2º Domingo de Cuaresma, ciclo B
Gen 22,1-18 - Rom
8,31-34 - Mc 9,2-10
Ver el rostro de Jesús en los niños y
jóvenes que viven desorientados,
y
necesitan cristianos que sean guías en esa dura etapa de sus vidas.
También,
ver
el rostro de Jesús en las personas explotadas, sin casa
ni
ropa para el frío, sin el pan de cada día, enfermas, encarceladas…
Y,
al mismo tiempo, escuchar a Jesús que nos sigue diciendo:
lo que hacen a uno de estos mis hermanos, me lo hacen a mí (Mt 25).
Los
primeros discípulos de Jesús
Al escuchar el llamado de Jesús, Pedro y Andrés, Santiago y Juan,
de
inmediato dejan redes, barcas, trabajadores, familiares (Mc 1,16ss).
Después
comprenderán que para seguir a Jesús es necesario:
despojarse
del miedo… de la figuración… de las ansias de poder…
*Jesús al anunciar que va a padecer,
morir crucificado y resucitar,
Pedro que piensa como los hombres y no
como Dios,
rechaza
esa posibilidad… quizás porque teme dar su vida (Mc 8,31ss).
*Cuando son rechazados en una aldea de
Samaría, Santiago y Juan
quieren ordenar que caiga un rayo y
acabe con esa gente
(Lc 9,51ss).
*Al anunciar Jesús -por tercera vez- su
muerte y resurrección (Mc
10),
Santiago y Juan le piden ocupar los primeros puestos en su Reino.
*Pedro niega conocer a Jesús, luego se
arrepiente y llora (Mc
14,66ss).
No
todo es sombra en la vida de los
tres discípulos, hay
también luces.
Jesús que sabe lo que hay en el interior de cada persona (Jn 2,25),
se transfigura ante ellos para
anunciarles su gloriosa resurrección.
Los
que asesinan no tienen la última palabra, sino el Dios de la Vida.
Pedro,
Santiago y Juan estrechan la mano de Pablo y Bernabé,
en
señal de comunión, por el apostolado
que hacen entre los paganos;
y
piden a Pablo y Bernabé que se acuerden
de los pobres (Gal 2,9ss).
Herodes
Agripa que tiene las manos manchadas de sangre,
emprende
una feroz persecución contra los discípulos de Jesús:
Hace
degollar a Santiago, el hermano de Juan.
Y viendo que esto agrada a los judíos, arresta a Pedro (Hch 12,1ss).
Pedro
no sabe lo que dice… Ellos están asustados…
En la montaña,
Pedro dice a Jesús: Maestro, ¡qué bien estamos aquí!
Incluso,
para quedarse a vivir allí, propone hacer
tres chozas…
Pero
lo cierto es que Pedro no sabe lo que dice… Están asustados.
Muchos
de nosotros, preferimos subir, alejarnos…
pero no bajar.
Nos
olvidamos que “allá abajo” hay hombres y mujeres que viven
en
un ambiente corrupto, violento, injusto… los pobres no valen nada.
Jesús,
a quien debemos seguir, siendo de
condición divina,
toma la naturaleza de servidor, se hace
semejante a nosotros,
y se humilla hasta morir asesinado en
una cruz
(Filp 2,5ss).
A
muchos cristianos nos cuesta aceptar lo que Jesús dice:
Felices
los que padecen persecución por causa de la
justicia,
porque de ellos es el Reino de los
cielos
(Mt 5,10).
Al
respecto, reflexionemos en el siguiente testimonio
de S. Pablo:
Nos vienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos.
Andamos con graves preocupaciones, pero no desesperados.
Perseguidos, pero no abandonados. Derribados, pero no destruidos.
Por todas partes llevamos en nuestra
persona la muerte de Jesús,
para que también su Vida se manifieste en nuestra vida (2Cor 4,8ss).
Éste
es mi Hijo amado, escúchenlo
Cuando Jesús nos da su mandamiento nuevo, añade:
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les digo (Jn 15,14).
*Sabiendo que Jesús nace pobre en un establo de
animales (Lc 2,6s),
¿por
qué hemos hecho de Navidad una fiesta de consumo superfluo?
*¿Somos de veras sal de la tierra y luz del mundo?
(Mt 5,13ss).
*¿Seguimos a Jesús, olvidándonos de
nosotros y cargando la cruz?
¿Qué
nos impide entregar la vida por Jesús y
por el Evangelio?
¿De qué sirve ganar todo el mundo, si
perdemos la vida? (Mc 8,34ss).
*Hoy, los pequeños, los
insignificantes, los despreciados (Mc 9,36s),
¿ocupan
un lugar preferencial en nuestras celebraciones Eucarísticas?
*¿Tenemos Comunidades Eclesiales de Base,
sabiendo que Jesús
está
presente donde dos o tres se reúnen en su Nombre? (Mt 18,20).
*¿Qué nos impide despojarnos de títulos y
vestimentas de otra época,
cuando
Jesús nos dice: todos ustedes son hermanos? (Mt 23,8ss).
*¿Hasta cuándo seguiremos siendo piadosos fariseos que cumplen ritos,
pero
descuidamos la justicia, la misericordia y la fe? (Mt 23,23).
Escuchemos
a Jesús, pues solo Él es el Camino, la Verdad, la Vida.
J. Castillo A.
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