadan en la abundancia,
temen perder sus palacios, privilegios, riquezas, manera de vivir…
Al respecto, el papa Francisco hace esta denuncia (en EG, n.53):
Hoy, todo entra dentro del juego de la competitividad
y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil.
Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población
se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida.
   *En Jerusalén, también están las máximas autoridades religiosas,
ellos han hecho del templo un lugar para ganar dinero (Mt 21,12s).
   *Los maestros de la ley y fariseos son expertos en la Escritura,
pero no hacen nada para seguir el ejemplo de los magos de Oriente.
Refiriéndose a estos especialistas, más tarde, Jesús les dirá:
Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado,
porque esperan encontrar en ellas la vida eterna…
pero ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida (Jn 5,39ss).

En Belén, Jesús es adorado por unos magos extranjeros
   El texto de Mateo no dice que son tres reyes de razas diferentes.
Todo eso es imaginación de la tradición cristiana (G. Gutiérrez).
   El mérito de los magos está en que guiados por una estrella,
lo dejan todo y buscan al que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6).
En ellos se cumple lo que dice el profeta Isaías (9,1):
Habitaban en una tierra de sombras y una luz brilló ante sus ojos.
   Después de haber estado en Jerusalén, los magos llegan a Belén:
Entran en la casa. Ven al Niño con María, su madre. Se arrodillan.
Le adoran. Abren sus cofres y le ofrecen: oro, incienso y mirra.
Desde la época de los Santos Padres (siglo 4º) se dice que ofrecen:
oro porque es Rey, incienso porque es Dios, mirra porque padecerá.
Sin embargo, lo que dice Santo Tomás de Aquino es más acertado:
Oro, porque son pobres… Incienso, por el mal olor del establo
Mirra, para la salud del niño… (Lectura, n.201).
   Reflexionemos sobre la pobreza…el mal olor…las enfermedades…
*¿Hasta cuándo los pobres nativos de nuestra Sierra y Selva,
seguirán siendo expulsados de la tierra donde han nacido?
¿Por qué se permite a quienes buscan y adoran el becerro de oro,
destruir la naturaleza y explotar a los pobres con salarios miserables?
*Sobre el mal olor, escuchemos al Papa Francisco (Laudato si, n.21):
La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más
en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta,
los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven
inundados de basura… Muchas veces se toman medidas solo cuando
se ha producido efectos irreversibles para la salud de las personas.
*Siendo el hambre la causa principal de enfermedades y muertes:
¿Es justo que los fabricantes y traficantes de armas amontonen dinero,
causando enfermedad y muerte a millones de personas indefensas?
¿Qué nos impide seguir los pasos de Jesús, Profeta de la misericordia,
que durante su vida se interesa y hace el bien a los que sufren?
¿Por qué damos preferencia a ciertas fiestas en honor del Niño Jesús,
y dejamos de lado (por no decir en el olvido) sus enseñanzas:
Quiero que sean compasivos y no que ofrezcan sacrificios? (Mt 9,13). 
   Teniendo presente el ejemplo de aquellos magos “extranjeros”,
ojalá los seguidores de Jesús, con el testimonio de nuestra vida,
podamos decir: Señor, te he buscado y te he encontrado.
J. Castillo A.