miércoles, 14 de febrero de 2018

Conviértanse y crean en el Evangelio

1º Domingo de Cuaresma, ciclo B
Gen 9,8-15  -  1Pe 3,18-22  -  Mc 1,12-15

   Para que entre nosotros no haya ningún necesitado (cf. Hch 4,34),
bastaría practicar el mensaje del Evangelio de este domingo;
no solo durante la Cuaresma, sino durante toda nuestra vida.
*El desierto es un lugar de pruebas, y también de encuentro con Dios.
*Convertirnos y creer en el Evangelio es una gracia de Dios,
y una respuesta libre y responsable de cada uno de nosotros.

De las aguas del río Jordán… al desierto
   El Espíritu Santo que desciende sobre Jesús durante su bautismo,
lo lleva al desierto, donde permanece cuarenta días.
Allí, vive entre las fieras, es tentado por Satanás, los ángeles le sirven.
   En la Biblia, el número cuarenta tiene un significado salvífico:
-El diluvio dura cuarenta días, seguido de una nueva alianza (Gn 6-9).
-El pueblo camina cuarenta años hacia la tierra prometida (Ex 16,35).
-Moisés está con Dios en la montaña cuarenta días (Ex 24,18;  34,28).
-Elías camina cuarenta días para llegar al monte de Dios (1Re 19,8).
   El desierto es un lugar de prueba, de combate, de purificación;
pero también es un lugar para escuchar la Palabra de Dios,
para convertirnos, para cambiar nuestra manera de pensar y actuar.
   Jesús vive entre las fieras. Tiempo después, Él y sus discípulos
anunciarán el Reino de Dios en medio de lobos rapaces (Mt 10,16ss).
Ahora, los ángeles le sirven; más adelante, Jesús servirá, dará su vida.
   El evangelista Marcos no explica el contenido de las tentaciones.
Sin embargo, durante su vida terrenal, Jesús es tentado muchas veces:
-Pedro y sus compañeros buscan retenerlo en Cafarnaún (Mc 1,36s).
-Los fariseos tientan a Jesús, pidiéndole una señal del cielo (8,11-13).
-Pedro le tienta… y Jesús le dice: Ponte detrás de mí, Satanás (8,32s).
-En Getsemaní, Jesús ora diciendo: Padre, aparta de mí este cáliz.
Pero que no se haga lo que yo quiero, sino tu voluntad (14,35s).
-Los sumos sacerdotes y los escribas se burlan de Jesús diciendo:
Que baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos (15,31s).

Del desierto… a la región de Galilea
   Desde Galilea, región marginada, Jesús anuncia esta Buena Noticia:
*El tiempo se ha cumplido…La carta a los Hebreos empieza diciendo
el tiempo ha llegado y Dios nos habla en la persona de su Hijo Jesús:
En el pasado, muchas veces y de muchas maneras,
Dios habló a nuestros antepasados por medio de los profetas.
Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por medio de su Hijo,
a quien hizo heredero de todo, y por quien creó el universo (1,1ss).
*Dios comienza a reinar… Jesús, en diversos lugares y momentos,
anuncia el Reinado de Dios como Buena Noticia para los que sufren.
Por eso, cuando rezamos: Padre nuestro, venga a nosotros tu Reino,
debemos introducir en la sociedad: vida, compasión, misericordia
como hace Jesús, mientras camina por las aldeas de Galilea y Judea:
Vayan y digan a Juan Bautista lo que han visto y oído:
Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios,
los sordos oyen, los muertos resucitan,
a los pobres se les anuncia la Buena Noticia (Lc 7,22).
*Conviértanse… Cuando veo que mis acciones me llevan al abismo,
la única solución es abandonar ese camino y emprender otra ruta.
Se trata de cambiar nuestra manera de vivir, como hace el hijo menor:
Me levantaré y volveré a la casa de mi padre (Lc 15,17ss).
Esto mismo hace Zaqueo que es muy rico, se levanta y dice a Jesús:
Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo,
y a quien le he robado, le devolveré cuatro veces más (Lc 19,8).
Tengamos presente que limosna significa hacer justicia (Prov 10,2).
   Según el profeta Isaías, el ayuno que agrada a Dios consiste en:
Romper las cadenas de la injusticia. Dejar libres a los oprimidos.
Acabar con toda tiranía. Compartir tu pan con el hambriento.
Acoger en tu casa al pobre sin techo. Vestir al desnudo… (Is 58,6s).
*Crean en el Evangelio… Ciertamente, “otro mundo es posible”,
sin hambrientos que lloran… ni satisfechos que ríen… (Lc 6,20ss).
Para esto, hacen falta cristianos/as que crean en la Buena Noticia,
y, desde su fe, trabajen por renovar nuestra sociedad desde sus raíces.
   Con María, la madre de Jesús, que es dichosa por haber creído,
sigamos exclamando: Dios deshace los planes de los orgullosos.
Derriba del trono a los poderosos y engrandece a los humildes.
Colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos.
J. Castillo A.

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