miércoles, 2 de julio de 2014

Los preferidos de Jesús

XIV Domingo, Tiempo Ordinario (ciclo A)
Zac 9,9-10  -  Rom 8,9-13  -  Mt 11,25-30

 
 La fe no es enemiga del saber humano. Sin embargo, preguntemos: ¿Es justo defender un sistema económico que destruye la vida: -la vida de la madre tierra y -la vida de millones de seres humanos?  ¿Cuántos ‘sabios’ trabajan para que los ricos sean más ricos, y cuántos están al servicio de los pobres para que dejen de ser pobres?
Para seguir reflexionando, escuchemos a Jesús que exclama: Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y las diste a conocer a la gente sencilla

Los sabios y entendidos
   En la época de Jesús, los sumos sacerdotes, los maestros de la ley
y los fariseos se consideran a sí mismos como ‘sabios y entendidos’.
-Los primeros, tienen en sus manos el poder social y religioso,
no necesitan aprender, ni ser guiados o aconsejados. Ellos viven bien,
pues han hecho de la Casa de Dios una cueva de ladrones (Mt 21).
-Los otros, expertos en las Escrituras: Ocupan la cátedra de Moisés.
Enseñan pero no practican. Ponen pesadas cargas sobre las espaldas
de la gente sencilla, mientras ellos se niegan a moverlas con el dedo.
Todo lo hacen para ser vistos. Les gusta ocupar los primeros puestos.
Son guías ciegos. Cuelan un mosquito pero se tragan un camello.
Descuidan lo esencial de la Ley: la justicia y la misericordia (Mt 23).
   Para ellos las enseñanzas y obras de Jesús son un peligro; si lo dejan
actuar, todos van a creer en Él, vendrán los romanos y nos destruirán
Por eso, no solo desprecian e insultan a Jesús, también le persiguen,
y todos ellos de común acuerdo buscan darle muerte (Jn 11,47ss).
   Hoy, ¿por qué se adormece a los pobres con proyectos paliativos,
sin ir a las verdaderas causas de tantas injusticias y desigualdades?
¿Hay ‘sabios y entendidos’ capaces de ver la opresión de los pobres,
oír sus gritos de dolor, y comprometerse por su liberación integral?
¿De qué sirve acumular conocimientos, certificados, títulos, etc.
si después no hacemos nada para compartirlo con los demás?

La gente sencilla
   Jesús enseña desde su experiencia, desde lo que Él vive y siente.
Su enseñanza no parte de grandes ideas ni de principios teóricos,
sino de la realidad, de lo que ve y oye al caminar de un lugar a otro.
Para Jesús todo es una oportunidad para anunciar el Reino de Dios:
la semilla y la tierra… el trigo y la cizaña… el tesoro y la perla
Muchos ‘sabios y entendidos’ no estarán de acuerdo con lo que Jesús
enseña, pero no podrán decir que no le han entendido.
Además, Jesús habla con autoridad y no como los maestros de la ley.
   La mirada que tiene la gente sencilla -del campo y de la ciudad-
generalmente va a lo esencial, es transparente, limpia, sin hipocresía.
Los pequeños, como dice Jesús, son los más pobres, los que suplican
a Dios el amigo de la vida (Sab 11): verdad y libertad, justicia y paz.
Todos ellos saben por experiencia: -lo que es vivir sin seguridad…
-levantarse de madruga para buscar trabajo y pan para sus hijos…
-trabajar hasta escupir sangre para que otros vivan mejor…
-soportar las lluvias y el frío llevando una ropa que apenas les cubre…
-llorar por el hijo que nace para vivir pero muere antes de tiempo…
   Solo la sabiduría del Evangelio nos lleva a creer en Jesús que dice:
*Vengan a mí los que están cansados y agobiados, yo los aliviaré.
Si los seguidores de Jesús nos comprometemos en hacer realidad,
aquí y ahora, el Reino de Dios y su justicia, entonces serán felices:
los pobres, los que tienen hambre, los que lloran (Lc 6,20).
*Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón. Al respecto,
el apóstol Pablo escribe: Cristo tomó la condición de servidor.
Se hizo semejante a los seres humanos. Se humilló y se hizo obediente
hasta la muerte y muerte en la cruz (Flp 2).
*Mi yugo es suave y mi carga es ligera. Mientras los fariseos imponen
costumbres humanas para ocultar robos y corrupciones (Lc 11,37ss),
Jesús nos da su mandamiento: Amarnos como Él nos ama (Jn 13,34s).
   Para seguir a Jesús y poner en práctica sus enseñanzas, acudamos:
-a los ‘pequeños’ que sufren, ellos son los hermanos de Jesús,
-a los excluidos por los ‘sabios y entendidos’ que desprecian al pobre,
-a los que viven con lo necesario, sin amontonar riquezas materiales,
-a los jóvenes que ya piensan y a los que piensan como jóvenes,
-a los que por defender la vida… son perseguidos y encarcelados.
Con ellos haremos realidad una Iglesia pobre entre los pobres
J. Castillo A.

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