sábado, 9 de junio de 2018

La nueva familia de Jesús

10º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo B
Gén 3,9-15  -  2Cor 4,13-5,1  -  Mc 3,20-35

   Las enseñanzas y obras de Jesús ponen en peligro los privilegios
de quienes tienen poder económico, político y religioso. Todos estos,
rechazan a Jesús, le acusan y, después, deciden que sea crucificado.
   Cuando Jesús vuelve “a casa”, otra vez se reúne mucha gente.
En eso, llegan sus parientes para llevárseloa su casa” (de Nazaret),
pero Jesús les dice que su nueva familia hace la voluntad de Dios.
  
A Jesús le rechazan por predicar y sanar enfermos
   Desde que Jesús empieza a anunciar el Reino y sanar enfermos,
los escribas, fariseos y sumos sacerdotes le rechazan, por ejemplo:
   Cuando Jesús dice al paralítico: Tus pecados quedan perdonados,
algunos escribas piensan que sus palabras ofenden a Dios (Mc 2,1ss).
   Mientras comen en casa de Leví, los escribas preguntan:
¿Por qué come con publicanos y pecadores? (Mc 2,13ss).
   Cuando sus discípulos arrancan espigas de trigo (Mc 2,23ss),
los escribas le dicen a Jesús: Eso no se puede hacer en sábado.
   En la sinagoga de Cafarnaúm, un sábado, Jesús sana a un enfermo.
De inmediato, fariseos y herodianos buscan eliminarlo (Mc 3,1-6).
   Más tarde, Jesús anuncia que sufrirá mucho, será rechazado,
morirá y al tercer día resucitará (Mc 8,31;   9,30ss;   10,32ss).
   Dos días antes de la Fiesta pascual, los escribas y sumos sacerdotes
buscan detener a Jesús y darle muerte (Mc 14,1).
   Cuando arrestan a Jesús, todos huyen y le abandonan (Mc 14,50).
   Por estos y otros motivos, Jesús es rechazado y como dice san Juan:
Vino a los suyos y los suyos no le recibieron (Jn 1,11), porque:
*Él es el Hijo amado de Dios, a quien debemos escuchar (Mc 9,11).
*Se opone a ciertas costumbres para dar vida a los enfermos (Mc 3,4).
*Jamás estuvo al lado de quienes amontonan riquezas (Mc 10,24).
   También sus seguidores/as serán rechazados y perseguidos:
Los entregarán a las autoridades… los azotarán en las sinagogas…
los llevarán ante los reyes… para que sean mis testigos (Mc 13,9ss).

La nueva familia de Jesús
   Su nueva familia son los hombres y las mujeres que le buscan
oyen sus enseñanzashacen la voluntad del Padre celestial:
*El pueblo está reunido delante de la puerta (de la casa de Pedro),
  y Jesús sana a muchos enfermos de diversas dolencias (Mc 1,32ss).
*Cuando Jesús va a las orillas del lago de Galilea,
  toda la gente va a verlo, y Él les vuelve a enseñar (Mc 2,13).
*Al oír lo que hace Jesús, una gran multitud acude a Él (Mc 3,8).
*Vuelve a casa y se reúne tanta gente que no podía ni comer (3,22).
*En otra oportunidad, Jesús se pone a enseñar a orillas del lago,
  y se reúne tanta gente que tuvo que subir a una barca (Mc 4,1).
*Cuando Jesús regresa en la barca al otro lado del lago,
de nuevo se reúne en torno a Él mucha gente (Mc5,21).
   Muy diferente la actitud de sus familiares y paisanos de Nazaret:
*Cuando sus parientes se enteran de todo esto,
fueron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco (Mc 3,21).
*Un sábado Jesús enseña en la sinagoga de su pueblo (Nazaret).
Muchos le oyen y se preguntan extrañados:
¿Dónde aprendió tantas cosas? ¿Qué pensar de su sabiduría?
¿Cómo explicar los milagros que hace con sus manos?
¿No es este el carpintero, el hijo de María…?
¿Sus hermanos no viven aquí, con nosotros? No creían en Él.
Como respuesta, Jesús dice: En todas partes se honra a un profeta,
menos en su tierra, entre sus parientes y en su propia casa (Mc 6,4).
   Cuando le dicen: Tu madre, tus hermanos y hermanas te buscan,  
Jesús -mirando a las personas que están a su alrededor-
les responde: El que hace la voluntad de Dios,
ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Al respecto, recordemos lo que Jesús anuncia en el sermón del monte:
No el que me dice; ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el Reino de Dios,
sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial (Mt 7,21).
Y, justamente, Jesús quiere que nos amemos unos a otros (Jn 13,34s),
para que no haya entre nosotros ningún necesitado (Hch 4,34).
Tengamos presente también, el siguiente texto de Santiago:
La religión verdadera y perfecta delante de Dios nuestro Padre,
consiste en ayudar a huérfanos y viudas en sus necesidades,
y no dejarse contaminar por la corrupción de este mundo (Stgo 1,27).
J. Castillo A.


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