jueves, 17 de noviembre de 2016

Los Cristos crucificados, hoy



Jesucristo, Rey del Universo, ciclo C
2Sam 5,1-3  -  Col 1,12-20  -  Lc 23,35-43

   Cuando decimos: Padre nuestro: Venga a nosotros tu Reino,
le pedimos a Dios: vida donde hay muerte… amor donde hay odio…
verdad donde hay corrupción… libertad donde hay esclavitud…
justicia donde hay opresión… paz donde hay violencia…
   Sin embargo, hay personas que se oponen a los valores del Reino,
buscan ser más ricos, a costa de los pobres a quienes crucifican.

El pueblo mira a Jesús y las autoridades se burlan de Él
   Cuando el diablo le muestra a Jesús los reinos del mundo,
le dice: Todo esto será tuyo, si te postras y me adoras.
Jesús le contesta: Adorarás al Señor tu Dios y a Él solo servirás.
Luego, el diablo se aleja de Jesús hasta otra ocasión (Lc 4,1-13).
   Durante su vida y ahora en la cruz, Jesús sigue siendo tentado.
*Las autoridades se burlan de Jesús y dicen: Ha salvado a otros,
si es el Mesías de Dios, el Elegido, que se salve a sí mismo.
Aceptar que Él es el Elegido de Dios dependerá de un nuevo milagro,
que elimine su dolor y cambie su destino en estos últimos instantes.
Las autoridades denunciadas por Jesús celebran una aparente victoria:
¿será la muerte el final o, más bien, el comienzo de una vida plena?
*También los soldados se burlan de Jesús, le ofrecen vinagre
para prolongar su agonía. Y como hay encima un letrero que dice:
Éste es el Rey de los judíos, le piden: Si eres Rey, sálvate a ti mismo.
No entienden que Jesús es Rey pero no como los reyes de este mundo.
*Uno de los malhechores le insulta diciendo: ¿No eres tú el Cristo?
Sálvate a ti mismo y a nosotros. Estas palabras expresan el fracaso
de quien luchó contra el imperio romano por caminos violentos. 
*Sin embargo, no todo es negativo. Muchas personas de Galilea:
que han escuchado sus enseñanzas y han visto sus obras,  
que le han acompañado, caminando con Él hasta Jerusalén,
que le han seguido al calvario, entre llantos y lamentos,
ahora, miran al Rey de los judíos que desde la cruz sigue salvando…

Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino
   Frente a tantos insultos y tentaciones, Jesús guarda silencio.
Entre tanto, surge la voz del otro malhechor crucificado:
confiesa su culpa… reconoce la inocencia de Jesús…
luego exclama: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
El último diálogo de Jesús antes de morir lo hace con un malhechor.
   Acuérdate de mí es, hoy en día, el grito de los Cristos crucificados.
Al respecto, Bartolomé de Las Casas, en 1559, dijo lo siguiente:
Dejo en las Indias a Jesucristo, nuestro Dios, azotado… afligido…
abofeteado… crucificadono una, sino millares de veces.
Es una denuncia a los colonizadores que quitan la vida a los indios.
   Hoy, ¿hasta cuándo el neocolonialismo seguirá prosperando,
dejando a su paso: injusticias, exclusiones, desprecios, muertes…?
¿Qué nos impide acordarnos y hacer algo por los hombres y mujeres
que no tienen lo necesario para vivir: tierra… techo… trabajo…?
   Muy diferente el testimonio de S. Pablo que sigue cuestionándonos:
Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres,
cosa que siempre hemos tratado de cumplir (Gal 2,10).

Hoy estarás conmigo en el paraíso
   Hasta el último instante de su vida, Jesús sigue haciendo el bien
y dice al malhechor: Te aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.
   Este hoy es un “hoy salvífico” que atraviesa el Evangelio de Lucas:
*El ángel del Señor anuncia a los pastores esta Buena Noticia:
Hoy, en Belén, ha nacido para ustedes el Salvador (Lc 2,8-12).
No olvidemos que en aquella época los pastores eran despreciados.
*En la sinagoga de Nazaret, Jesús lee el siguiente texto de Isaías:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido,
para anunciar la Buena Noticia a los pobres, liberar a los oprimidos.
Luego Jesús dice: Hoy, se cumplen estas profecías (Lc 4,16-30).
*Después de sanar a un paralítico, la gente alaba a Dios y exclama:
Hoy hemos visto cosas increíbles (Lc 5,17-26).
*Cuando le dicen que Herodes intenta matarle, Jesús contesta:
Díganle a ese zorro: Hoy y mañana sigo sanando (Lc 13,31-33).
Y nosotros, ¿somos capaces de denunciar a aquellos creyentes,
que descuidan la justicia… la misericordia… la fe…? (Mt 23,23s).
*Después que Zaqueo se convierte dando sus riquezas a los pobres,
Jesús dice: Hoy ha llegado la salvación a esta casa (Lc 19,1ss).
J. Castillo A.

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