jueves, 24 de diciembre de 2015

Paz en la tierra

Nacimiento de Jesús, ciclo C.
Is 9,1-6  -  Tito 2,11-14  -  Lc 2,1-14

Cuando el consumismo desenfrenado sigue desfigurando la Navidad,
los cristianos debemos recuperar el mensaje del nacimiento de Jesús;
pues Dios, que tanto nos ama, se hace presente en medio de nosotros
en la fragilidad de un niño, su Hijo único, que nace pobre e indefenso.

María da a luz a su hijo primogénito
Habiendo recorrido unos 140 kilómetros, José y María llegan a Belén.
Meditemos en el nacimiento de Jesús a la luz de su vida pública.
*A María le llega la hora del parto. Fue riesgoso para María
y para el niño que lleva en su seno, hacer un viaje de varios días.
   Más tarde, al despedirse y al ver que sus discípulos están tristes,
Jesús les dice: Cuando una mujer va a dar a luz, está triste, porque
le llega su hora. Pero, cuando nace la criatura, no se acuerda
del dolor por la alegría de haber traído un hijo al mundo (Jn 16,21s).
*Da a luz a su hijo primogénito. Jesús nace pobre para enriquecernos
con su pobreza (2Cor 8,9), por eso tiene autoridad moral para decir:
Felices ustedes, los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Felices ustedes, los que ahora lloran, porque van a reír (Lc 6,20ss).
*Lo envuelve en pañales. Esta costumbre se observa desde siempre:
Al nacer, yo también respiré el aire común, y al caer en la tierra
que todos pisan, mi primera voz, como la de todos, fue el llanto;
me criaron entre pañales y con cuidados (Sab 7,3s;   Ez 16,4).
   Años después, José de Arimatea, hombre bueno y justo,
pide a Pilato el cuerpo de Jesús, lo envuelve en una sábana
y lo coloca en un sepulcro cavado en la roca (Lc 23,50ss).
*Lo acuesta en el establo, porque no hay lugar en la posada. Vino
a los suyos, y los suyos no le reciben (Jn 1,11). Tampoco hay lugar
para Él en la sinagoga de Nazaret, pues sus paisanos indignados:
lo empujan fuera del pueblo hasta un barranco, con intención
de arrojarlo. Pero Él se abre paso y sigue su camino (Lc 4,57ss).

Hoy ha nacido para ustedes el Salvador
   Dios Padre compasivo que defiende a los pobres, a las viudas,
a los forasteros, a los huérfanos… toma la iniciativa de anunciar
el nacimiento de su Hijo único, a unos pastores a quienes la sociedad
y la religión los desprecian y los consideran ladrones y gente impura.
*Cuando el ángel del Señor se les presenta y la gloria del Señor
los envuelve con su luz, aquellos pastores sienten un gran temor;
curiosamente tienen miedo no a la oscuridad de la noche, sino a la luz.  
   También, muchos de nosotros preferimos la oscuridad y no la luz:
La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz,
pues sus obras son malas. Quien obra mal odia la luz y no se acerca
a la luz, para que no se descubra sus malas acciones. En cambio,
el que vive de acuerdo a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea
que todo lo hace de acuerdo a la voluntad de Dios (Jn 3,19ss).
*Luego el ángel del Señor les dice: Les anuncio una Buena Noticia,
motivo de mucha alegría para todos: hoy, les ha nacido el Salvador.
Esta Buena Noticia es la misma persona de Jesús y, por eso, es motivo
de alegría para aquellos pastores marginados y para todo el pueblo.
   Pero, hoy, si la persona de Jesús ha dejado de ser Buena Noticia,
si sus enseñanzas y obras son simples ritos que no dicen nada,
si repartimos juguetes y ropas usadas, sin ir a la raíz del problema,
si nos dejamos esclavizar por el consumismo que deshumaniza…
estaremos celebrando cualquier cosa menos el Nacimiento de Jesús.
*Después, el ángel del Señor les dice: En esto lo van a reconocer,
encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.
   Si quieres encontrar a Dios búscalo en la humildad, en la pobreza,
es donde Él está escondido, en los más necesitados, en los enfermos,
hambrientos, encarcelados. Jesús cuando nos predica la vida nos dice
cómo será nuestro juicio. No dirá vengan conmigo porque hiciste
tantas ofrendas al templo. La entrada al cielo no se paga con dinero.
No dirá tú eres muy importante, has estudiado tanto… Los honores no
nos abren la puerta del cielo. ¿Qué nos dirá Jesús para abrirnos las
puertas del cielo?: estaba hambriento y me diste de comer… enfermo
y en la cárcel y has venido a verme. (Papa Francisco, 18 dic. 2015).
   El mismo Jesús que nace pobre en Belén, aquel día nos dirá: Lo que
hicieron a mis hermanos insignificantes, a mí me lo hicieron (Mt 25).
Hagamos la voluntad de Jesús para poder decir: ¡FELIZ NAVIDAD!  
J. Castillo A.

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