TODOS LOS SANTOS
*Han lavado sus vestidos en la sangre del
Cordero (Apoc 7,2-14)
*Miren qué amor tan grande nos ha mostrado el
Padre (1Jn 3,1-3)
*Alégrense, grande será la recompensa que
recibirán (Mt 5,1-12)
Las Bienaventuranzas
*Felices los que tienen
espíritu de pobre… los
que viven con
lo
necesario para ayudar a los hombres y mujeres que sufren, porque
servir a
los pobres es servir a Jesús… de ellos es el Reino de Dios.
*Felices
los que lloran... los que descubren la fuerza salvadora
del
dolor, para crear un mundo fraterno, una sociedad humana,
una
comunidad donde reine Dios… ellos recibirán consuelo.
*Felices
los humildes… los que oyen el gemido de la madre tierra,
y el
llanto de los niños abandonados de padres vivos; y luchan, pues
otro
mundo es posible… ellos recibirán la tierra en herencia.
*Felices
los que tienen hambre y sed de justicia… los que oyen
las
enseñanzas de Jesús, quien sigue llamándonos a la santidad,
a la
justicia integral, a la perfección cristiana… ellos serán saciados.
*Felices
los misericordiosos… los que tienen un corazón bueno
y
compasivo, para eliminar la miseria dolorosa que padecen
los
hermanos y hermanas de Jesús… ellos obtendrán misericordia.
*Felices
los limpios de corazón… que han renunciado a la riqueza,
porque no se puede servir a Dios y al dinero… ellos
verán a Dios.
*Felices
los que trabajan por la paz… donde hay corrupción
ponen
verdad, donde hay violencia ponen vida, donde hay opresión
ponen
justicia… ellos serán reconocidos como hijos de Dios.
*Felices
los que sufren persecución por causa de la justicia…
por
seguir fielmente a Jesús de Nazaret, y -como Él- hacer el bien,
dar de
comer, sanar a los enfermos… de ellos es el Reino de Dios.
El juicio de las naciones
Jesús no juzga ni condena, solo separa a los buenos de los malos.
Cada uno se salva o se condena por lo que hizo o ha dejado de hacer
-durante su vida terrenal- por los hermanos de Jesús (Mt 25,31-46).
*Tengo
hambre. Había un hombre rico, que
se vestía con ropa fina,
y todos los días ofrecía espléndidos banquetes.
Había también un pobre llamado Lázaro, cubierto de llagas,
y se sentaba en el suelo a la puerta de la casa del rico.
Ansiaba saciar su hambre con lo que caía de la mesa del rico.
(Lc 16,19-31). Señor, ¿cuándo te vimos hambriento?
*Tengo
sed. Cualquiera que les dé a
ustedes aunque solo sea
un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá
su recompensa (Mc 9,41). Señor, ¿cuándo te vimos sediento?
*Soy
forastero. José se levanta, toma
al niño y a su madre, y sale
con ellos de noche hacia Egipto; donde permanecen hasta que murió
Herodes (Mt 2,13-15). Señor, ¿cuándo te vimos emigrante?
*Estoy
desnudo. Hermanos, ¿de qué le
sirve a uno decir que tiene fe,
si no tiene obras? ¿Acaso le puede salvar la fe? Si un hermano
o hermana están desnudos y no tienen nada para comer,
y uno de ustedes les dice: Que les vaya bien, abríguense y coman
todo lo que quieran; sin darles lo que necesitan, ¿de qué sirve?
La fe sin obras está completamente muerta (Stgo 2,14-17).
Señor, ¿cuándo te vimos desnudo?
*Estoy
enfermo. Un hombre que va de
Jerusalén a Jericó es asaltado
por unos bandidos, le desnudan, le golpean y se van dejándolo
medio muerto. Por casualidad, un sacerdote va por el mismo camino
al verlo, da un rodeo y sigue adelante. Lo mismo hace un levita,
llega a ese lugar, lo ve, da un rodeo y se va de largo (Lc 10,25-37).
Señor, ¿cuándo te vimos enfermo?
*Estoy
encarcelado. Herodes ha mandado
arrestar a Juan
y le ha encarcelado, por instigación de Herodías,
esposa de su hermano Felipe, con la que se ha casado.
Juan dice a Herodes: No debes tener como mujer a la esposa
de tu hermano. Por eso, Herodías odia a Juan y quiere matarlo.
(Mc 6,17-18). Señor, ¿cuándo te vimos encarcelado?
Bienaventuranzas en
el libro del Apocalipsis
*Felices los que leen y escuchan este
mensaje profético… (1,3).
*Felices, desde
ahora, los que mueren fieles
al Señor… (14,13).
*Felices los que están vigilantes con
el vestido puesto… (16,15).
*Felices los invitados al
banquete de bodas del Cordero… (19,9).
*Felices los que participan en
la primera resurrección… (20,6).
*Felices los que practican estas
palabras proféticas… (22,7).
*Felices los que lavan sus
ropas para participar de la Vida…(22,14).
Ellos lavan sus ropas en la sangre del Cordero (7,14). J. Castillo A
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