4º Domingo de Cuaresma, ciclo A
1Sam 16,1-13 - Ef
5,8-14 -
Jn 9,1-41
El autor del cuarto Evangelio, utilizando
un lenguaje simbólico,
presenta
el camino de fe que recorre un joven
ciego de nacimiento.
Al
recuperar la capacidad de ver, el joven dará testimonio de Jesús,
hasta
ser expulsado por los fariseos que
se creen dueños de la verdad.
Jesús no actúa así. Él es la verdadera luz que ilumina y lo acoge.
Yo
soy la luz del mundo
En Jerusalén, -sede del poder político,
económico y religioso-
nadie
tiene piedad de aquel ciego que sobrevive fuera de la ciudad.
Creyentes
(de ayer y de hoy) lo ven, pero siguen su camino al templo.
Los
seguidores de Jesús tampoco se comprometen por darle la mano,
andan
preocupados por saber quién tiene la culpa de su desgracia,
pues,
para muchos la enfermedad y pobreza son castigo de un pecado.
Pero
Jesús -que es la Luz del mundo- lo
ve… se compadece…
le
pone barro
en los ojos… y le pide lavarse en la piscina de Siloé.
Empezar
a ver es un don divino… y también una tarea humana…
El
joven que ahora ve, ¿llevará una vida normal sin ser marginado?
Lamentablemente,
los parásitos de siempre que adoran al dios-dinero,
no
permiten que los pobres se levanten,
caminen, vean, oigan, hablen.
Jesús,
en cambio, al saber que ha sido expulsado por los fariseos,
va
a buscarlo y le pregunta: ¿Crees en el Hijo del Hombre?
El
joven, al reconocer la voz amiga que le había dicho: ve a lavarte…
lleno
de confianza le contesta: ¿Quién es, Señor, para creer en él?
Jesús
le dice: Lo estás viendo, el que
te está hablando, ese es.
Fue
entonces cuando el joven exclama: Creo, Señor.
Así
es, los caminos de Dios no son como los nuestros (Is 54,8).
Por
eso Jesús -que nace vive y muerte pobre- exclama:
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de
la tierra,
porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos,
y las diste a conocer a la gente sencilla (Lc 10,21).
¡Felices los limpios de corazón, porque
ellos verán a Dios!
Yo
era ciego y ahora veo
Aquel ciego: es pobre… vive marginado… es
mayor de edad…
Por
miedo, sus padres lo abandonan… Los fariseos lo excomulgan…
Sin
embargo, el encuentro personal con Jesús
cambia su vida.
Se
levanta y habla de igual a igual con diversos grupos de personas.
Ante
las habladurías de sus vecinos, aquel joven les dice: Soy yo.
Él
es la misma persona marginada por la sociedad y la religión,
pero,
gracias a un hombre que se llama Jesús, puede ver.
Por
ahora, aquel joven solo conoce a Jesús de una manera vaga,
pero
esta experiencia es punto de partida para seguir avanzando.
Más
adelante cuando los fariseos le preguntan: ¿qué
piensas de Él?,
el
joven les da este testimonio: Es un profeta. En otras palabras,
Jesús
puede realizar tales obras porque viene
de parte de Dios.
Según
los fariseos hubiera sido mejor que diga: Es
un pecador.
Sin
embargo, el que antes era ciego dice: Si
es un pecador no lo sé.
Solo
sé una cosa, que yo antes era ciego y ahora veo.
Luego,
al verlos tan preocupados, el joven les pregunta con ironía:
¿Acaso ustedes también quieren hacerse
discípulos de Él?
De
inmediato, los expertos en materia religiosa lo excomulgan,
actúan
así, porque sus obras son malas y
prefieren las tinieblas.
¿Acaso
nosotros somos ciegos?
Al final, Jesús se dirige a los “fariseos
hipócritas” para decirles:
Los ciegos van a ver… y los que ven, van
a quedar ciegos…
Hay
personas que “ven”, pero “son ciegas” porque están al servicio
del
capitalismo salvaje que destruye la
tierra y explota a los pobres.
Frente
a esta injusta realidad que clama al cielo: Qué pueden hacer:
-los trabajadores sin derecho laboral
que apenas ganan para comer…
-los campesinos y los indígenas privados
de sus tierras…
-los jóvenes desorientados sin ninguna
solución para sus problemas…
Pueden
hacer mucho, como lo dice el papa Francisco: Ustedes
los
más humildes, explotados, excluidos,
pueden y hacen mucho.
Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está,
en gran medida, en sus manos, en su
capacidad de organizarse.
Luego
les pide: promover alternativas creativas, por ejemplo,
comprometerse
cada día con las “tres T”: Trabajo, Techo y Tierra.
Para
todo esto, deben participar: en los
grandes procesos de cambio…
(II
Encuentro Mundial de Movimientos Populares, 9 de julio del 2015).
J. Castillo A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario puede ayudar a mejorar este blog