Natividad de Jesús
Is 9,1-6
- Tito 2,11-14 - Lc
2,1-14
¿Qué debemos hacer, cuando el
nacimiento de Jesús en un establo,
lo
hemos convertido en un tiempo de consumismo desenfrenado?
¿Acogemos y servimos a los pobres que
buscan una vida más digna?
¿Nos amamos los unos a los otros, como
nos ama Jesús de Nazaret?
Si
no hay amor y vida, justicia y paz, ¿qué estamos celebrando?
El
nacimiento de un niño pobre
El nacimiento y la infancia de Jesús que
narra el evangelista Lucas,
debemos
meditarlo a la luz de su pasión, muerte y resurrección.
*En Belén, José y María tocan muchas
puertas pidiendo alojamiento,
y
como no
hay lugar para ellos, María da a luz a Jesús en un establo.
Desde
esta experiencia, Jesús pobre anuncia esta Buena Noticia:
Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece.
Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán (Lc 6,20ss).
¿Qué
hacemos por las personas oprimidas por el sistema capitalista?
*Después de dar a luz, María envuelve
a Jesús en pañales.
Lo
mismo hace José de Arimatea: Pide a
Pilato el cuerpo de Jesús,
lo
envuelve en una sábana y lo coloca en
un sepulcro
(Lc 23,50ss).
¿Vestimos
-por amor y en silencio- a los que sufren frío y desnudez?
*Luego, el ángel del Señor se aparece a
los pastores para anunciarles:
Hoy,
en la ciudad de David, ha nacido para ustedes el Salvador.
A
Jesús, mientras ora de rodillas en el huerto de los Olivos,
se
le aparece un ángel que le anima y le da fuerzas (Lc 22,41ss).
¿Actuamos
con entrañas de misericordia con las personas que sufren?
*De pronto, una multitud de ángeles
glorifican a Dios diciendo:
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres.
Algo
semejante sucede cuando Jesús entra en la ciudad de Jerusalén,
sus
discípulos dicen: Paz en el cielo y gloria al Altísimo (Lc 19,38).
Y
Jesús, ya resucitado, les dice: La paz esté con ustedes (Lc 24,36).
¿Trabajamos
por una paz verdadera, basada en la
verdad y justicia?
En
aquella región había unos pastores
Dios toma la iniciativa de anunciar el
nacimiento de su Hijo,
a
unos pastores despreciados por la sociedad y religión de esa época.
*Sin embargo, cuando la
gloria de Dios los envuelve con su luz,
aquellos
pastores sienten un gran temor.
Quizás
tienen miedo, no a las tinieblas sino a la luz, como nosotros
que
preferimos no la luz de la verdad, sino las tinieblas de la maldad:
La luz vino al mundo, y los hombres
prefirieron las tinieblas a la luz,
porque sus obras eran malas. Quien obra
mal odia la luz
y no se acerca a la luz, por temor de
que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la
verdad se acerca a la luz,
para que se vea que todo lo hace según
la voluntad Dios
(Jn 3,19ss).
*A continuación, el mensajero del Señor
les dice: No tengan miedo,
Les
traigo una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo.
Esta
Buena
Noticia es la persona de Jesús, Hijo de Dios y de María.
Su
nacimiento es motivo de alegría para todos, preferentemente,
para
los despreciados, los hombres y las mujeres que no valen nada.
Hoy,
si la persona de Jesús ya no es Buena
Noticia para nosotros…
si
sus enseñanzas, obras y gestos audaces no nos dicen nada…
si
le amamos con los labios, pero nuestro corazón está lejos de Él…
si
somos indiferentes con sus hermanos/as
que tienen hambre y sed…
estamos
celebrando cualquier cosa… menos su nacimiento en Belén.
*Luego, el ángel les anuncia que la salvación ha llegado a ellos:
Hoy,
en Belén, ha nacido para ustedes el Salvador: Cristo el Señor.
Que
esta salvación llegue hoy, preferentemente, a los niños y niñas:
-que
nacen con el peso intolerable de la pobreza y de la miseria…
-que
caminan por nuestras calles pidiendo limosna…
-que
buscan en la basura algo que tenga valor para llevarlo a casa…
-que
no tienen vestido para protegerse del frío y de las lluvias…
-que
van a dormir, generalmente, con el estómago vacío…
Hace años, en la puerta del templo de una
parroquia de la ciudad,
dejaron
abandonado a un niño más o menos de una semana de nacido.
Es
un caso más de tantos niños huérfanos de
padres vivos…
Mientras
los que “han oído Misa entera” se van
sin hacer nada,
una
madre pobre con seis hijos -que va de paso- lo acoge y lo adopta.
Teniendo
presente este gesto solidario de acoger y dar vida,
les
deseo a ustedes ¡Feliz Navidad!,
comparable con la felicidad
de
aquella humilde madre y del niño que ya tiene un hogar.
J. Castillo A.
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