domingo, 19 de abril de 2015

Dar la vida por las ovejas

IV Domingo de Pascua (ciclo B)
Hch 4,8-12  -   1Jn 3,1-2  -  Jn 10,11-18

   Dada la íntima relación que hay entre el pastor y sus ovejas,
al pueblo judío del AT le agrada invocar a Dios como pastor (Sal 23).
Pastor se aplica también a las autoridades religiosas y políticas.
Recordemos que Moisés, el gran liberador de  su pueblo (Ex 3,1),
David, el antepasado de Jesús (1Sam 16,11), y otros… son pastores.
   Así como hay pastores buenos, hay también autoridades malas
que roban, matan, destruyen… que se apacientan a sí mismas (Ez 34). 

El asalariado abandona las ovejas y huye
   Aparentemente, el buen pastor y el asalariado aman a las ovejas.
Sin embargo, encontramos diferencias. Hay asalariados que trabajan
en salud, en educación, en asilos para ancianos, en oficinas públicas…   
Unos lo hacen bien, otros solo movidos por el salario para sobrevivir.
   Pero hay también ‘asalariados’ que se apacientan a sí mismos, pues
dominados por la idolatría del becerro de oro: -explotan a los pobres,
-destruyen la naturaleza, -buscan llenar sus bolsillos en poco tiempo,
-abren sus manos para los beneficios y dejan a los pobres la austeridad
y, cuando hay peligro, -abandonan al pueblo, -huyen al extranjero…
   Los cristianos no podemos permanecer ciegos, sordos y mudos:
-ante el creciente abismo que hay entre ricos y pobres…
-ante el lujo de unos pocos frente a la miseria de las mayorías… y
-ante la explotación irracional de nuestra madre tierra.
   Ojalá la voz de nuestros Obispos en Aparecida no sea letra muerta:
La riqueza natural de América Latina y El Caribe experimentan hoy
una explotación irracional que va dejando una estela de desperdicio,
e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo ese proceso
tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico
que privilegia el desmedido afán por la riqueza,
por encima de la vida de las personas y de los pueblos
y del respeto racional de la naturaleza (DA, 2007, n.473).
   El pastor bueno es diferente, ama y entrega su vida por las ovejas.

El  pastor bueno da su vida por las ovejas
   Jesús, Pastor Bueno, da su vida por las ovejas… las conoce y ellas
le conocen… con todas busca formar un solo rebaño y un solo pastor.
   Hagamos la voluntad de Jesús, reflexionando en el salmo 23.
*El Señor es mi pastor, nada me falta. Jesús dice a sus discípulos:
Éste es mi mandamiento: ámense unos a otros como yo les he amado.
Nadie tiene amor más grande que dar la vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando (Jn 15).
*En verdes praderas me hace descansar. Jesús dice a Felipe: ¿Dónde
compraremos pan para toda esta gente?... Luego añade: Díganles
a todos que se sienten. Había hierba abundante en ese lugar (Jn 6,5ss).
*Me lleva a las aguas frescas y renueva mis fuerzas. A la samaritana
Jesús le dice: Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed,
pero el que beba del agua que yo le daré, jamás tendrá sed (Jn 4).
*Me guía por caminos de justicia, por amor de su nombre. Escribas
y fariseos le dicen: Maestro, esta mujer fue sorprendida en adulterio.
La ley de Moisés ordena apedrear a estas mujeres. Tú ¿qué dices?...
Jesús responde: El que no tenga pecado, tire la primera piedra (Jn 8).
*Aunque camine por un valle tenebroso, ningún mal temeré,
porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me dan seguridad.
La curación del joven -ciego de nacimiento- nos muestra el camino
de fe que él recorre, en medio de la ceguera espiritual de los fariseos.
Al final, el que fue ciego se arrodilla ante Jesús y dice: Creo, Señor
Luego Jesús exclama: He venido a este mundo para hacer un juicio,
para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos (Jn 9).
*Preparas para mí un banquete en presencia de mis enemigos.
Los judíos murmuran porque Jesús ha dicho: Yo soy el pan que
ha bajado del cielo… Y decían: Este Jesús, ¿no es el hijo de José?
Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice que ha
bajado del cielo? Jesús les responde: Dejen de murmurar (Jn 6,41ss).
*Unges mi cabeza con perfume. En Betania, en la cena que ofrecen a
Jesús, María toma una libra de perfume de nardo puro, muy costoso,
unge los pies de Jesús y, luego, los seca con sus cabellos (Jn 12).
*Mi copa está llena. En una boda, en Caná de Galilea, el mayordomo
dice al novio: Tú has guardado el mejor vino hasta ahora (Jn 2).
*Tu bondad y tu amor me acompañan todos los días de mi vida, y en
tu casa, Señor, viviré por siempre. Juan y Andrés le dicen: Maestro,
¿dónde vives? Ellos al ver dónde vive, se quedan con Él (Jn 1,35ss). 
J. Castillo A.

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