miércoles, 5 de septiembre de 2012

¡Todo lo hizo bien!


Domingo XXIII, Tiempo Ordinario (ciclo B)

*Los ciegos verán, los sordos oirán, los mudos gritarán (Is 35,4-7)
*Si creen en Jesús no hagan diferencia entre las personas (Stgo 2,1-5)
*Todo lo hizo bien: los sordos oyen y los mudos hablan (Mc 7,31-37)

Jesús va a una región extranjera
*Según el Evangelio de Marcos, en un primer momento son extranjeros de Idumea, Transjordania, Tiro, Sidón… los que acuden para escuchar las enseñanzas de Jesús y ser sanados de sus enfermedades (3,7-12). Con el correr del tiempo, la semilla sembrada en los corazones de aquellas personas despreciadas por los judíos, dará sus frutos. Por eso, en un segundo momento, Jesús va a las regiones extranjeras de Gerasa (5,1), Tiro (7,24), Decápolis (7,31), Dalmanuta (8,10), Betsaida (8,22), Cesarea de Felipo (8,27)… para seguir sembrando -con palabras y gestos audaces- la Buena Noticia del Reino de Dios. Por ejemplo, cuando Jesús llega a la región de Tiro no pudo pasar desapercibido, una mujer sirofenicia se entera de su venida y le pide sanar a su hija. Años más tarde, habiendo llegado a Roma, Pablo dirá a los judíos: Sepan ustedes que de ahora en adelante esta salvación de Dios va a ser anunciada a los paganos, ellos sí escucharán (Hch 28,28).
*Jesús ha llegado a la región de la Decápolis (=Diez ciudades). Allí, un grupo de personas se acercan a Él, le presentan un hombre que es sordo y tartamudo, y le suplican poner las manos sobre él. Probablemente, aquellas personas son seguidores anónimos de Jesús, preocupadas por los que viven excluidos por la sociedad y la religión. Jesús toma consigo al sordomudo, lo aparta de la gente, le pone los dedos en los oídos y con saliva le toca la lengua; luego, mira al cielo, suspira y dice: ¡Ábrete! De inmediato, aquel hombre comenzó a oír y hablar correctamente..
*Hoy, muchos cristianos tenemos oídos pero somos sordos al Evangelio, hablamos pero somos incapaces de anunciar el mensaje de Jesús. Necesitamos que Jesús sane nuestra incapacidad de ver, oír, hablar… No debemos olvidar que el día de nuestro bautismo, el celebrante -tocando con el dedo pulgar nuestros oídos y nuestra boca- dijo: El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe...

¡Todo lo hizo bien!
*Viendo el milagro, los habitantes de aquella región comentan: Todo lo hizo bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos. La frase ‘todo lo hizo bien’ nos recuerda lo que Dios vio y dijo después de haber creado el mundo que nos rodea: Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno (Gén 1,31). En consecuencia, el proyecto que el Padre le confió a su Hijo Jesús es crear un mundo nuevo donde todos los hombres y mujeres podamos vivir como verdaderos hijos de Dios (filiación), y como verdaderos hermanos entre nosotros (fraternidad).
*Sin embargo, ¿por qué hay personas que no ven, no oyen, no hablan? A veces, somos ciegos, sordos y mudos porque así nos han educado; con la única finalidad de no ver ni oír el sufrimiento de los demás.
Otras veces, con el tiempo nos volvemos ciegos, sordos y mudos; porque descubrimos que es mejor vivir encerrados en nuestro egoísmo. Pero también, sucede con frecuencia, que a determinados sectores… les conviene que la gente sea incapaz de ver, oír, hablar. Para ello, manipulan los medios de comunicación... ocultan la verdad... inauguran programas paliativos para no ir a la raíz de las injusticias... multiplican proyectos improvisados para ocultar la corrupción... etc.
*Frente a los desafíos que encontramos en la sociedad, hacen falta cristianos que escuchen, practiquen y anuncien la Palabra de Dios.
-Dijo Dios a Moisés: He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído los gritos de dolor provocados por sus opresores, conozco sus sufrimientos. Por eso he bajado para liberarlos del poder de los egipcios, y llevarlos a una tierra fértil y espaciosa (Ex 3,7-8).
-Llamaron a Pedro y Juan y les prohibieron terminantemente hablar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: Nosotros, no podemos callar lo que hemos visto y oído (Hch 4,18-20).
-Hermanos, ¿acaso no escogió Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que le aman? Ustedes, en cambio, desprecian al pobre (Stgo 2,5).
-Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos, es lo que les anunciamos: la Palabra de vida. Esta vida se manifestó; la vimos, damos testimonio y les anunciamos esta vida eterna que estaba junto al Padre (1Jn 1,1-2).
J. Castillo A.

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