miércoles, 14 de diciembre de 2016

Jesús está con nosotros

4º Domingo de Adviento, ciclo A
Is 7,10-14  -  Rom 1,1-7  -  Mt 1,18-24

   El hogar conformado por José y María, como toda familia humana,
 camina entre: gozos y esperanzas… tristezas y angustias… (LG, n.1).
   Siendo personas sencillas, los dos están al servicio del plan divino,
para que el Hijo de Dios venga a salvarnos y a estar con nosotros.

Jesús viene a salvarnos
   José no quiere denunciar a María que está embarazada…
Al decidir abandonarla en secreto, el ángel del Señor le dice:
No temas recibir a María como tu esposa… Ella dará a luz un hijo,
a quien llamarás Jesús, pues Él salvará a su pueblo de sus pecados;
es decir, lo liberará de las injusticias y opresiones entregando su vida.
   José oye la voz de Dios y se pone al servicio de Jesús y de María.
Como esposo acoge a María para que cumpla su tarea de madre,
y como padre adoptivo pone al Niño el nombre de Jesús: Dios salva.
   Recuperemos el mensaje de Navidad, tan desfigurado hoy en día,
anunciando -con palabras y obras- a Jesús que viene a salvarnos.
*Las personas despreciadas (como eran los pastores en aquella época)
necesitan ser acogidas y oír este mensaje de esperanza: 
No teman, hoy ha nacido para ustedes el Salvador (Lc 2,8-12).
*El anciano Simeón al tomar en sus brazos al niño Jesús, exclama:
Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz,
porque mis ojos han visto la salvación (Lc 2,25-32).
*Después que el rico Zaqueo da la mitad de sus bienes a los pobres,
Jesús dice: Hoy ha llegado la salvación a esta casa (Lc 19,1-10).
*A Nicodemo, Jesús le anuncia: Dios envió a su Hijo Único
no para condenar al mundo sino para salvarlo (Jn 3,16-18).
*Al oír las enseñanzas de Jesús, muchos samaritanos creen en Él:
Sabemos que Éste es realmente el salvador del mundo (Jn 4,39-42).
*Jesús, el Buen Pastor, que viene para que tengamos vida plena,
denuncia a los malos pastores que roban y matan… y nos dice:
Yo soy la puerta, quien entra por mí se salvará (Jn 10,6-10).

Jesús nos dice: Yo estoy con ustedes
   A continuación Mateo dice que esto sucedió para que se cumpla
lo que el Señor ha dicho por medio del profeta Isaías (1ª lectura):
La virgen está embarazada y dará a luz a un hijo,
que se llamará Emmanuel, que significa: Dios con nosotros.
   En el AT, el Dios de nuestros padres es un Dios cercano a sus hijos.
*Cuando Dios decide liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto,
se aparece a Moisés y le dice: Anda, yo te envío al faraón
para que saques a mi pueblo de Egipto… Yo estoy contigo (Ex 3,12).
*Tiempo después, a Josué -sucesor de Moisés- el Señor le dice:
¡Yo te lo mando! ¡Ánimo, sé valiente! No te asustes ni te acobardes,
yo el Señor, tu Dios, estaré contigo en todas tus empresas (Jos 1,1-9).
*Lo mismo sucede con el joven Jeremías, Dios le anima diciendo:
No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte (Jer 1,4-10).
   El nombre “Dios con nosotros” atraviesa el Evangelio de Mateo:
*El Hijo de María se llama Emmanuel: Dios con nosotros (Mt 1,23).
*Un día, enseñando a la gente sobre la reconciliación fraterna,
Jesús les dice: Donde dos o tres se reúnen en mi nombre,
yo estoy allí, en medio de ellos (Mt 18,20).
Hoy, necesitamos incrementar las Pequeñas Comunidades de Base:
fuente y semilla de variados servicios a favor de la vida (DA,179).
*No estará demás insistir que Jesús está con nosotros, sobre todo,
allí donde  sus hermanos más insignificantes sufren pobreza y miseria.
Esta presencia de Jesús es fácil decirlo teóricamente con palabras,
pero qué difícil llevarlo a la práctica, como insiste el papa Paulo VI:
La Iglesia reconoce en los Pobres el Sacramento de Cristo,
no ciertamente idéntico a la realidad de la Eucaristía,
pero sí en perfecta correspondencia analógica y mística con ella.
Jesús mismo nos lo ha dicho en una página solemne del Evangelio,
donde proclama que cada hombre doliente, hambriento, enfermo,
desafortunado, necesitado de compasión y de ayuda
es Él, como si Él mismo fuese ese infeliz (Mt 25, 35ss).
(Discurso a los campesinos colombianos, 23 de agosto de 1968).
Jesús que nace y vive pobre… está presente en sus hermanos pobres:
La Iglesia reconoce en los pobres la imagen de su Fundador pobre…
y procura servir en ellos a Cristo (Concilio Vaticano II, GS, n.8).
*En medio de tantos problemas, no estamos perdidos ni abandonados,
porque Jesús está con nosotros, hasta el fin del mundo (Mt 28).
J. Castillo A.

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