lunes, 31 de diciembre de 2012

Ruega por nosotros


Santa María, Madre de Dios (ciclo C)
Num 6,22-27 - Gal 4,4-7 - Lc 2,16-21

María conservaba y meditaba todo en su corazón
Los pastores al ver a María, a José y al niño acostado en el pesebre,
les contaron lo que el ángel les había dicho acerca del niño. 
Todos estaban admirados de lo que decían los pastores…
¿Quiénes eran estos pastores? Eran personas despreciadas,
pues el contacto con los animales los hacía impuros, indignos.
Sin embargo, Dios no solo se solidariza con ellos, sino que a través
de ellos anuncia una Buena Noticia, motivo de alegría para el pueblo.
Desde entonces, podemos decir que los pobres nos evangelizan.
María, por su parte, conservaba y meditaba todo en su corazón.
Fruto de esta meditación se verá más tarde en Caná de Galilea, donde
María dirá estas palabras: Hagan todo lo que Jesús les diga (Jn 2,5).
Hoy, tras el rostro de tantas mujeres pobres y creyentes encontramos
mucha sabiduría. Así lo dice, desde Bolivia, el P. Víctor Codina, sj:
Al acabar un curso de formación cristiana para adultos, una mujer
que asistía al curso exclamó: ¡Diosito nos acompaña siempre! 
Esta exclamación constituye una verdadera profesión de fe, 
semejante a la de aquella mujer que mientras Jesús hablaba le dijo: 
¡Feliz la que te dio a luz y te crió!” (Lc 11,27).
*A continuación, Víctor Codina describe el significado de Diosito:
Diosito es un Dios cercano, familiar, bueno, misericordioso, 
que desea que seamos felices, que tengamos vida en abundancia. 
Es el mismo Dios al que Jesús llamaba Abba, es decir ‘papito’, 
incluso en Getsemaní en sus momentos de angustia (Mc 14,36).
Diosito refleja una imagen paterna y también materna de Dios, 
porque como dice Isaías, aunque una madre se olvidase de sus hijos, 
l no se olvida de nosotros (49,15). Él tiene entrañas de misericordia,
(Lc 1,78) nos cuida, nos protege, está siempre cerca de nosotros.
Indudablemente, esta imagen del Diosito está estrechamente ligada 
a la encarnación y al nacimiento de Jesús, cuando la Palabra eterna 
se hace carne y habita entre nosotros (Jn 1,14), se despoja 
de su gloria y se hace semejante a nosotros (Fil 2, 6-7).
*Al comentar la siguiente frase, el misionero boliviano dice:
Pero este Diosito, añadía la sencilla mujer, nos acompaña siempre.
Es el Señor resucitado que se junta como peregrino desconocido 
a los discípulos de Emaús, les explica las escrituras y comparte
con ellos el pan (Lc 24,13-35). Es el Señor que dijo que estaría 
siempre con nosotros hasta el fin de la historia (Mt 28,20).
*Más adelante, Víctor nos cuestiona con las siguientes preguntas:
¿Entiende el pueblo sencillo de hoy la liturgia, las homilías, 
las encíclicas del magisterio de la Iglesia? ¿Le falta al pueblo 
inteligencia para comprender, o más bien a nosotros, nos falta
comprensión profunda del Evangelio para poderlo transmitir 
a los pobres? Evangelizar a los pobres es uno de los grandes
signos mesiánicos (Lc 7,22). Pero ¿cómo evangelizar a los pobres? 
¿No habría que partir de sus necesidades vitales, de sus mismas 
vivencias y de sus expresiones de fe popular?
(Cf. Centro Cristianismo y Justicia, julio, 2009, n. 198).

Circuncidaron al niño y le pusieron por nombre Jesús
Al octavo día, circuncidaron al niño y le pusieron por nombre Jesús,
como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido.
*Cuando se narra la circuncisión de Juan el Bautista (Lc 1,59-63),
es su madre Isabel quien le pone el nombre: Se ha de llamar Juan;
pues Zacarías su padre estaba mudo por no haber creído (Lc 1,20).
En el caso de Jesús, recordemos lo que dijo el ángel Gabriel a María:
Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús (Lc 1,26-38).
Que las madres pongan nombre a sus hijos, en una sociedad donde
se las marginaba, era algo revolucionario; como es revolucionario
solidarizarnos con los excluidos para que tengan nombre y dignidad.
*Recordemos que el nombre Jesús significa: Dios libera (Mt 1,21).
Por eso, al empezar un Año Nuevo, hagamos realidad una sociedad
donde reine la paz y la justicia. Así lo dice el Papa Benedicto XVI:
El deseo de paz es una aspiración esencial de cada persona, 
y coincide con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda… 
Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con
uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación…
Felices los que trabajan por la paz, se llamarán hijos de Dios.
J. Castillo A.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Jesús también fue joven


La Sagrada Familia (ciclo C)
1Sam 1,20-28 - 1Juan 3,1-2.  21-24 - Lc 2,41-52

Te he buscado y te he encontrado
Los textos de la infancia y de la juventud de Jesús (Mt 1-2 y Lc 1-2),
debemos meditarlos a la luz de su pasión, muerte y resurrección;
porque, nadie sabe cómo llegan los grandes momentos de la vida,
cómo el niño se transforma en hombre y la niña en mujer
*José, María y Jesús van a Jerusalén para la fiesta de Pascua:
La Sagrada Familia, conformada por José, María y Jesús, nos enseña:
-el significado de la familia, -su comunión de amor, -su sencilla
y austera belleza, -su carácter sagrado e inviolable (Pablo VI, 1964).
En Jerusalén está el templo, el poder político, económico y religioso;
y es también el lugar donde Jesús morirá y resucitará (Lc 18,31-34).
A esta primera Pascua, seguirá aquella otra en la cual Jesús,
sentado a la mesa, dirá a sus apóstoles: Cuánto he deseado
comer con ustedes esta Pascua antes de mi pasión (Lc 22,1-20).
*Buscar a Jesús… y, luego de tres días, encontrarlo en el templo:
José y María buscan a Jesús entre sus parientes y conocidos, pero
no lo encuentran… Para encontrarlo tendrán que volver a Jerusalén.
Lo mismo sucederá con las mujeres. Aquel primer día de la semana,
ellas buscan a Jesús entre los muertos, pero allí no lo van a encontrar.
José y María hallan a Jesús al tercer día, que tiene mucha relación
con el tercer día en que la Vida vence a la muerte (Lc 24,1-12):
Nadie sabe cómo hiere el dolor y cómo surge la alegría.
Nadie sabe cómo entra la tristeza y cómo triunfa la esperanza.
*Estaban maravillados de la inteligencia y respuestas de Jesús:
En esta ocasión Jesús, sentado en medio de los doctores de la ley,
les escucha y, luego, les hace preguntas. Pero, llegará el día
en que los doctores de la ley y los fariseos serán sus enemigos,
y le espiarán para tener algo de qué acusarle (Lc 6,6-11).
En cambio, la gente sencilla le escuchará con asombro porque Jesús
era respetado por todos… y enseñaba con autoridad (Lc 4,15. 32).

Debo de ocuparme en las cosas de mi Padre
*Cuando María le dice: Hijo, ¿por qué te has comportado así?
mira que tu padre y yo te hemos buscado angustiados;
el joven Jesús los deja desconcertados con la siguiente respuesta:
¿No sabían que yo debo de ocuparme en las cosas de mi Padre?
Mientras María dice: tu padre y yo, Jesús responde: mi Padre.
Padre es la primera palabra de Jesús y será también su última palabra:
Nadie sabe cómo madura la fruta en el árbol y el pensar en la mente,
cómo se libera la fragancia de la tierra con la caricia de la lluvia.
*Jesús quiere que vivamos en un mundo más humano y fraterno,
donde todos sepamos ver con los ojos del corazón y del amor:
-Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes (Lc 6,36).
-Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado
estas cosas a los sabios y entendidos, y las diste a conocer a la gente
sencilla. Sí, Padre, porque así lo has querido (Lc 10,21-22).
-Cuando recen digan: Padre, santificado sea tu nombre,…
danos hoy nuestro pan de cada día,… (Lc 11,1-4).
-No teman, el Padre de ustedes ha querido darles el Reino (Lc 12,32).
-Cuando el hijo estaba lejos, su padre lo vio, sintió compasión de él,
corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó (Lc 15,11-31).
-Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (23,34).
-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (23,46).
*Desde Jesús, eternamente joven, otro mundo es posible…
No tengas miedo, levántate y camina. Abre los ojos y mira. 
Abre el oído y escucha. Abre la boca y habla. 
Levántate. Ponte en marcha. ¿Estás soñando con un mundo mejor? 
Entonces, cree en ese mundo con todas tus fuerzas 
porque Dios mismo está en ese sueño. Él mismo te lo inspira. 
Él mismo te acompaña en tus luchas para alcanzarlo junto a ti. 
Con Él ¡nada es imposible! Tienes rabia, grítala, 
pero no cultives el odio en tu corazón, 
no te vuelvas como aquellos de quienes muchos de tus males te vienen.
Actúa por amor a ti mismo, a los tuyos y a tu país. 
Y también por amor a los otros que están cerca o lejos, 
por amor a toda la humanidad, por amor al planeta, 
por amor a Dios, que es inseparable del mundo en que vives.
(Eloy Roy, misionero canadiense: Decir Jesús hoy, 2010).
J. Castillo A.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Paz en la tierra


Nacimiento de Jesús (ciclo C)
Is 9,1-6  -  Tito 2,11-14  -  Lc 2,1-14

Y dio a luz a su hijo primogénito
Después de haber recorrido, aproximadamente, unos 140 kilómetros,
José y María se encuentran en Belén que significa ‘casa de pan’.
Fue en estas circunstancias, nos dice el evangelista San Lucas, que:
*A María le llegó la hora del parto: Ya podemos imaginarnos
lo riesgoso que fue para María y para el niño que llevaba en su seno,
hacer un largo viaje, estando ella en avanzado estado de embarazo.
*Dio a luz a su hijo primogénito: Dios está presente entre nosotros
en la fragilidad de un niño débil y en la ternura de un recién nacido.
Y sigue estando presente en sus hermanos más pobres: hambrientos,
sedientos, emigrantes, desnudos, enfermos, encarcelados (Mt 25).
*Lo envolvió en pañales: Desde siempre, los primeros cuidados que
se tenían con un recién nacido eran: -cortar el cordón, -lavar con agua
-frotar con sal y, finalmente, -envolverlo en pañales (Ez 16,4).
Así mismo, envolver en pañales es el símbolo de todos los cuidados:
Al nacer, yo también respiré el aire común; y al caer en la tierra 
que todos pisan, mi primera voz, como la de todos, fue el llanto.
Me crié entre pañales y con cuidados (Sab 7,3-4).
Los pañales serán el signo para que los pastores reconozcan al Señor.
Y pensar que años después, José de Arimatea -hombre bueno y justo-
pedirá a Pilato el cuerpo de Jesús, lo envolverá en una sábana
y lo depositará en un sepulcro cavado en la roca (Lc 23,50-53).
*Lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento en la posada:
En los primeros instantes de su vida terrenal, en la ciudad de Belén,
Jesús no encontró acogida en la sociedad de aquella época:
vino a los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11);
excepto los brazos amorosos de María y de José.
Esta será la condición de vida de Jesús: Las zorras tienen guaridas 
y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene 
donde reclinar la cabeza (Lc 9,57-58).

Hoy ha nacido para ustedes el Salvador
Es Dios quien toma la iniciativa de anunciar esta Buena Noticia
a unos pastores pobres, considerados como ladrones y gente impura.
Todos ellos serán testigos privilegiados del nacimiento del Salvador.
Pues bien, cuando la gloria de Dios los envuelve con su luz,
aquellos pastores sienten un gran temor. Quizás, tienen miedo
no a las tinieblas, sino a la luz. También nosotros, muchas veces,
preferimos no la luz de la verdad, sino las tinieblas de la corrupción:
La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, 
porque sus obras eran malas. Todo aquel que obra mal odia la luz 
y no se acerca a la luz, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, 
para que se vea que sus obras son hechas según Dios (Jn 3,19-21).
El ángel del Señor continúa diciendo: No tengan miedo. Les anuncio 
una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo.
Esta Buena Noticia es la misma persona de Jesús y, por eso mismo,
es motivo de alegría inconfundible para todo el pueblo,
preferentemente, para todos los que sufren y viven tristes.
Si la persona de Jesús ya no es Buena Noticia,
si sus enseñanzas y sus obras no nos dicen nada,
si no conocemos la alegría que solo nos puede llegar de Dios,
si reducimos Navidad solo a disfrutar nuestro propio bienestar…etc.
entonces, estaremos celebrando cualquier cosa, menos Navidad.
A continuación, el mensajero de Dios dice a los pastores:
Hoy les ha nacido -en Belén- el Salvador, que es Cristo, el Señor.
Desde entonces, la venida de Dios es una gracia para todos aquellos
que viven explotados, mientras se convierte en una amenaza
para los culpables de tantos desprecios, injusticias y marginaciones.
Probablemente, aquellos pastores no eran mejores que los poderosos
que los oprimían, pues también ellos abusaban de los más débiles.
Si Dios está de su parte, no es porque se lo merezcan, sino porque
lo necesitan. Dios, Padre misericordioso de todos, no puede reinar
sino haciendo justicia a los que nadie se la hace. Este es el motivo
del anuncio de una Buena Noticia que es también una gran alegría.
Por eso, sigamos anunciando: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra 
paz a los hombres que Dios ama. ¡FELIZ NAVIDAD!  
J. Castillo A.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Encuentro de dos madres


IV Domingo de Adviento (ciclo B)
Miq 5,2-5  -  Heb 10,5-10  -  Lc 1,39-45

María se levanta y va de prisa a Judea
Mientras los reyes someten a los débiles e imponen su autoridad,
¿qué se puede esperar de Palestina, un país sometido a Roma?
Sin embargo, esta vez, Dios misericordioso hace cosas grandes
tanto en Nazaret como en un pueblo ubicado en la montaña de Judea.
María es mujer, joven, pobre, esposa de José; viven en Nazaret.
Ella, después de haber escuchado el mensaje del ángel Gabriel, dice:
Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí lo que has dicho.
Y, habiendo escuchado que su prima Isabel ha concebido un hijo,
María se levanta y va de prisa a Judea para visitar y ayudar a Isabel.
Fue entonces cuando Isabel, llena del Espíritu Santo, exclama:
Bendita eres entre las mujeresBendito es el fruto de tu vientre
Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá lo que te dijo el Señor.
Años más tarde, otra mujer pobre y creyente que escuchaba a Jesús,
exclamará: ¡Dichosa la mujer te dio a luz y te alimentó! (Lc 11,27).
María, por su parte, alaba a Dios que defiende a los pobres, diciendo:
Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Caminemos con María tras los pasos de Jesús
Meditando atentamente los cuatro evangelios, vemos que María
-además de ir a la montaña de Judea- realiza otras salidas más…
Sigamos, pues, caminando con María tras los pasos de Jesús:
*María se pone en camino para ir a Belén.
En Belén María da a luz a su hijo primogénito, lo envuelve en pañales
y lo acuesta en un pesebre, porque no había alojamiento para ellos 
en la posada. Luego, el Ángel del Señor se presenta a los pastores
y les dice: Hoy ha nacido para ustedes el Salvador (Lc 2,1-20).
*María se pone en camino para ir al templo de Jerusalén.
Cuarenta días después, José y María llevan al niño Jesús a Jerusalén
para consagrarlo al Señor. En aquella ocasión, el anciano Simeón  
le dice a María: Mira, este niño está destinado a hacer que muchos
en Israel caigan o se levanten. Será signo de  contradicción… 
En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón (Lc 2,22-38).
*María se pone en camino para ir a Egipto.
El Ángel del Señor se aparece en sueños a José y le dice: Levántate, 
toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo 
te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. José 
se levanta, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto (Mt 2,13-23).
*María se pone en camino para ir a Jerusalén.
Jesús al cumplir doce años de edad, va con sus padres a Jerusalén
para la fiesta de la Pascua. Al terminar la fiesta, Jesús se queda allí,
sin que sus padres se dieran cuenta. Al cabo de tres días lo hallan
en el templo, y ante la pregunta angustiada de su madre, Jesús le dice:
Debo de ocuparme en las cosas de mi Padre (Lc 2,41-52).
*María se pone en camino para ir a Caná de Galilea.
María, Jesús y sus discípulos han sido invitados a unas bodas en Caná
de Galilea. Como el vino se acabó, María se dirige a los servidores
para decirles: Hagan todo lo que Él les diga (Jn, 2,1-12).
*María se pone en camino para ir a la región de Galilea.
La gente le dice a Jesús: Mira, tu madre y tus hermanos están fuera
y te buscan. Jesús responde: El que hace la voluntad de Dios, ese es
mi hermano, mi hermana y mi madre (Mc 3,20-21. 31-35).
*María se pone en camino para ir al Calvario.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo amado,
dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre (Jn 19,25-27).
*María se pone en camino para ir al Cenáculo.
María está presente en la naciente Iglesia fundada por Jesús y guiada
por el Espíritu Santo (Hch 1,14). Desde entonces, todos los creyentes
se reúnen para escuchar las enseñanzas de los apóstoles, vivir unidos, 
participar en la fracción del pan y en las oraciones (Hch 2,42-47).
Entre ellos no había ningún necesitado, porque los que poseían 
campos o casas los vendían, y entregaban el dinero a los apóstoles, 
quienes repartían a cada uno según su necesidad (Hch 4,32-35).
J. Castillo A.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Qué debemos hacer?


III Domingo de Adviento (ciclo C)
Sof 3,14-18  -  Flp 4,4-7  -  Lc 3,10-18

Compartir tu pan con el hambriento
Ciertas fiestas patronales distan mucho de ser ‘nueva evangelización
de la que se viene hablando en América Latina desde 1968 (Medellín).
Muchos devotos en vez de solidarizarse con las personas necesitadas,
se asemejan al rico que se vestía con ropa fina, que comía regiamente
y no hacía nada por el pobre Lázaro enfermo y con hambre (Lc 16).
En este tiempo de Adviento escuchemos la voz del profeta Isaías:
Esto dice el Señor: Sus solemnidades y fiestas las detesto.
Cuando extienden las manos, cierro los ojos. Aunque multipliquen
sus oraciones, no las escucho. Sus manos están manchadas de sangre.
Lávense, purifíquense. Aparten de mi vista sus malas acciones. 
Dejen de hacer el mal y aprendan a hacer el bien: -busquen lo que
es  justo, -ayuden al oprimido, -hagan justicia al huérfano, 
-defiendan los derechos de la viuda (Is 1,10-18).
En el Evangelio de hoy, la multitud que escucha al profeta Juan
reacciona positivamente y le pregunta: ¿Qué debemos hacer?
Juan el Bautista, siguiendo lo dicho por el profeta Isaías (58,7),
responde: El que tenga dos abrigos, dé una al que no tiene,
y el que tenga para comer haga lo mismo.
El hambre no se soluciona con promesas ni con discursos teóricos.
Hacen falta acciones muy concretas de caridad y solidaridad
y, además, ir a la raíz de las estructuras sociales injustas.
Esto mismo será la exigencia fundamental de Jesús de Nazaret:
-Cuando sus apóstoles se acercan para decirle: Maestro, despide
a la gente para que vayan a buscar comida y alojamiento;
Jesús les responde: Denles ustedes mismos de comer (Lc 9,12-17).
-Cuando Jesús separará la paja del trigo, dirá a los buenos: Vengan, 
benditos de mi Padre, reciban el Reino preparado para ustedes… 
Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer (Mt 25,31-46).

No cobren más de lo debido
También algunos cobradores de impuestos que van a bautizarse,
preguntan al profeta Juan: ¿Qué debemos hacer?
Estos cobradores son despreciados como ‘publicanos y pecadores’,
colaboran con Roma y cobran sumas superiores a las establecidas.
Son ricos, pero también ladrones y delincuentes de ‘cuello blanco’.
A todos ellos, Juan les dice: No exijan más de lo que está ordenado.
Jesús que vino a bautizar con el Espíritu Santo y con fuego,
utiliza un lenguaje muy duro contra los ricos:
¡Ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!
¡Ay de ustedes los que ahora están saciados, porque tendrán hambre!
¡Ay de ustedes los que ahora ríen, porque llorarán de tristeza! 
¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alaben! (Lc 6,24-25).
Cuando Jesús le dice al joven rico: Anda, vende todo lo que tienes
y dáselo a los pobres, éste se puso triste, era muy rico (Lc 18,18ss).
En cambio, Zaqueo jefe de los recaudadores de impuestos y muy rico,
acoge a Jesús en su casa, cambia radicalmente su vida, y le dice:
Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y a quien 
le he robado algo, le devolveré cuatro veces más (Lc 19,1-10).

No maltraten ni hagan denuncias falsas
Unos soldados le preguntan: Y nosotros, ¿qué debemos hacer?
Juan les contesta: No maltraten a nadie, no hagan denuncias falsas 
y conténtense con su sueldo. Las palabras de Juan tienen actualidad,
pues: No se debe torturar para obtener información. Tampoco abusar
del poder que se tiene para pisotear los derechos de los débiles,
o ‘coimear’ para buscar ganancias extras. No se debe hacer denuncias
falsas, ni condenar a las personas inocentes que no pueden defenderse.
El mismo Jesús que fue perseguido, se lamenta al decir:
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que 
Dios te envía; cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina
reúne a los pollitos bajo sus alas, pero tú no quisiste! (Lc 13,34-35).
Después que Jesús fue arrestado, las autoridades religiosas buscan
algún testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte. Muchos
daban testimonios falsos, pero se contradecían (Mc 14,55ss). Al final,
Barrabás es liberado y Jesús condenado a morir crucificado (Mc 15).
Sin embargo, Dios tiene la última palabra: Resucita a su Hijo.
J. Castillo A.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Preparen el camino del Señor


II Domingo de Adviento (ciclo C)
Bar 5,1-9  -  Flp 1,4-11  -  Lc 3,1-6

Dios habla a Juan, hijo de Zacarías
Los personajes que cita Lucas son los más importantes de su tiempo,
pero también son los responsables del sufrimiento de los pobres.
*Tiberio es la máxima autoridad del imperio romano, fue emperador
del año 14 al 37; gobierna las naciones imponiendo la pax romana.
*El representante de Tiberio en Palestina es el gobernador Pilato.
Recordemos que desde el año 63 antes de Cristo, Roma invadió
el pequeño país de la Palestina estableciendo una dura esclavitud.
Pilato es un personaje cruel e impopular (Lc 13,1-3).
*Antipas y Felipe, hijos de Herodes el grande, gobiernan Galilea
e Iturea, respectivamente. Antipas que se había casado con Herodías
la mujer de su hermano Felipe, ordena encarcelar y matar a Juan.
A los corruptos les incomoda las denuncias proféticas (Mc 6,17-29).
*Anás  es suegro de Caifás, éste fue sumo sacerdote del año 18 al 36;
viven en el barrio residencial ubicado en la parte alta de Jerusalén.
Más tarde, pedirán a Pilato crucificar a Jesús y para ello renegarán
de Dios diciendo: No tenemos más rey que al César (Jn 19,15).
Pilato, Antipas, Anás y Caifás tienen el poder político y religioso…
y más adelante condenarán a Jesús a morir crucificado (23,1-25).
En este ambiente de dudoso ‘orden’ nadie se preocupa de los pobres.
¿Quién se acuerda de las familias que en Galilea pierden sus tierras?
¿A dónde van a acudir, si desde el templo nadie los defiende?
¿Hay justicia para los excluidos que no tienen lugar en el imperio?
La Palabra de Dios no se oye en Cesarea donde reside Poncio Pilato,
ni el palacio de Herodes Antipas en la ciudad de Tiberíades,
tampoco se deja oír en el recinto sagrado del templo de Jerusalén.
Siendo el Camino de Dios muy diferente al camino de los poderosos,
Dios habla pero no en Roma… ni en Jerusalén… sino en el desierto.
Al cabo de unos 500 años en que el pueblo de Dios no tenía profetas,
aparece nuevamente uno, se llama Juan, es hijo de Zacarías e Isabel.

Una voz grita en el desierto
En el desierto, el profeta Juan predica un bautismo de conversión
Solo en el desierto se puede oír la voz de Dios para convertirnos,
pues se trata de cambiar nuestra manera de vivir y nuestra mentalidad.
Así lo hizo el pueblo de Dios a su salida de la esclavitud de Egipto,
peregrinó durante cuarenta años camino a la tierra prometida.
En el desierto las personas se ven obligadas a vivir con lo esencial,
no hay sitio para lo superfluo ni para acumular cosas y más cosas.
Hoy, en vez de construir muros que separan a ricos y pobres,
¿somos capaces, por ejemplo, de renunciar a tantas cosas superfluas,
para vivir como hijos de Dios y hermanos entre nosotros?
Por eso, a continuación, el profeta Juan hace la siguiente denuncia:
¡Raza de víboras! ¿Quién les ha enseñado a escapar de la condena 
que llega? Produzcan frutos de una sincera conversión, y no digan:
¡Somos descendientes de Abraham! Yo les digo que de estas piedras
Dios puede hacer surgir hijos de Abraham (Lc 3,7-9;  19,40).
Juan el Bautista anuncia también la llegada de Jesús, el Mesías.
Para ello, Lucas nos ofrece un excelente texto del profeta Isaías:
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor… (40,3-5).
Desde el ‘desierto’ de nuestros pueblos y ciudades sube hasta el cielo
un clamor cada vez más impresionante. Es el grito de los que sufren
y piden: justicia, libertad, respeto a los derechos fundamentales.
Lamentablemente, como lo dice también el profeta Isaías:
Los guardianes de mi pueblo están ciegos y no se dan cuenta de nada.
Todos ellos son perros mudos que no pueden ladrar. Se pasan la vida
tirados en la cama, les encanta dormir. Son perros hambrientos
que nunca se llenan. Son pastores que no entienden nada, cada uno
sigue su propio camino, solo buscan sus propios intereses (Is 56,9-11).
En cambio si pudiéramos escuchar esos gritos, seremos capaces de oír
-en lo más hondo de nuestro ser- una llamada para nuestra conversión:
rellenar los valles… nivelar los cerros… enderezar lo torcido…
Señor, que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir
los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio.
Que nos preocupemos de compartir -en la caridad- las angustias 
y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres y mujeres,
y así les mostremos el camino de la salvación (Plegaria Eucarística V/c).
J. Castillo A.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Se acerca nuestra liberación


I Domingo de Adviento (ciclo C)
Jer 33,14-16 - 1Tes 3,12-4,2 - Lc 21,25-36

Levántense… alcen la cabeza
Durante este tiempo de Adviento, que significa: llegada, venida;
nos preparamos, una vez más, para recordar el nacimiento de Jesús.
Siendo Adviento un tiempo privilegiado de ‘espera y vigilancia’,
escuchemos a Jesús que nos dice: Los pueblos se angustiarán
la gente desfallecerá de miedo… Veamos dos hechos muy concretos:
*Durante la dictadura militar argentina (1976-1983) la situación de las
mujeres prisioneras y embarazadas fue dolorosa. Después del parto
sus bebés terminaban en manos de militares o amigos del régimen
que no podían procrear; y ellas eran arrojadas al mar desde un avión.
Ante estas maldades, ¿podemos permanecer ciegos, sordos, mudos?
*La Pachamama -Madre Tierra- está enferma porque tiene:
-fiebre (calentamiento atmosférico),
-problema digestivo (lluvia ácida),
-problema en la piel o superficie (deforestación, desertificación),
-problema de deshidratación (falta de agua dulce, el líquido vital),
-problema respiratorio (exceso de carbono en la atmósfera), etc.
Ojalá los responsables de esta destrucción escuchen lo siguiente:
Para el hombre blanco un pedazo de tierra es igual a otro pedazo.
Para el hombre blanco la tierra no es su hermana
sino su enemiga porque, después de saquearla, la abandona.  
El hombre blanco trata a su madre la tierra y a su hermano el cielo,  
como cosas que se pueden comprar, saquear, vender. 
Su voracidad arruinará la tierra dejando detrás un inmenso desierto
(Carta que el Jefe Seattle escribió, en 1855, al presidente de los EE.UU).
Teniendo presente éstos y otros hechos, Jesús nos sigue diciendo:
Levántense… Alcen la cabeza… Se acerca el día de su liberación…
Debemos levantarnos como lo hicieron: -la suegra de Pedro (Lc 4,38-39);
-el paralítico (Lc 5,18-26); -Leví, cobrador de impuestos (Lc 5,27-28);
-dos jóvenes que habían muerto (Lc 7,11-17;  8,51-56); -el hijo menor
que dejó de cuidar cerdos (Lc 15,11-32); -Zaqueo que era un hombre
muy rico porque robaba y engañaba a los pobres (19,1-10).

No dejen que sus corazones se hagan insensibles
Este tiempo de Adviento coincide también con cierta propaganda
comercial, pues se usa ‘navidad’ para obtener ganancias económicas.
Por eso, quienes buscamos seguir a Jesús, escuchemos sus palabras:
Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se hagan insensibles
por el vicio… la borrachera… las preocupaciones de la vida… 
Tangamos cuidado para no quedar atrapados por el desmedido afán
de riquezas pasajeras, del bienestar material, de ‘la doce vita’
Debe ser lamentable vivir de manera rutinaria, frívola y vulgar;
como es lamentable haber perdido la salud para acumular dinero
y, después, gastar ese dinero para intentar recuperar la salud.
¿Tiene sentido vivir como si nunca vamos a morir
y, luego, morir como si no hubiéramos vivido?
A los que viven satisfechos, no les importa un futuro mejor para todos.
Tampoco se rebelan ante las injusticias y sufrimientos de los demás.
El tipo de vida que llevan les satisface y eso les basta.
Solo buscan: descansar, comer, beber, disfrutar… (Lc 12,16-21).
Se asemejan a los peces muertos que son arrastrados por la corriente,
lo que no sucede con los peces vivos que avanzan contra la corriente.
Las futuras generaciones cosecharán lo que ahora estamos sembrando,
pues, uno es el que siembra y otro el que cosecha (Jn 4,36-38).
Por todo esto, Jesús nos vuelve a decir a cada uno de nosotros:
Estén vigilantes… oren en todo tiempo y lugar…
así podrán presentarse de pié ante el Hijo del Hombre…
Bueno sería que a partir de este tiempo de Adviento (llegada, venida),
trabajemos por hacer un mundo más humano y fraterno, donde:
-Los niños tengan nutrición suficiente, salud, educación.
-Los campesinos tengan tierra para vivir y desenvolverse dignamente.
-Los trabajadores no sean maltratados ni disminuidos en sus derechos.
-El hombre no sea explotado por el hombre o por el Estado.
-No haya a quien le sobra mucho, mientras a muchos les falte todo.
-Haya familias bien constituidas, unidas y suficientemente atendidas.
-No haya injusticia y desigualdad en la administración de la justicia.
-La ley ampare a todos por igual.
-La verdad y el derecho prevalezca sobre la fuerza.
-No prevalezca jamás lo económico ni lo político sobre lo humano.
(Juan Pablo II, en Santo Domingo: 25 de enero de 1979).
J. Castillo A.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Venga a nosotros tu Reino


Jesucristo, Rey del Universo (ciclo B)
Dn 7,13-14 - Ap 1,5-8 - Jn 18,33-37

Mi reino no es como los reinos de este mundo
Para anunciar el Reino de Dios, a Jesús de Nazaret solo le basta:
la autoridad moral de su Palabra… y el testimonio de su Vida
Jesús, el Profeta ligero de equipaje, recorre la región de Galilea,
haciendo todo lo posible para que los hombres y las mujeres tengan
la capacidad de: ver, oír, hablar, levantarse, caminar… (Lc 7,22).
Esta misión, aparentemente inofensiva, fue motivo para que Jesús
fuera condenado a muerte por las autoridades religiosas y políticas:
¿Qué vamos a hacer? Este hombre hace muchos milagros. 
Si lo dejamos que siga, todos creerán en Él, y vendrán los romanos 
y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás
que era el sumo sacerdote les dijo: Conviene que muera un hombre 
por todo el pueblo, y no que toda la nación perezca. A partir de este 
momento tomaron la decisión de dar muerte a Jesús (Jn 11,45-53).
Una vez apresado, Jesús fue juzgado por Caifás y, luego, por Pilato.
Éste, representante del imperio romano, le pregunta a Jesús: Tu nación 
y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús, que conoce muy bien las injusticias que cometen: los romanos,
terratenientes, cobradores de impuestos, autoridades religiosas…
le responde a Pilato: Mi reino no es como los reinos de este mundo.
*Los reyes de este mundo tienen territorio y fronteras que defender…
El Reino de Jesús no está ligado a un territorio, pues Dios es Espíritu 
y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y verdad (Jn 4,19-24).
*Los reyes de este mundo mientras oprimen se hacen alabar…
En el Reino de Jesús, sus discípulos son servidores (Jn 13,12-17).
*En el reino de este mundo los lobos rapaces amontonan oro…
En el Reino de Jesús todos son amigos y se esfuerzan por amarse
mutuamente, entregando la propia vida por los amigos (Jn 15,12-15).
*En el reino de este mundo abundan: palacios, tronos, oro, riquezas…
En el Reino de Jesús la cruz es camino a la resurrección (Jn 19,1-24).

Vine al mundo para ser testigo de la verdad
Enseñando Jesús en el templo de Jerusalén, dijo a los judíos:
Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos, 
conocerán la verdad y la verdad les hará libres. Sin embargo,
después de una larga discusión y al no aceptar las enseñanzas
de Jesús, los judíos cogieron piedras para apedrearlo (Jn 8,31-59).
En el Evangelio de hoy, Jesús -el Profeta del Reino de Dios-
está frente a Pilato el representante del imperio más poderoso.
Pues bien, cuando Pilato pregunta a Jesús: Entonces, ¿tú eres rey?;
Jesús le responde: Tú lo dices. Yo soy rey, para esto he nacido, 
para esto he venido al mundo, para ser testigo de la verdad.
Jesús es rey y vino a este mundo para darnos vida en plenitud.
Sus discípulos no son funcionarios del templo ni del imperio romano;
son creyentes que escuchan y practican las enseñanzas del Maestro,
y siguen los pasos de Jesús para ser como Él: testigos de la verdad.
Por eso, los cristianos no son propietarios de la verdad sino testigos;
no imponen su doctrina, no controlan la fe de los demás, no pretenden
tener razón en todo. Son servidores de la Buena Noticia que libera.
Ante la actual crisis de fe, la Iglesia atraerá cuando vean que su rostro
se parece al rostro de Jesús, y su vida les recuerda la vida de Jesús:
Señor, danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana. 
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo 
y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien  
se siente explotado y deprimido… Solo desde los pobres, que son
los hermanos de Jesús, se empieza a comprender todo el Evangelio.
Entonces Jesús dijo a la gente: Salió un sembrador a sembrar
Señor, aumenta nuestra fe para sembrar la Buena Noticia del Reino:
-donde hay egoísmo, sembremos la semilla del Reino de Gracia,
-donde hay pecado, sembremos la semilla del Reino de Santidad,
-donde hay odio, sembremos la semilla del Reino de Amor,
-donde hay muerte, sembremos la semilla del Reino de Vida,
-donde hay mentira, sembremos la semilla del Reino de Verdad,
-donde hay esclavitud, sembremos la semilla del Reino de Libertad,
-donde hay exclusión, sembremos la semilla del Reino de Justicia,
-donde hay guerra, sembremos la semilla del Reino de Paz.
Solo así, todos los hombres y mujeres de buena voluntad tendremos
un motivo para seguir amando y para seguir esperando.
J. Castillo A.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un mundo nuevo es posible


Domingo XXXIII, Tiempo Ordinario, ciclo B
Dn 12,1-3   -   Heb 10,11-18   -   Mc 13,24-32

El que se mantiene firme, se salvará
Jesús, por anunciar el Reino de Dios y su justicia fue perseguido,
por las autoridades políticas y religiosas, hasta morir crucificado.
Sus discípulos tendrán que recorrer el mismo camino,
pues ellos no están por encima de su Maestro… (Mt 10,24-25).
Ahora bien, según el capítulo 13 del Evangelio de Marcos,
los primeros cristianos por anunciar las enseñanzas y obras de Jesús,
tuvieron serios problemas: externos e internos a la misma comunidad.
*Con relación al imperio romano: muchos cristianos eran llevados
ante los gobernadores y reyes para dar testimonio de su fe;
además, sus casas y propiedades eran allanados.
*Con relación a los judíos: eran interrogados en sus tribunales
y también eran azotados en las sinagogas.
En una palabra, los cristianos eran odiados por causa de Jesús.
*Uno de los problemas que había al interior de la misma comunidad
eran los falsos líderes y los falsos discípulos.
*En medio de estas tribulaciones los cristianos se mantenían firmes,
porque el Espíritu Santo estaba y hablaba en ellos y, además,
la presencia gloriosa del Hijo del Hombre los acompañaba.
Teniendo presente el testimonio de estos hermanos mayores en la fe,
siglos más tarde San Juan Crisóstomo (350-407) dirá lo siguiente:
Muchas son las olas que nos ponen en peligro y una gran tempestad
nos amenaza. Sin embargo, no tememos ser sumergidos
porque permanecemos de pie sobre la roca…
Díganme, ¿qué podemos temer? -¿La muerte?
Para mí, la vida es Cristo y una ganancia el morir.
-¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena.
-¿La confiscación de los bienes? Sin nada venimos al mundo
y sin nada nos iremos (Homilía antes de partir al exilio).

Verán al Hijo del Hombre
Después de haber ingresado a Jerusalén, Jesús va al templo,
donde expulsa a los comerciantes y cambistas, pues aquel templo
ya no es un lugar de oración y de encuentro con el Padre Bueno,
sino que se ha convertido en una cueva de ladrones.
Más tarde, llama la atención de sus discípulos sobre la hipocresía
de los maestros de la ley que devoran los bienes de las viudas,
con el pretexto de hacer largas oraciones. En este contexto,
refiriéndose a ese templo y a las ceremonias que allí se realizaban,
Jesús dijo: No quedará piedra sobre piedra, todo será destruido.
Esta destrucción es el inicio de un mundo nuevo donde habrá justicia.
En adelante, los cristianos anunciarán con el testimonio de sus vidas,
la Buena Noticia de Jesús: Hijo de DiosHijo del Hombre
Y, justamente, en el Evangelio de hoy leemos la siguiente frase:
Verán llegar al Hijo del Hombre… reunirá a sus elegidos...
Hijo del Hombre significa que Jesús es verdadero ser humano.
Este título es utilizado por Jesús en muchas ocasiones y solo por Él.
*Estando en Cafarnaún, le traen a un paralítico. Jesús, al ver la fe de
ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Y como los maestros de la ley se ponen a murmurar, Jesús les dice:
El Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados...
*A los fariseos, observantes del descanso del sábado, Jesús les dice:
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
Por esto, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado.
*Al anunciar por tercera vez su pasión, muerte y resurrección,
Jesús dice a sus discípulos: El Hijo del Hombre será entregado
a los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley,
le condenarán a muerte y le entregarán a los paganos.
Se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le darán muerte;
pero tres días después resucitará.
Pues bien, desde el momento que Dios viene a nosotros en la persona
de Jesús: Hijo de Dios e Hijo del Hombre; desde entonces,
el Hijo del Hombre, presente en sus hermanos pobres (Mt 25,31-46),
es el camino que nos conduce a Dios, Padre misericordioso.
Con mucha razón, San Ireneo (130-200) dijo lo siguiente:
La gloria de Dios consiste en que el hombre viva.
J. Castillo A.           

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Mujer... Viuda... Pobre...


Domingo XXXII, Tiempo Ordinario, ciclo B
1Re 17,10-16  -  Heb 9,24-28  -  Mc 12,38-44

¡Cuidado con los maestros de la ley!
Cuando Jesús comenzó a enseñar en la sinagoga de Cafarnaún,
la gente se admiraba de su enseñanza, porque lo hacía con autoridad
y no como los maestros de la ley (Mc 1,22).
Estos maestros de la ley, llamados también escribas, doctores, letrados;
eran especialistas en el conocimiento y aplicación de la Ley de Dios.
Sin embargo -salvo raras excepciones- ellos y los fariseos
eran hipócritas porque enseñaban una cosa y hacían otra (Mt 23,1-3).
Pues bien, Jesús estando en Jerusalén denuncia una vez más
a los maestros de la ley por ser: arrogantes, corruptos, estafadores…
-Ellos andan con lujosos vestidos para diferenciarse de los demás.
-Buscan los saludos para ser reconocidos como superiores.
-Ocupan los primeros asientos en la sinagoga para ser visto por todos.
-Con su presencia en banquetes, aprueban las injusticias de los ricos.
-Y el peor delito que cometen es despojar de sus bienes
  a las viudas pobres, y para disimularlo hacen largas oraciones.
Ellos recibirán una sentencia más severa, dice Jesús.
Al respecto, recordemos lo siguiente: Quien obtiene ilegítimamente 
un lucro con el estipendio de la Misa, deber ser castigado
con una censura o con otra pena justa (CIC, n.1385, cf. n.947).

Muchos ricos dan de lo que les sobra
Hace veinte siglos, el emperador romano y sus legiones controlaban
el mundo entonces conocido, incluyendo el pequeño país de Palestina.
En Palestina, además, los terratenientes explotaban a los campesinos;
y los funcionarios de la religión -que tenían un corazón de piedra-
vivían ajenos al sufrimiento de su propia gente.
En Jerusalén, Jesús está sentado frente a las alcancías del templo
y observa cómo muchos ricos dan abundantes limosnas,
pero -como siempre- dan de lo que les sobra. Hoy sucede igual…
*¿Bastará recibir ciertas donaciones con los ojos vendados y decir:
no interesa de donde viene, lo que importa es cómo las invertimos?
*¿Se justifica amontonar riquezas para dar después lo que chorrea?:
Hoy vengo a decir que el chorreo (económico) ya es una realidad, 
ya comienza a llegar a los bolsillos de la gente (Lima, 28 julio 2005).
*¿Qué juicio merecen los empresarios que sobornan con una mano,
para obtener ganancias millonarias con la otra?:
A una empresa petrolera o empresa minera le resulta más barato
sobornar al gobierno -pagarle a alguien del gobierno un millón 
de dólares- que pagar el valor total del recurso natural 
-miles de millones de dólares-. De modo que, dándole dinero 
a un empleado del gobierno, con frecuencia de bajos ingresos, 
la empresa puede ahorrar cientos de millones de dólares. 
Si la responsabilidad del presidente ejecutivo de una empresa 
-frente a sus accionistas- es maximizar las ganancias, 
su obligación es hacer eso (Joseph Stiglitz. Lima, 18 dic. 2007).
Ante estas ‘costumbres perversas’ meditemos en el siguiente texto:
¡Oigan esto ustedes los ricos! ¡Lloren y griten por las desgracias 
que van a sufrir! Sus riquezas están podridas, sus ropas apolilladas,
su plata y su oro oxidados… (Santiago 5,1-6).

Esta pobre viuda ha dado todo lo que tenía
Una persona triplemente marginada por ser: mujer… viuda… y pobre,
se acerca a una de las trece alcancías y da dos monedas de poco valor.
Jesús, muy conmovido, llama a sus discípulos para que aprendan algo
que solo nos pueden enseñar las personas pobres, nadie más:
Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que todos los demás.
Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,
cuando un hombre pasa sed y agua nos da,
cuando el débil a su hermano fortalece:
Va Dios mismo en nuestro mismo caminar…
La viuda pobre ha dado al templo todo lo que tenía para vivir.
¿Y el templo y los funcionarios del culto, qué dan y qué hacen por
los preferidos de Dios: los forasteros, huérfanos y viudas? (Jer 7,1-7).
Si no se convierten, ese templo y religión serán destruidos (Mc 13,2).
La verdadera religión consiste en cuidar a los huérfanos y viudas,
y no mancharse con la corrupción de este mundo (Stgo 1,27).
J. Castillo A.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Lo importante es amar


Domingo XXXI, Tiempo Ordinario, ciclo B
Deut 6,2-6  -  Heb 7,23-28  -   Mc 12,28-34

El mandamiento más importante
Cuando Dios se aparece a Moisés, en una zarza ardiente, le dice:
He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus lamentos,
he bajado para liberarlo y llevarlo a una tierra nueva (Ex 3,7-10).
Camino a la tierra prometida, Dios hace una alianza con su pueblo:
Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo. Desde entonces, este pueblo
se compromete cumplir con los diez mandamientos (Ex 20,1-17).
En la época de Jesús, habían más de seiscientos preceptos o normas
que se debían observar, dejando de lado el mandamiento de Dios.
Por ejemplo: -el descanso del sábado (Mc 2,23-28;  3,1-6);
-comer con las manos impuras, es decir, sin lavárselas (Mc 7,1-5);
-dejar de lado el amor al padre y a la madre (Mc 7,8-13);
-no comer la carne de animales impuros (Mc 7,14-23);
-ir al templo de Jerusalén al menos una vez al año; etc.
Éstas y otras normas eran pesadas cargas para el pueblo (Mt 23,4).
Ahora bien, Jesús después de ingresar a la ciudad de Jerusalén:
-denuncia a los que convirtieron el templo y la religión en un negocio,
-desenmascara las intenciones homicidas de las autoridades religiosas,
-discute con fariseos y herodianos sobre el tributo del César,
  y con los saduceos sobre la resurrección (Mc 11,1 - 12,27).
En este contexto, un maestro de la Ley que había escuchado aquellas
discusiones y viendo que las respuestas de Jesús eran perfectas,
se acerca y le pregunta: ¿Cuál es el mandamiento más importante?
Jesús le responde a partir de dos textos de la Sagrada Escritura:
El más importante es: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas (Dt 6,4ss).
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Lev 19,18.34).
Luego, Jesús añade: No hay mandamiento más importante que éstos.
¿Qué espacio ocupa Dios y el prójimo en nuestros corazones?

No estás lejos del Reino de Dios
El maestro de la Ley, que ha tomado distancia de los grupos religiosos,
se muestra totalmente de acuerdo con Jesús y reconoce que
el amor a Dios y al prójimo vale más que todos los sacrificios.
Es por eso que Jesús le dice: No estás lejos del Reino de Dios.
En efecto, Dios no acepta los sacrificios de los malvados
que privan a los pobres del pan que necesitan,
y niegan a su prójimo el justo salario (Eclo 34,18-22).
Refiriéndose al ayuno que Dios quiere, el profeta Isaías dice:
Romper las cadenas de las injusticias, dejar libres a los oprimidos,
compartir tu pan con el hambriento, acoger al pobre sin techo,
vestir al que veas desnudo, no despreocuparte de tu prójimo (Is 58).
¿En nuestras celebraciones religiosas vemos el rostro misericordioso
de Dios que ama a buenos y malos, y hace salir el sol para todos?
Los siguientes textos son el mejor comentario del Evangelio de hoy:
*Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero.
Si uno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso.
¿Puede amar a Dios a quien no ve, y no amar al hermano a quien ve?
El mandato que Jesucristo nos ha dado es el siguiente:
quien ama a Dios que ame también a su hermano (1Jn 4,19-21).
*El amor es paciente y servicial, no es envidioso ni busca aparentar,
no es orgulloso, ni actúa con bajeza, no busca su interés, ni se irrita,
sino que deja atrás las ofensas y las perdona,
nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad.
Todo lo aguanta y lo cree, todo lo espera y lo soporta (1Cor 13).
San Agustín (354-430) nos dice que para elevarnos hacia Dios
debemos utilizar dos alas: el amor a Dios y el amor a los hermanos.
Si quieres saber lo que vale tu amor, mira a dónde te conduce.
No les hemos dicho: no amen, sino no se aten a las cosas terrenales;
solo así amarán con toda libertad al Creador de todas las cosas.
Si tú te hallas muy atado a alguna cosa de este mundo,
es como si tuvieras goma en las alas, no eres capaz de volar.
Al contrario, si te encuentras desprendido de las cosas terrenales,
tus alas estarán libres de todo aquello que te paraliza, y tú tomarás
vuelo con la ayuda de dos mandamientos: el amor a Dios y el amor
a tu prójimo. ¿A dónde ir sino hacia Dios? Tú te remontas volando,
porque tú subes amando (Comentario al Salmo 121,1).  
J. Castillo A

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ver y seguir a Jesús


Domingo XXX, Tiempo Ordinario, ciclo B
Jr 31,7-9  -  Heb 5,1-6  -  Mc 10,46-52

En Jericó, ciudad de las palmeras
En el camino que va de Jerusalén a Jericó un hombre es asaltado,
le roban todo lo que tiene, le hieren y lo dejan medio muerto.
Un sacerdote y un levita lo ven… no hacen nada… siguen su camino.
Estos funcionarios del templo tienen ojos pero no ven:
Si tu ojo está enfermo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad.
Pero un samaritano que va de viaje: lo ve, se compadece, se acerca,
cura sus heridas, lo lleva a un hotel y cuida de él (Lc 10,30-35).
En Jericó vive Zaqueo. Es jefe de los cobradores de impuestos
y muy rico. Despreciado como publicano-pecador, quiere ver a Jesús.
Después de acoger a Jesús en su casa, se levanta y le dice:
Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres,
y a quien he robado algo, le devolveré cuatro veces más (Lc 19,1-10).
El texto del Evangelio de hoy nos presenta el encuentro:
de Bartimeo, hijo de Timeo,  con Jesús, Hijo de David.
Este encuentro tiene lugar en el camino, a la salida de Jericó,
cuando Jesús, sus discípulos y una gran multitud van a Jerusalén.
Meditemos este texto teniendo presente nuestra situación actual.

A la orilla del camino
Bartimeo es hijo de Timeo, que significa: apreciado, valorado
Sin embargo es ciego, mendigo, y está sentado a la orilla del camino.
Es ciego, pero abriga la esperanza de recobrar la capacidad de ver.
Por eso, más adelante le suplicará a Jesús: Maestro, que pueda ver.
¡Cuánta falta nos hace tener aquella luz que ilumine nuestras vidas!
Está sentado, postrado al borde del camino, fuera de la ciudad.
Es la triste realidad de la actual exclusión social que afecta a millones
de hombres y mujeres, quienes además de ser explotados,
son excluidos y considerados como sobrantes y desechables (DA 65).
Pide limosna. Su vida depende de las monedas que caen en su manto.
¿Hasta cuándo sectores pobres de nuestra sociedad dependerán
de ciertos ‘proyectos paliativos’? ¿Se analizan las raíces del problema?
S. Juan Crisóstomo (335-394), en su sermón contra los usureros dice:
Tal vez des limosna. Pero, ¿de dónde la sacas, sino es de tus robos
crueles, de los sufrimientos, de las lágrimas, de los lamentos?
Si el pobre supiera de dónde viene tu limosna, lo rehusaría…
Cuando oye que Jesús pasa por aquel lugar, se pone a gritar:
¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!... Como ya dijeron:
Es el grito de un pueblo que sufre y que demanda justicia, libertad,
respeto a los derechos fundamentales del hombre y de los pueblos…
El clamor pudo haber parecido sordo en ese entonces.
Ahora es claro, impetuoso y, en ocasiones, amenazante (DP, 87ss).
Nuestra devoción a Cristo crucificado no termina con una procesión.
Hace falta una Iglesia comprometida con los pobres y los crucificados.
Jesús se detiene. El profeta de Nazaret no puede seguir su camino,
como lo hicieron los funcionarios del templo de Jerusalén.
Los seguidores de Jesús tampoco pueden caminar tras Él,
sin oír los gritos, las quejas, los lamentos de los que sufren.
Por eso, hace que el grupo se detenga y les pide que llamen al ciego.
Ánimo -le dicen- levántate, te llama. El ciego deja su manto,
se levanta, se acerca a Jesús y le suplica: Maestro, que pueda ver.
Jesús le dice: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista.
Hoy hacen falta discípulos que actuando como Jesús puedan decir:
Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos quedan sanos,   
los sordos oyen, se anuncia la Buena Noticia a los pobres (Lc 7,22).
Después de recobrar la capacidad de ver, Bartimeo sigue a Jesús.
Recordemos que antes un hombre se aleja triste, porque era muy rico.
Bartimeo, en cambio, se despoja de su manto, el único bien que tiene:
es su abrigo para el frío y es su cobija para dormir (Ex 22,25-26).
Además, en ese manto recibía la limosna, pero ya no la necesita;
dejó atrás aquella sociedad donde unos pocos dominan y oprimen.
El 28 de octubre de 1958, Juan XXIII fue elegido Papa. En 1962,
se inició el Concilio Vaticano II que refiriéndose a los pobres dice:
La Iglesia abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad
humana; más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren
la imagen de su Fundador pobre y paciente, se esfuerza en remediar
sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo (LG, 8).
J. Castillo A.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Servir y dar vida


Domingo XXIX, Tiempo Ordinario (ciclo B)
Isaías 53,10-11  -  Hebreos 4,14-16  -  Marcos 10,35-45

¿Pueden beber el cáliz que yo he de beber?
Mientras sigue su camino a Jerusalén, Jesús reúne a los Doce
y les anuncia -por tercera vez- su pasión, muerte y resurrección.
Fue entonces cuando Santiago y Juan le piden: Maestro, concédenos
sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
Jesús no les promete nada, solo les pregunta: ¿Pueden beber el cáliz 
que yo he de beber o recibir el bautismo que yo voy a recibir?
Beber el cáliz y recibir el bautismo son expresiones que se refieren
a la muerte en la cruz, el camino elegido por Jesús para dar vida.
*En la cena de despedida, Jesús toma el cáliz lleno de vino y dice:
Éste es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos.
Y en Getsemaní ruega al Padre diciendo: Aparta de mí este cáliz
*Sobre el bautismo, Jesús dice: He de recibir un bautismo, y ¡qué 
angustia siento hasta que se haya cumplido! (Lc 12,50;  cf. Rom 6,3).
Por ahora, Santiago y Juan responden: ¡Podemos! Pero, más tarde
comprenderán que los caminos de Dios son diferentes (Is 55,8).
Según el Evangelio de Marcos: Junto con Jesús crucificaron
a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda (15,27).
Santiago y Juan, pensando en la gloria y en el poder de este mundo,
no advierten que estos mismos poderes terrenales son los que matan
y los que eligen quién está a la derecha y a la izquierda de la cruz.
Ellos beberán el cáliz y serán bautizados, cuando sean perseguidos
-como Jesús- por las autoridades políticas y religiosas. Y así sucedió.
Dichas autoridades prohíben a Pedro y a Juan hablar y enseñar
en nombre de Jesús (Hch 4,1-22). También llaman a los apóstoles,
los azotan y les prohíben hablar en nombre de Jesús (Hch 5,17-42).
Más tarde, Herodes Agripa I persigue a los miembros de la Iglesia,
y hace degollar a Santiago, el hermano de Juan... (Hch 12,1-2).
Santiago y Juan son felices pues dieron su vida por la causa de Jesús:
Felices los que son perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos (Mt 5,10).

Entre ustedes no ha de ser así
Los otros diez, al oír esto, se enojan contra Santiago y Juan, porque
ellos también tienen sus intereses personales; y el seguimiento a Jesús
lo están convirtiendo en un camino para tener privilegios terrenales.
Jesús, como buen Maestro, aprovecha esta oportunidad para decirles:
*Ustedes saben que los gobernantes dominan y los grandes oprimen.
Haciendo un poco de historia, en aquella época el pueblo judío
estaba dominado, externamente, por el imperio romano;
e, internamente, por los terratenientes y los negociantes del templo.
En este contexto, los seguidores de Jesús deben ir contracorriente,
para acabar con ese cáncer político y religioso que oprime y tiraniza.
*A continuación Jesús añade: Entre ustedes no ha de ser así;  
el que quiera ser grande que se haga servidor de los demás.
Jesús busca introducir en este mundo una comunidad diferente,
donde queda suprimido todo tipo de dominio sobre los demás,
y donde la autoridad debe ser entendida y vivida como un servicio.
En la comunidad de Jesús la autoridad: -no es un premio por méritos
adquiridos, -ni el reconocimiento de una buena conducta,
-tampoco se otorga a quienes den garantías de guardar el orden.
La autoridad es un servicio y termina cuando se convierte en poder.
*Luego Jesús les habla con el testimonio de su propia vida:
El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida en rescate de todos.
Jamás debemos olvidar que Jesús, día tras día, fue entregando su vida
por una causa: hacer realidad entre nosotros el Reinado de Dios.
Desde entonces los seguidores de Jesús estamos llamados a dar vida.
-Dar vida es buscar primero el Reino de Dios y su justicia.
-Dar vida es hacer realidad una Iglesia pobre entre los pobres.
-Dar vida es acoger a los excluidos por la sociedad y la religión.
-Dar vida es defender los derechos de todos en especial de los pobres.
-Dar vida es rechazar el actual modelo neocolonialista y consumista.
-Dar vida es derramar nuestra sangre y morir por causa del Evangelio.
*En pocas palabras, el Vaticano II nos sigue desafiando al decir:
No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Solo desea una cosa:
continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, 
quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar
y no para juzgar, para servir y no para ser servido (GS, n.3).
J. Castillo A.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Veinte siglos después


Domingo XXVIII, Tiempo Ordinario, ciclo B
Sabiduría 7,7-11    Hebreos 4,12-13    Marcos 10,17-30

¿Qué debemos hacer?
El autor del libro de Job presenta la situación inhumana de los pobres,
que son oprimidos y despojados de sus bienes por los ricos malvados.
Los malvados: -Cambian los linderos y apacientan ovejas robadas…
-Despojan de sus animales a los huérfanos y a las viudas…
-Apartan del camino a los pobres y los miserables se esconden…
-Arrancan del pecho de las viudas a sus hijos recién nacidos…
-Dan como garantía al hijo del pobre… (Job 24, cf. Eclo 34,18-22).
Los pobres: -Madrugan para buscar trabajo y pan para sus hijos…
-Pasan la noche desnudos, sin manto para protegerse del frío…
-Empapados por las lluvias se refugian en las rocas…
-Como animales de carga transportan el trigo y pasan hambre…
-Los moribundos gimen en la ciudad y los heridos piden socorro…
¿Algún día esos ricos malvados se convertirán y pedirán perdón?
¿Comprenderán que la Sabiduría vale más que el oro y la plata?
En pleno siglo XXI, la economía del mercado, la explotaciCn irracional,
la industrializaciCn salvaje y descontrolada… -Dejan destrucción,
e incluso muerte, en nuestra regiCn de América Latina y el Caribe…
-Privilegian el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida
de los personas y de los pueblos, y del respeto de la naturaleza…
-Con actitud egoísta destruyen nuestros bosques y la biodiversidad…
-Ponen en peligro la vida de millones de campesinos e indígenas,
 que son expulsados para vivir miserablemente en las ciudades…
-Contaminan el agua y el medio ambiente con desechos químicos….
-Convierten las zonas explotadas en inmensos desiertos (DA, n.473).
Pero, todos estos problemas se dan en países que se llaman católicos,
con Partidos políticos cristianos y Asociaciones patronales católicas.
Si sus miembros preguntaran: Maestro bueno, ¿qué debemos hacer?
Jesús volvería a decir: No mates… No cometas adulterio… No robes…
No mientas… No seas injusto… Honra a tu padre y a tu madre…
¿Ellos podrán responder: Maestro, todo eso lo estamos cumpliendo?

Seguir a Jesús pobre entre los pobres
Gracias al camino abierto por hermanos nuestros en la fe cristiana,
son muchísimos los que están comprometidos con los pobres, incluso
derramando su sangre por hacer realidad un mundo más fraterno.
*El Papa Juan XXIII (el 11 de sept. de 1962) y el Cardenal Lercaro
(el 6 de dic. 1962) hicieron hincapié sobre: La Iglesia de los pobres.
*El doc. de Medellín (1968) al hablar sobre: La pobreza de la Iglesia,
distingue:  -la pobreza como carencia de bienes que es un mal,
-la pobreza espiritual que es el tema de los pobres de Yavé, y
-la pobreza como compromiso que asume la condición de los pobres.
*En el doc. de Puebla (1979) se habla de la Opción preferencial
por los pobres y del potencial evangelizador de los pobres.
*Al inaugurar la IV Conferencia Episcopal de Santo Domingo (1992),
el Papa Juan Pablo II dijo: La Iglesia reafirma la opción preferencial
en favor de los pobres. Una opción no exclusiva ni excluyente
*El Papa Benedicto XVI en Aparecida (el año 2007), dijo: La opción 
preferencial por los pobres está implícito en la fe cristológica.
Sin embargo, como dijeron nuestros Obispos en Medellín: La Iglesia
experimenta la urgencia de traducir ese espíritu de pobreza en gestos,
actitudes y normas que la hagan un signo más lúcido y auténtico de
su Señor. La pobreza de tantos hermanos clama justicia, solidaridad, 
testimonio, compromiso, esfuerzo… Y, para ser consecuentes, añaden:
*Deseamos que nuestra habitación y estilo de vida sean modestos;
nuestro vestir, sencillo; nuestras obras e instituciones, funcionales
*Deseamos renunciar a títulos honoríficos propios de otra época…
*Con la ayuda del Pueblo de Dios esperamos superar el sistema
arancelario, reemplazándolo por otras formas de cooperación
económica, desligadas de la administración de los sacramentos…
*Alentamos a los que se sienten llamados a compartir la suerte
de los pobres, viviendo con ellos y aun trabajando con sus manos
*Queremos que nuestra Iglesia latinoamericana esté libre:
de ataduras temporales, de complicidad y de prestigio ambiguo…
*Así la Iglesia, continuadora de la obra de Cristo, presentará ante
el mundo signo claro e inequívoco de la pobreza de su Señor
Veinte siglos después, Jesús nos sigue interpelando y nos dice:
Anda, vende lo que tienes… Reparte el dinero a los pobres… 
Después, sígueme ¿Nos iremos tristes, porque somos ricos?
J. Castillo A.

¿Dios o el dinero? (Domingo 14 de Octubre)

Para leer las lecturas del XXVIII domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B, clickar:


"La Palabra de Dios es viva y eficaz,
más tajante que espada de doble filo,
penetrante hasta el punto
donde se juntan alma y espíritu. …
Juzga los deseos e intenciones del corazón"
(Hb 4,12).

En prácticamente todas las celebraciones de la Iglesia, y sobre todo en la Eucaristía dominical,se parte la Palabra de Dios, es decir, se sirve como alimento. Porque la Palabra es "vida", "luz", sendero", "comida”. Toda vida que se precie de cristiana ha de tener una constante referencia y confrontación con la Palabra de Dios. Si no se discierne la vida a la luz de la Palabra se corre el riesgo de construir la propia espiritualidad sobre bases poco sólidas, sobre la palabra de los falsos profetas, o sobre el culto egoísta a uno mismo. ¿No ocurre así con la vida espiritual de muchos que se llaman devotos de tal o cual santo, al que acuden con sus peticiones y acciones de gracias, pero nunca escuchan la Palabra de Dios que el tal santo escuchó con fervor y vivió con apasionamiento? Hay que evitar caer en la relación con Dios basada en el monólogo complaciente, donde uno habla y se responde según sus propios criterios, huyendo de la dureza que a veces supone el diálogo con la Palabra de Dios; situarse ante ella es ponerse ante Dios, y entonces no valen ni autojustificaciones ni autocomplacencias.

El baño de la Palabra

Ser cristiano es ser configurados con Cristo, parecernos a Cristo. En el bautismo, dice san Pablo y toda la tradición cristiana, nos configuramos con Él. ¿Cómo?
-Ritualmente con la celebración del rito sacramental, con el baño del agua y el Espíritu.
-Mentalmente por el estudio, la reflexión, y la medicación-contemplación de la Palabra, hecha carne en Jesús; revelada en Jesús y su Evangelio del reino. Sumergiéndonos en la Palabra de Dios por la oración y la práctica de los sacramentos vamos permitiendo que la Palabra elimine todo lo que de ajeno a Dios hay en nosotros
-Existencialmente: No todo queda en un rito bautismal y una escucha y contemplación desencarnada; la configuración con Cristo en el bautismo es también una vocación, una llamada a moldear la propia vida según el modelo que tenemos en nuestro Señor. Con el baño de la Palabra, viviéndola, mojándonos en ella y con ella, vamos configurando nuestra manera de ser según el estilo de vida de Jesucristo.

Por tanto, la Palabraque nos debe envolver no es Palabra sólo oída, sino también vivida, practicada, cumplida. Si la Palabra no actúa en ti por la fe que pones en ella y no la exteriorizas con tus obras, no puedes experimentar la salvación (dicha, felicidad) que te viene por ella. "Dichosos los que escuchan la Palabrade Dios y la ponen en práctica" (Lc 11,27; cf 8,21). "La Palabra de Dios se hizo carne" (Jn 1,14) en Jesucristo, y por ello no puede entenderse desligada de la realidad. La Palabra de Dios, para quien ha puesto su fe en ella, es inconcebible desligada de su praxis, de su incorporación a las entrañas del ser humano y su acción social. Cuando la Palabracala en lo profundo, allí donde la voluntad del hombre ejercita su libertad, configura a la persona haciendo de ella "otro Cristo". Y de tal árbol tal fruto.

La Palabra (Jesús), entre el rechazo y la aceptación

La Palabrade Dios, como tijera de jardinero, poda todo lo que puede destruir la imagen de Dios en ti, y te configura con Cristo, te hace ser como Él. La poda a la que la “audiencia”(ob-audiencia, obediencia) de la Palabra te somete es un ejercicio de limpieza a veces doloroso, y por eso sueles resistirte a ello, pero sin arrancar de ti las malas ramas no podrás crecer y dar buenos frutos.

El Evangelio de Marcos, en el pasaje que solemos conocer como “encuentro con el joven rico” (Mc 10,17-31), nos ofrece un claro ejemplo de resistencia y rechazo a las exigencias de la Palabra, acompañado también con un ejemplo de aceptación por parte de los discípulos.”Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mc 10,28).

Por un lado tenemos en la escena a una persona, un joven dirá san Mateo (19,20.22), que se acerca a Jesús interesado por alcanzar la "vida eterna", o sea, la felicidad. Y Jesús, fiel a la tradición judía, le aconseja: "Ya sabes los mandamientos" (Mc 10,19). Pero él replica afirmando que ya los cumplía. Sin embargo no parece irle muy bien con ellos ya que no se siente satisfecho. Un corazón joven siempre está inquieto y pide más. Jesús le mira con cariño, ¡qué importante esa mirada amorosa de Dios!, y le invita a ir más allá: "Una cosa te falta, anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo-, y luego sígueme" (Mc 10,21). Al cumplimiento de la ley que viene de fuera, Jesús le añade el desprendimiento que nace del corazón. Pero el joven aún no está preparado par pasar de la ley a la fe, del cumplimiento de unos mandamientos a la imitación de la misericordia de Dios, la única que puede salvar. "Frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico" (Mc 10,22).

Partiendo de lo ocurrido con el joven Jesús da a los suyos una catequesis sobre el poder corruptor de la riqueza. Cuando la confianza en los bienes materiales se pone por encima de la confianza en Dios, es decir, cuando se hace del oro y la plata un ídolo, el camino de la vida queda cerrado; porque la riqueza es una carga pesada, un Dios cruel que pide sacrificios inmensos para quien le sirve, sacrificios económicamente rentables por lo general, pero humanamente ruinosos. El "Dios riqueza" desangra la vida de los que le sirven, destruye sus relaciones familiares (separa a los hermanos), laborales (genera explotación), sociales (clasifica a los hombres según su status económico) y religiosas: “Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a u no y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso al segundo. No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24). etc. Por eso éste ídolo hace imposible entrar en el Reino:“Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de Dios” (Lc 18,25). El camino de la vida es el de la pobreza libremente asumida, virtud que pone las bases a la auténtica libertad, pero que escandaliza incluso a los primeros discípulos de Jesús: "Entonces ¿quién puede salvarse?". Jesús se les quedó mirando -esta vez mira a los suyos-: Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo."(Mc 10,26-27).

La virtud de la pobreza, don de Dios.

Dios lo puede todo. Revelación clave. La virtud de la pobreza no es el fruto de un voluntarismo. No es una competición, como esas competiciones de los filósofos estoicos, o la de algunos ascetas que hicieron de la renuncia a las cosas del mundo una carrera a ver quien llegaba a soportar mayor escasez; la virtud de la pobreza es un don de Dios. Don que, por supuesto, pide respuesta desde la voluntad del hombre; y éste debe ser consciente de que sólo bañado por la gracia de Dios, revestido con su fuerza, es capaz de vencer en la lucha contra el demonio de la avaricia.

A los discípulos, que dicen: "ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido", Jesús le da una seguridad: recibirán cien veces más, porque la sabiduría que conlleva la virtud de la pobreza vale cien veces más (Sb 7,7-8). Pero, ¡ojo!, "con persecuciones" (Mc 10,30). El “conflicto de Dios con el mundo” no estará ausente de la vida del discípulo, la incomprensión será causa de sufrimiento para el seguidor fiel. La meta de la bienaventuranza total para los pobres de Dios sólo se alcanzará plenamente en la edad futura, en la vida eterna (cf Mt 5,3).

Que nuestra mirada hoy se vuelva sobre Jesús, que "siendo rico se hizo pobre para que nosotros nos enriqueciéramos con su pobreza" (2 Cor 8,9).La Eucaristíaque celebramos es el sacramento de los pobres, de los que sabiéndose necesitados, empobrecidos en su interior, buscan la riqueza de la sabiduría y "en su comparación tienen en nada la riqueza" (Sb 7,8). Cristo se comparte con nosotros, se nos da a comer en el pan eucarístico; nos da lo único que tiene, su vida para que nosotros tengamos vida eterna. Este es el misterio que celebramos en cada Misa: la vida de Dios que pasa resucitándonos. En la oración colecta del domingo XXIII ordinario le pedimos a Dios que “nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir”. ¿Qué son esas cosas que no nos atrevemos a pedir? Pues, tal vez estén entre ellas, la pobreza como virtud, o la humildad, o la persecución. Pero ¿acaso quiere Dios que vivamos en la miseria y el desprecio o sufriendo? ¡De ningún modo!; la pobreza, la persecución, las humillaciones, sólo se deben pedir, como dice san Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales, "si todo ello es necesario para mejor servir a su Divina Majestad" (EE, 23 y 157), es decir, si con ello podemos acercarnos más a Dios y acercar a otros. Al pedir esas cosas estamos pidiendo vernos libres de las ataduras del dinero y de la propia imagen y consideración al precio que sea necesario; quien obtiene esa libertad anda por el mundo más seguro y complaciente que el que vive en el temor constante de perder su dinero o deteriorar la imagen que quiere dar al mundo.
Casto Acedo Gómez. Octubre 2012. paduamerida@gmail.com. 29376