miércoles, 18 de enero de 2017

Todo empezó en Galilea

3º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Is 9,1-4  -  1Cor 1,10-13.17  -  Mt 4,12-23

   Los poderosos han encarcelado a Juan Bautista para acallar su voz.
Fue entonces cuando Jesús se retira a Galilea y, desde allí,
empieza a predicar: Conviértanse, está cerca el reinado de Dios.
   Para que esta Buena Noticia llegue a todos los pueblos,
Jesús llama a sus primeros discípulos, personas que viven de la pesca.

Conviértanse, está cerca el reinado de Dios
   El Reino que Jesús anuncia no es como los reinos de este mundo,
donde los gobernantes de las naciones someten a sus súbditos,
y los poderosos abusan imponiendo su autoridad (Mt 20,25).
   Tampoco tiene que ver con la actuación de los escribas y fariseos,
que buscan exhibirse y ocupar los primeros puestos (Mt 23,5ss);
y menos aún con la manera de vivir de los sumos sacerdotes,
que han hecho del templo una cueva de ladrones (Mt 21,13).
   Reflexionando en estos textos, todos necesitamos convertirnos,
es decir, cambiar el rumbo de nuestra vida y de nuestro corazón.
Para ello imploremos la ayuda de Dios, como dice el papa Francisco:
A quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes,
las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo,
le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón
y rece para que Dios lo libere de esas ataduras (Roma, 5/11/2016).
   Siguiendo las enseñanzas de Jesús, la conversión debe llevarnos
a vivir como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros:
No se hagan llamar maestro, porque uno solo es su Maestro,
y todos ustedes son hermanos… El primero entre ustedes
que se haga servidor de los demás (Mt 23,8ss).
   Solo así, tendrá pleno significado orar como Jesús nos enseña:
Venga a nosotros tu Reino de vida, justicia y paz… Para esto,
debemos solidarizarnos con las personas explotadas y deprimidas.
Danos hoy nuestro pan de cada día, haciendo todo para que no falte
este pan de cada día porque es un derecho (Juan Pablo II, Lima 1985).

Seguir a Jesús
   Anunciar el reinado de Dios, no es tarea de una sola persona.
Es por eso que Jesús, mientras camina a orillas del lago de Galilea,
llama a los hermanos Pedro y Andrés,  Santiago y Juan.
Ellos, que son expertos en la pesca, comprenderán mejor
la misión que Jesús les va a confiar: ser pescadores de personas;
y, al seguir a Jesús, vivirán como vive Él, pobre entre los pobres.
   Nosotros, como individuos y como miembros de una comunidad,
debemos tener una meta que dé pleno sentido a nuestra existencia…
caminar hacia esa meta… tener un sólido punto de apoyo
emplear los recursos necesarios… utilizar la estrategia adecuada.
Todo esto, según el texto de Mateo, está presente en la vida de Jesús.
*Meta. Para Jesús el reinado de Dios viene a ser el ideal de su vida,
la meta por la que lucha, la causa por la que morirá crucificado.
Por eso, cuando Jesús envía en misión a sus discípulos,
no es para que la gente siga practicando ciertas costumbres religiosas;
sino para anunciar, con palabras y obras, esta Buena Noticia:
Proclamen que el reinado de Dios está cerca. Sanen a los enfermos,
resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos,
expulsen a los demonios. Den gratis lo que gratis recibieron (Mt 10).
*Camino. Jesús nos muestra un camino que Él mismo ha recorrido:
El que quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás,
como el Hijo del Hombre que vino no para que le sirvan,
sino para servir y para entregar su vida (Mt 20,26ss).
*Punto de apoyo. Para Jesús y sus seguidores este punto de apoyo
son los insignificantes, los despreciados por la sociedad y la religión:
Jesús llama a un niño, lo pone en medio de sus discípulos y dice:
Les aseguro que si no se convierten y se hacen como los niños,
no entrarán en el Reino de Dios… El que reciba en mi nombre
a un niño como éste, a mí me recibe (Mt 18,1ss;  cf. Mt 25,31ss).
*Recurso. Jesús pide que sus seguidores sean “ligeros de equipaje”:
No lleven oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino.
No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón,
porque el trabajador tiene derecho a su alimento (Mt 10,9s).
*Estrategia. Al respecto escuchemos a Jesús que nos sigue diciendo:
Miren, yo les envío a ustedes como ovejas en medio de lobos,
sean astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16).
Reflexionar también sobre el impuesto al César (Mt 22,15ss).
J. Castillo A.

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