miércoles, 26 de diciembre de 2012

Jesús también fue joven


La Sagrada Familia (ciclo C)
1Sam 1,20-28 - 1Juan 3,1-2.  21-24 - Lc 2,41-52

Te he buscado y te he encontrado
Los textos de la infancia y de la juventud de Jesús (Mt 1-2 y Lc 1-2),
debemos meditarlos a la luz de su pasión, muerte y resurrección;
porque, nadie sabe cómo llegan los grandes momentos de la vida,
cómo el niño se transforma en hombre y la niña en mujer
*José, María y Jesús van a Jerusalén para la fiesta de Pascua:
La Sagrada Familia, conformada por José, María y Jesús, nos enseña:
-el significado de la familia, -su comunión de amor, -su sencilla
y austera belleza, -su carácter sagrado e inviolable (Pablo VI, 1964).
En Jerusalén está el templo, el poder político, económico y religioso;
y es también el lugar donde Jesús morirá y resucitará (Lc 18,31-34).
A esta primera Pascua, seguirá aquella otra en la cual Jesús,
sentado a la mesa, dirá a sus apóstoles: Cuánto he deseado
comer con ustedes esta Pascua antes de mi pasión (Lc 22,1-20).
*Buscar a Jesús… y, luego de tres días, encontrarlo en el templo:
José y María buscan a Jesús entre sus parientes y conocidos, pero
no lo encuentran… Para encontrarlo tendrán que volver a Jerusalén.
Lo mismo sucederá con las mujeres. Aquel primer día de la semana,
ellas buscan a Jesús entre los muertos, pero allí no lo van a encontrar.
José y María hallan a Jesús al tercer día, que tiene mucha relación
con el tercer día en que la Vida vence a la muerte (Lc 24,1-12):
Nadie sabe cómo hiere el dolor y cómo surge la alegría.
Nadie sabe cómo entra la tristeza y cómo triunfa la esperanza.
*Estaban maravillados de la inteligencia y respuestas de Jesús:
En esta ocasión Jesús, sentado en medio de los doctores de la ley,
les escucha y, luego, les hace preguntas. Pero, llegará el día
en que los doctores de la ley y los fariseos serán sus enemigos,
y le espiarán para tener algo de qué acusarle (Lc 6,6-11).
En cambio, la gente sencilla le escuchará con asombro porque Jesús
era respetado por todos… y enseñaba con autoridad (Lc 4,15. 32).

Debo de ocuparme en las cosas de mi Padre
*Cuando María le dice: Hijo, ¿por qué te has comportado así?
mira que tu padre y yo te hemos buscado angustiados;
el joven Jesús los deja desconcertados con la siguiente respuesta:
¿No sabían que yo debo de ocuparme en las cosas de mi Padre?
Mientras María dice: tu padre y yo, Jesús responde: mi Padre.
Padre es la primera palabra de Jesús y será también su última palabra:
Nadie sabe cómo madura la fruta en el árbol y el pensar en la mente,
cómo se libera la fragancia de la tierra con la caricia de la lluvia.
*Jesús quiere que vivamos en un mundo más humano y fraterno,
donde todos sepamos ver con los ojos del corazón y del amor:
-Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes (Lc 6,36).
-Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado
estas cosas a los sabios y entendidos, y las diste a conocer a la gente
sencilla. Sí, Padre, porque así lo has querido (Lc 10,21-22).
-Cuando recen digan: Padre, santificado sea tu nombre,…
danos hoy nuestro pan de cada día,… (Lc 11,1-4).
-No teman, el Padre de ustedes ha querido darles el Reino (Lc 12,32).
-Cuando el hijo estaba lejos, su padre lo vio, sintió compasión de él,
corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó (Lc 15,11-31).
-Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (23,34).
-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (23,46).
*Desde Jesús, eternamente joven, otro mundo es posible…
No tengas miedo, levántate y camina. Abre los ojos y mira. 
Abre el oído y escucha. Abre la boca y habla. 
Levántate. Ponte en marcha. ¿Estás soñando con un mundo mejor? 
Entonces, cree en ese mundo con todas tus fuerzas 
porque Dios mismo está en ese sueño. Él mismo te lo inspira. 
Él mismo te acompaña en tus luchas para alcanzarlo junto a ti. 
Con Él ¡nada es imposible! Tienes rabia, grítala, 
pero no cultives el odio en tu corazón, 
no te vuelvas como aquellos de quienes muchos de tus males te vienen.
Actúa por amor a ti mismo, a los tuyos y a tu país. 
Y también por amor a los otros que están cerca o lejos, 
por amor a toda la humanidad, por amor al planeta, 
por amor a Dios, que es inseparable del mundo en que vives.
(Eloy Roy, misionero canadiense: Decir Jesús hoy, 2010).
J. Castillo A.

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