miércoles, 20 de mayo de 2020

La misión de los discípulos

Ascensión del Señor, ciclo A
Hch 1,1-11  -  Ef 1,17-23  -  Mt 28,16-20

   Los seguidores de Jesús -de ayer y de hoy- no debemos olvidar
que el anuncio de la Buena Noticia del Reino empezó en Galilea.
   Tengamos presente también que Jesús nos confía una misión:
Hacer que todos los seres humanos sean sus discípulos.
   Para ello, nos sigue diciendo: Yo estoy con ustedes todos los días.

Desde Galilea… Ir a Galilea
   En Galilea, región pagana que vive en tinieblas, aparece una luz.
Se trata de Jesús -el Profeta de Nazaret- que comienza a proclamar:
Conviértanse, está cerca el Reinado de Dios (Mt 4,12-17).
   Un día  -en Galilea- viendo a muchísimas personas, Jesús anuncia:
*Felices: -los que tienen espíritu de pobre… -los afligidos…
-los desposeídos… -los que tienen hambre y sed de justicia…
-los misericordiosos… -los limpios de corazón… -los que trabajan
por la paz… -los perseguidos… De ellos es el Reino de Dios (Mt 5). 
Los pobres no dominan… y, por eso, están llamados a liberar a todos.
   Estas bienaventuranzas tienen relación con el juicio de las naciones.
A Santiago y Juan que piden los primeros puestos. Jesús les dice:
Sentarse a mi derecha y a mi izquierda, no me toca a mí concederlo,
sino que es para quienes está reservado. Son para los bendecidos
por mi Padre, ellos van a heredar el Reino de los cielos (Mc 10,40).
   Aquel día, de nada valdrá haber: predicado, arrojado demonios, o
realizado milagros… en el Nombre del Señor (Mt 7,22s). Pues, lo que
nos salvará es el haber reconocido al mismo Jesús que nos dice:
Tuve hambre y me dieron de comer. Tuve sed y me dieron de beber.
Era forastero y me acogieron. Estaba desnudo y me vistieron.
Estaba enfermo y me sanaron. Estaba encarcelado y me liberaron…
Lo que hicieron a uno de éstos mis hermanos insignificantes,
me lo hicieron a mí. Ellos poseerán el Reino de Dios (Mt 25,34-40).
   Hoy, desde Galileair a Galilea… significa hacer realidad:
una comunidad -parroquial y diocesana- pobre entre los pobres.

Hagan que todos los pueblos sean mis discípulos
   Cuando Jesús es bautizado, se abren los cielos, el Espíritu Santo
desciende sobre Él, y la voz del Padre dice: Éste es mi Hijo amado
(Mt 3,16s). Hay aquí un mensaje de la entrada de Dios en el mundo.
   Cuando Jesús muere, la cortina del templo se rompe en dos partes,
permitiendo que todos accedan a Dios directamente. Y el capitán
romano con miedo dice: Este hombre era Hijo de Dios (Mt 27,50ss).
   Ambos textos ayudan a entender la misión que Jesús nos confía:
*Hacer discípulos es dar a conocer las obras y enseñanzas de Jesús,
de tal manera que sus nuevos seguidores puedan decir: Crucificado
con Cristo, ya no vivo yo, es Él quien vive en mí (Gal 2,19s).
*Bautizar es volver a nacer del agua y del Espíritu, y nos hace:
-Hijos del Padre misericordioso, compasivo, amigo de la vida.
-Hermanos de Jesús, para ser como Él simples servidores (Mt 23,11).
-Templos del Espíritu Santo. ¿No saben que son templo de Dios,
y que el Espíritu Santo habita en ustedes? Si alguien destruye ese
templo, Dios le destruirá. El templo de Dios es santo (1Cor 3,16s).
*Al decir Jesús: Enséñenles a cumplir lo que les he mandado,
nos pide amar a todos… y ser perfectos como el Padre (Mt 5,38-48).
  
Yo estoy con ustedes todos los días
   Esta Buena Noticia atraviesa todo el texto de Mateo.
*Cuando el Ángel del Señor se aparece en sueños a José, le dice:
No temas recibir a María como tu esposa… Ella dará a luz un hijo…
Le llamarán Emmanuel, que significa: Dios con nosotros (Mt 1,18ss).
*Para ser sal de la tierra y luz del mundo (Mt 5,13ss), Jesús nos dice:
Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos
(Mt 18,19s). Hoy, los seguidores de Jesús debemos reunirnos:
en su Nombre… animados por su Espíritu… atraídos por su mensaje.
   Necesitamos también apoyar las Comunidades Eclesiales de Base
para construir una sociedad justa, humana, fraterna (DP, 1979, 641ss).
*Jesús está con nosotros en la celebración de la Cena del Señor,
para vivir unidos y compartir todo lo que tenemos (Hch 2,42ss).
   Ahora bien, como dice Juan Pablo II: Ante los casos de necesidad,
podría ser obligatorio vender los objetos preciosos del culto divino,
para dar pan, bebida, vestido y casa a quien carece de ello (SRS, 31).
¿Qué nos impide comprometernos para que en nuestras comunidades,
ninguna persona sufra necesidad (Hch 4,32-35)? 
J. Castillo A.

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