Ascensión del Señor, ciclo A
Hch 1,1-11 - Ef
1,17-23 - Mt 28,16-20
Los seguidores de Jesús -de ayer y de
hoy- no debemos olvidar
que el anuncio de la Buena Noticia del
Reino empezó en Galilea.
Tengamos
presente también que Jesús nos confía una misión:
Hacer que todos los seres humanos sean
sus discípulos.
Para
ello, nos sigue diciendo: Yo estoy con ustedes todos los días.
Desde
Galilea… Ir a Galilea
En Galilea, región pagana que vive en
tinieblas, aparece una luz.
Se
trata de Jesús -el Profeta de Nazaret- que comienza a proclamar:
Conviértanse,
está cerca el Reinado de Dios (Mt 4,12-17).
Un
día -en Galilea- viendo a muchísimas
personas, Jesús anuncia:
*Felices:
-los que tienen espíritu de pobre… -los afligidos…
-los
desposeídos… -los que tienen hambre y sed de justicia…
-los
misericordiosos… -los limpios de corazón… -los que trabajan
por
la paz… -los perseguidos… De ellos es el Reino de Dios (Mt 5).
Los
pobres no dominan… y, por eso, están llamados a liberar a todos.
Estas
bienaventuranzas tienen relación con el
juicio de las naciones.
A
Santiago y Juan que piden los primeros puestos. Jesús les dice:
Sentarse
a mi derecha y a mi izquierda, no me toca a mí concederlo,
sino
que es para quienes está reservado. Son para los bendecidos
por
mi Padre, ellos van a heredar el Reino de los cielos (Mc 10,40).
Aquel
día, de nada valdrá haber: predicado, arrojado demonios, o
realizado
milagros… en el Nombre del Señor (Mt 7,22s). Pues, lo que
nos
salvará es el haber reconocido al mismo
Jesús que nos dice:
Tuve
hambre y me dieron de
comer. Tuve sed y me dieron de
beber.
Era
forastero y me acogieron.
Estaba desnudo y me vistieron.
Estaba
enfermo y me sanaron. Estaba encarcelado y me liberaron…
Lo
que hicieron a uno de éstos mis hermanos insignificantes,
me
lo hicieron a mí. Ellos poseerán
el Reino de Dios (Mt 25,34-40).
Hoy,
desde
Galilea… ir a Galilea… significa hacer realidad:
una
comunidad -parroquial y diocesana- pobre entre los pobres.
Hagan
que todos los pueblos sean mis discípulos
Cuando Jesús es
bautizado,
se abren los cielos, el Espíritu Santo
desciende
sobre Él, y la voz del Padre dice:
Éste es mi Hijo amado
(Mt
3,16s). Hay aquí un mensaje de la entrada de Dios en el mundo.
Cuando
Jesús muere, la cortina del templo se rompe en dos partes,
permitiendo
que todos accedan a Dios directamente.
Y el capitán
romano
con miedo dice: Este hombre era Hijo de Dios (Mt 27,50ss).
Ambos
textos ayudan a entender la misión que Jesús nos confía:
*Hacer discípulos es dar a conocer las
obras y enseñanzas de Jesús,
de
tal manera que sus nuevos seguidores puedan decir: Crucificado
con Cristo, ya no vivo yo, es Él quien
vive en mí
(Gal 2,19s).
*Bautizar es volver a nacer del agua y del Espíritu, y nos hace:
-Hijos del Padre misericordioso,
compasivo, amigo de la vida.
-Hermanos de Jesús, para ser como Él
simples servidores (Mt 23,11).
-Templos del Espíritu Santo. ¿No saben que son templo de Dios,
y que el Espíritu Santo habita en
ustedes? Si alguien destruye ese
templo, Dios le destruirá. El templo de
Dios es santo
(1Cor 3,16s).
*Al decir Jesús: Enséñenles a cumplir lo que les
he mandado,
nos
pide amar a todos… y ser perfectos como el Padre (Mt 5,38-48).
Yo
estoy con ustedes todos los días
Esta Buena Noticia atraviesa todo el
texto de Mateo.
*Cuando el Ángel del Señor se aparece en
sueños a José, le dice:
No temas recibir a María como tu esposa…
Ella dará a luz un hijo…
Le llamarán Emmanuel, que significa: Dios con nosotros (Mt 1,18ss).
*Para
ser sal de la tierra y luz del mundo
(Mt 5,13ss), Jesús nos dice:
Donde dos o tres se reúnen en mi nombre,
yo estoy en medio de ellos
(Mt
18,19s). Hoy, los seguidores de Jesús debemos reunirnos:
en
su Nombre… animados por su Espíritu… atraídos por su mensaje.
Necesitamos
también apoyar las Comunidades Eclesiales
de Base
para
construir una sociedad justa, humana, fraterna (DP, 1979, 641ss).
*Jesús está con nosotros en la celebración
de la Cena del Señor,
para
vivir unidos y compartir todo lo que
tenemos (Hch 2,42ss).
Ahora
bien, como dice Juan Pablo II: Ante los
casos de necesidad,
podría
ser obligatorio vender los objetos
preciosos del culto divino,
para dar pan, bebida, vestido y casa a
quien carece de ello
(SRS, 31).
¿Qué
nos impide comprometernos para que en nuestras comunidades,
ninguna
persona sufra necesidad (Hch 4,32-35)?
J. Castillo A.
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