miércoles, 9 de mayo de 2018

Anuncien la Buena Noticia del Reino

Ascensión del Señor, ciclo B
Hch 1,1-11  -  Ef 4,1-13  -  Mc 16,15-20

   El texto de Marcos (16,9-20) fue añadido a mediados del siglo II,
y la Ascensión de Jesús que celebramos hoy, se remonta al siglo IV.
   El relato de la Ascensión no debemos tomarlo al pie de la letra.
Como todo texto bíblico, trata de comunicar un mensaje religioso…
y marca un momento decisivo en la vida de Jesús y de sus discípulos.
  
La persona de Jesús es Buena Noticia
   Recordemos que el evangelista Marcos empieza su texto, diciendo:
Comienza la Buena Noticia (Evangelio) de Jesucristo, Hijo de Dios.
Luego narra el bautismo de Jesús…y el inicio de su misión en Galilea,
donde anuncia a la gente: Conviértanse y crean en la Buena Noticia.
   Buena Noticia es el mismo Jesús que no solo enseña con autoridad,
sino que sana a los enfermos… da de comer a los hambrientos…
alaba la fe de los paganos… acaricia y bendice a los niños…
en una palabra, despierta esperanza entre los pobres marginados.
   Mientras la gente sencilla alaba a Dios por las obras de Jesús,
las autoridades políticas y religiosas buscan matarlo (Mc 3,6).
¿Sus enseñanzas y obras tendrán continuidad o pasarán al olvido?
   Al respecto, refiriéndose a su Ascensión, Jesús dice a sus discípulos:
Les digo la verdad, es mejor para ustedes que yo me vaya.
Si no me voy, no vendrá a ustedes el Defensor (el Espíritu Santo),
pero si me voy, yo lo enviaré a ustedes (Jn 16,5-7).
   Es normal que su ausencia causa tristeza entre sus seguidores,
pero solo así, ellos anunciarán el Evangelio…sobre todo a los pobres.
Esto vale para nosotros, como dice Francisco (Bula MV, 11 abr 2015):
Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo,
las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad…
Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros
para que sientan el calor de nuestra presencia, amistad y fraternidad.
Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera
de la indiferencia que suele… esconder la hipocresía y el egoísmo.

El que cree y se bautice se salvará
   Actualmente, hay creyentes que viven su fe de una manera infantil,
pues, al no actuar en conciencia ni ejercer su propia libertad,
esperan que la autoridad religiosa les diga lo que deben creer y hacer.
   Al respecto, reflexionemos en el siguiente texto del Vaticano II:
Dios tiene en cuenta la dignidad del ser humano  que Él mismo creó,
y que debe regirse por su propia determinación y usar de libertad
Cristo atrajo e invitó pacientemente a sus discípulos.
Cierto que apoyó y confirmó con milagros su predicación,
para suscitar y afianzar la fe de sus oyentes; pero no para forzarlos…
Dio testimonio de la verdad, pero no la quiso imponer por la fuerza.
Pues su Reino no se defiende con la violencia,
sino que se establece dando testimonio de la verdad
La Iglesia reconoce y promueve la libertad religiosa,
como (don) conforme a la dignidad humana y a la revelación de Dios
(Declaración sobre la Libertad Religiosa, DH, nº 11-12).   

Los discípulos y discípulas anuncian la Buena Noticia
   Para que esta Buena Noticia del Reino llegue a toda la humanidad,
Jesús busca seguidores que se identifiquen con su proyecto (Mc 3).
   Entre estos seguidores hay también un grupo de mujeres:
Ellas, cuando Jesús estaba en Galilea, le habían seguido y servido;
y otras muchas que habían subido con Él a Jerusalén (Mc 15,41).
   A tres de ellas -María Magdalena, María de Santiago y Salomé-
un joven vestido con un hábito blanco les anuncia esta Buena Noticia:
No tengan miedo. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el crucificado.
No está aquí, resucitó… Vayan y digan a sus discípulos y a Pedro:
que irá delante de ellos a Galilea. Allí lo verán (Mc 16,5-7).
   Con la Ascensión se abre un tiempo nuevo para sus seguidores/as:
*Pedro y Juan proclaman la resurrección de Jesús y son arrestados.
*El diácono Esteban lleno -del Espíritu Santo- habla con sabiduría,
  sin embargo, es calumniado y muere apedreado fuera de la ciudad.
*En Samaría, el diácono Felipe sana a enfermos y anuncia a Jesús.
*En Antioquía, el Espíritu Santo y la comunidad cristiana
  separan a Pablo y Bernabé, para una misión entre los paganos.
*La diaconisa Febe goza de autoridad en la comunidad de Sencreas.
*En Corinto, la comunidad se reúne en casa de Aquila y Prisca… 
Santa María, madre de Jesús, ruega por nuestras madres
J. Castillo A.

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