jueves, 11 de abril de 2013

¿Me amas?... Apacienta mis ovejas



III Domingo de Pascua (ciclo C)
Hch 5,27-41  -  Ap 5,11-14  -  Jn 21,1-19


Simón Pedro: entre luces y sombras
Un día, Andrés va en busca de su hermano Simón para decirle: Hemos encontrado al Mesías, al Cristo, y lo condujo a Jesús.
Jesús le dice: Tú eres Simón… tú te llamarás Pedro (Jn 1,35-42).
*Más tarde, cuando muchos de sus discípulos abandonan a Jesús, Pedro dice: Señor,… tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios (Jn 6,66-68).
*Cuando Jesús va a lavarle los pies, Simón Pedro le dice: Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Entonces Jesús le responde: Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, más tarde lo entenderás… Si no te lavo los pies, no podrás compartir mi suerte (Jn 13,6-9).
*Luego, durante el discurso de despedida Simón Pedro le dice a Jesús: Señor,
¿por qué no puedo seguirte? Daré mi vida por ti (Jn 13,36ss).
*Sin embargo, después que tomaron preso a Jesús, Pedro le siguió
y, en la casa de Anás ante una criada, negó conocer a Jesús (Jn 18,15-27).
¿Todo habrá terminado con la muerte dolorosa de Jesús en Jerusalén?
Lo cierto es que Pedro y seis compañeros abandonan Jerusalén.
Sea por temor a perder la vida, por el desaliento que experimentan,
o por querer olvidar aquellos hechos terribles, ellos vuelven a Galilea.
Allí tratarán de retomar la vida que llevaban antes de conocer a Jesús.
*Simón Pedro toma la iniciativa y les dice: Voy a pescar.
Ellos le responden: Vamos también nosotros contigo.
Pero algo no funciona. Trabajaron toda la noche y no pescaron nada.
Ellos que son expertos en las tareas del mar ni siquiera pueden pescar.
*Las personas que han sufrido: encarcelamiento, torturas, violación,
desplazamiento, muerte y desaparición de sus seres queridos,…
conocen mejor la frustración que siente Pedro y sus compañeros.
A través del activismo buscan: -distanciarse del dolor  padecido…
-rehacer sus vidas destrozadas… -olvidar lo que les ha ocurrido… 
pero, todo es en vano…  ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo reconciliarlos?

Un modelo de reconciliación integral
En el encuentro de Jesús con sus discípulos, en el lago de Tiberiades,
vemos los pasos que se deben dar en todo proceso de reconciliación;
para que las víctimas se reconcilien y sean víctimas reconciliadoras.
*Acompañar: Al amanecer Jesús se presenta en la orilla
Jesús observa el fracaso de sus discípulos en su intento por pescar.
Quizás, por olvidar los acontecimientos dolorosos de Jerusalén,
todos ellos -sin darse cuenta- han estado pescando en el mismo lugar.
Jesús se dirige a ellos y, para sacarlos de la obsesión en que están,
les dice: Echen las redes a la derecha de la barca y pescarán
Acompañar a las víctimas exige tener paciencia y capacidad de oír,
para que expresen -una y otra vez- la pesada carga que llevan consigo.
*Acoger: Jesús les dice: Vengan a desayunar
Luego Jesús crea un ambiente de confianza, seguridad y hospitalidad,
preparando  el desayuno, pidiéndoles traer algo de lo que han pescado
y, como en otra ocasión (Jn 6), Él mismo se puso a servir la comida:
Toma el pan y lo reparte entre ellos, lo mismo hace con el pescado.
Estos gestos ayudan a preparar a las víctimas para que la gracia divina
restaure sus vidas y, así, asuman el pasado de una manera diferente.
*Reconciliar: Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Al terminar de comer, Jesús se dirige a Simón Pedro, no para remover
aquellos dolorosos momentos en que Pedro le abandonó y le negó.
En vez ello, Jesús le pregunta: Simón, ¿me amas?... ¿me quieres?...
Esta sencilla pregunta debió impresionar a Pedro, quien entristecido
le responde: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.
La reconciliación es una experiencia de resurrección, que nos lleva
a participar de lo que Dios ha obrado en Jesús para nuestro bien;
y restable también nuestra dignidad humana: ser imagen de Dios.
*Encomendar una tarea: Apacienta mis ovejas
A Pedro que un día negó conocer a Jesús, se le encomienda ahora
mantener vivo el recuerdo de Jesús en aquella comunidad naciente.
Se le confía también cuidar y apacentar el pequeño rebaño de Jesús.
Todo esto permite a Pedro recordar su pasado de manera distinta
y contribuir, en adelante, para crear una comunidad donde todos/as
se amen mutuamente como Jesús nos amó (Jn 13,34-35).
¿Los gestos de acompañaracoger reconciliar… y encomendar
tareas… se llevan a cabo en nuestras celebraciones litúrgicas? 
J. Castillo A.

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