miércoles, 25 de marzo de 2020

Yo soy la resurrección y la vida

5º Domingo de Cuaresma, ciclo A
Ez 37,12-14  -  Rom 8,8-11  -  Jn 11,1-45

   El Evangelio de Juan fue escrito a fines del siglo I,
y presenta a Jesús, Hijo del Padre, como poseedor de la vida eterna:
*Los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y vivirán (Jn 5,25).
*Padre, la vida eterna consiste en que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero y a tu enviado Jesús, el Cristo (Jn 17,3).
*Estas señales milagrosas se han escrito
para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios,
y creyendo tengan vida por medio de Él (Jn 20,31).
   El texto de hoy, narra la enfermedad y la muerte de Lázaro,
en relación a la Vida plena que Jesús nos ofrece.
  
Jesús dialoga con sus discípulos
   Jesús se ha retirado a la otra orilla del río Jordán (Jn 10,40),
porque las autoridades religiosas de Jerusalén le siguen amenazando.
   *Entre tanto, en Betania (que significa casa del pobre),
un amigo de Jesús que se llama Lázaro (=Dios ayuda) está enfermo;
y sus hermanas le mandan avisar: Señor, tu amigo está enfermo.
Jesús aprovecha esta oportunidad para decir a sus discípulos:
Esta enfermedad no ha de terminar en la muerte,
ha de servir para mostrar la gloria de Dios y la gloria de su Hijo.
Sabiendo que la gloria de Dios consiste en que el ser humano viva,
es lamentable que hay personas inconscientes y sin escrúpulos,
que comercializan con los enfermos y también con los entierros.
Jesús no tiene nada que ver con esos negocios… todo lo contrario,
denuncia a quienes devoran los bienes de los pobres (Mc 12,40).
   *Cuando Jesús dice a sus discípulos: Lázaro ha muerto,
de inmediato añade: Me alegro por ustedes para que crean.
Luego, decide ir a Betania, arriesgando su propia vida.
Como sus discípulos tienen miedo, Tomás anima a sus compañeros
diciéndoles: Vamos también nosotros a morir con Él. Ciertamente,
no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos (Jn 15,13).

Jesús y sus discípulos llegan a Betania
   Cuando Jesús llega a Betania, Lázaro lleva cuatro días enterrado.
Muchos judíos han ido a la casa de Marta y de María para consolarlas.
Jesús también va, pero llevando esperanza: dar la Vida que Él posee.
*Al saber que Jesús llega, Marta (=señora) sale a recibirlo y le dice:
Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero lo que pidas a Dios, yo sé que Dios te lo concederá.
Jesús le anuncia: Yo soy la resurrección y la vida¿Crees tú esto?
Marta dice: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.
*María (=amada de Dios), al saber que Jesús le llama: se levanta
camina de prisaal ver a Jesús se postra a sus piesy llora.
*Jesús (=Dios salva), al ver llorar a María, se conmueve y llora.
   Sobre el llanto, el Papa Francisco dijo en Lampedusa (8 jul. 2013):
¿Quién de nosotros ha llorado por este hecho y por hechos como éste?
¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas?
¿Quién ha llorado por esas personas que iban en la barca?
¿Por las madres jóvenes que llevaban a sus hijos? ¿Por estos
hombres que deseaban algo para mantener a sus propias familias?
Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar (…).
Pidamos al Señor la gracia de llorar por nuestra indiferencia,
de llorar por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros,
también en aquellos que en el anonimato toman decisiones
socio-económicas que hacen posibles dramas como éste.

Jesús va al sepulcro de Lázaro
   Y, desde ese lugar, a través de gestos y palabras nos sigue diciendo:
*Quiten la piedraQuiten esos muros de injusticia y corrupción,
que levantan las personas y autoridades que dicen ser “creyentes”.
Quiten el abismo que hay entre los pocos ricos cada vez más ricos,
a costa de una multitud de pobres cada vez más pobres (Lc 16,19ss).
*Jesús ora: Te doy gracias, Padre, porque siempre me escuchas…
Lo digo ahora para que la gente crea que Tú me enviaste.
*Luego dice: ¡Lázaro, sal afuera!...Salir, dejar de amontonar dinero.
Salir del negocio que se hace con la salud, la educación, el trabajo…
Salir de la industrialización salvaje y descontrolada (DA, 473).
*Cuando Lázaro sale con las manos y los pies atados, Jesús ordena:
Desátenlo y déjenlo caminarDesatar las ataduras de la indiferencia
para dar vida plena a los hermanos de Jesús (Mt 25).
J. Castillo A. 

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