Jesucristo, Rey del Universo, ciclo A
*Buscaré
a las ovejas perdidas y sanaré a las enfermas (Ez 34,11-17)
*Cristo
eliminará todo señorío, autoridad y poder (1Cor 15,20-28)
*¿Cuándo
te vimos con hambre, y te alimentamos? (Mt 25,31-46)
SEPARA A UNOS DE OTROS
Aquel día -al atardecer de la vida-
todos seremos examinados.
No por las oraciones, prácticas religiosas,
o promesas que hacemos,
sino por la acogida y ayuda que damos a las personas necesitadas.
Son
benditos quienes dan de comer a los hermanos/as de Jesús…
Y son malditos los que no lo hacen… los
egoístas, los indiferentes.
Jesús vino a servir y
no a ser servido
La fiesta que hoy celebramos, fue
establecida por el Papa Pío XI,
el 11 de diciembre de 1925; y ordenaba
renovar en este día
la consagración del género humano al Sagrado
Corazón de Jesús.
¿Qué autoridad moral tienen los gobernantes corruptos, para consagrar
su país al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María
Nuestro destino final se decide, en esta tierra, a partir de las obras
que hacemos o dejamos de hacer a las personas más necesitadas.
En la Sagrada Escritura, dar limosna
significa hacer justicia:
*El Señor hace justicia al huérfano y a la
viuda, ama al emigrante,
dándole alimento y vestido (Deut 10,18),
*Practicar la justicia agrada
a Dios más que los
sacrificios
(Prov 21,3).
*Felices los que tienen hambre y sed de
justicia,
porque ellos serán saciados (Mt 5,6).
*Cuando des limosna, no la publiques a los cuatro vientos,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles,
para que la gente los alabe. Les aseguro
que ya recibieron su premio.
Tú en cambio, cuando des limosna, no
debe saber tu mano izquierda
lo que hace tu derecha; cuida que tu
limosna quede en secreto,
y el Padre que ve lo secreto, te
premiará
(Mt 6,2-4).
*Les doy un mandamiento nuevo, que se amen
unos a otros
como yo les amo. En esto conocerán todos
que ustedes
son mis discípulos, si se aman
mutuamente (Jn
13,34s).
Hoy
en día, los cristianos y cristianas ¿amamos preferentemente
a los hermanos y hermanas de Jesús? (cf. Is
58,6-12).
*Señor,
¿cuándo te vimos con hambre?
En el Perú, con tantos recursos naturales
en la Costa, Sierra y Selva,
hay
personas que sufren hambre, sobre todo niños menores de 5 años.
Jesús al ver esa multitud, tiene
compasión y dice a sus discípulos:
No tienen necesidad de irse, denles ustedes de comer (Mt 14,14ss).
*Señor,
¿cuándo te vimos sediento?
Cada día, se contaminan los lagos, los
ríos, el mar, arrojando basura,
relaves
mineros, productos químicos, desechos industriales…
Como
siempre, los pobres sufren más, al beber agua contaminada.
Hoy
también, Jesús crucificado exclama: Tengo sed (Jn 19,28).
*Señor,
¿cuándo te vimos forastero?
Las empresas mineras que hay en nuestro
país, son una amenaza,
pues,
con el apoyo de los gobiernos de turno, esas empresas extraen:
minerales,
petróleo, gas… y dejan inmensos depósitos de porquería.
Ante
esta injusticia que clama al cielo, los campesinos y nativos
se
ven obligados -con dolor- a dejar la tierra que los vio nacer.
Diferente
lo que dicen los discípulos de Emaús al Forastero Jesús:
Quédate
con nosotros, ya es tarde y el día se acaba (Lc 24,29).
*Señor,
¿cuándo te vimos desnudo?
¿Cómo se explica que produciendo lana y
algodón,
fibra
de alpacas y de llamas, etc. preferimos los vestidos asiáticos?
¿De
qué sirve “alquilar” vestidos para ciertas ceremonias religiosas,
cuando negamos al mismo Jesús el vestido para cubrir su desnudez?
José de Arimatea, hombre justo, pide a
Pilato el cuerpo de Jesús,
y,
luego, lo envuelve en una sábana (Lc 23,50-53; cf. Lc 2,7).
*Señor,
¿cuándo te vimos enfermo?
Lamentablemente, tenemos hospitales sin
camas, sin medicamentos,
sin
equipos suficientes. Entre tanto, sigue el comercio de las clínicas.
¿Hay
proyectos para promover la salud, y prevenir enfermedades?
Un
samaritano ve al enfermo abandonado en el camino,
tiene
compasión, cura sus heridas, lo sube a su propia cabalgadura,
lo
lleva a un alojamiento, y lo cuida… (Lc
10,30ss).
*Señor,
¿cuándo te vimos encarcelado?
Nuestros penales están repletos y con
miles de personas enfermas.
No
olvidemos que todos ellos son hijos de Dios y hermanos nuestros.
Ojalá
llegue el día en que haya paz con justicia, y justicia con amor.
Arrestan
a Jesús y todos sus discípulos huyen (Mt 26,56). J. Castillo
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