lunes, 23 de diciembre de 2019

Felices los perseguidos

La Sagrada Familia, ciclo A: 29 de diciembre del 2019
Eclo 3,2-14  -  Col 3,12-21  -  Mt 2,13-23

   Cuando nace Moisés (Ex 2-3), varias personas le salvan de morir…
Ya adulto, huye de Egipto porque el Faraón le busca para matarlo…
Luego, Dios le envía para liberar a su pueblo de la esclavitud…
  Siglos después, José, María y Jesús huyen a Egipto pues Herodes
busca al Niño para matarlo… Al volver, se instalan en Nazaret…
Y, desde Galilea, Jesús anuncia una nueva y definitiva liberación…

Buscan al niño para matarlo
   José y María se ven obligados a vivir como emigrantes, porque
el rey Herodes busca al niño Jesús para matarlo. Pero, ¿por qué?...
   Herodes logra mantenerse en su puesto asesinando a sus enemigos,
incluso a varios miembros de su propia familia (esposa e hijos).
Al oír que había nacido en Belén, un niño que sería el Salvador,
y temiendo perder el trono, Herodes mandó matar -en Belén
y sus alrededores- a todos los niños menores de dos años (Mt 2,16s).
Recordemos. Herodes “es extranjero”, hijo de familia rica de Idumea.
Siendo un personaje adulador y servil, se ganó el favor de Roma, 
para “reinar” en Palestina; pero quien “gobierna” es el emperador.
   Hoy en día, muchos Herodes  -por codicia insaciable y por miedo-
destruyen la tierra, nuestra casa común…asesinan a la gente pobre…
explotan y dejan sin futuro a muchos niños, niñas y jóvenes…
   Cuando Jesús anuncia -en Galilea- que el Reino de Dios está cerca,
los que tienen poder político y religioso no cesan de perseguirle:
*Es sábado y Jesús sana a un hombre que tiene la mano paralizada,
de inmediato los fariseos se reúnen para acabar con Él (Mt 12,14).
*Más tarde, Caifás, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías,
se ponen de acuerdo para detener a Jesús y darle muerte (Mt 26,3-5).
*Uno de los Doce le traiciona por treinta monedas de plata (26,14-16).
   Desde su propia experiencia, Jesús de Nazaret nos sigue diciendo:
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia,
porque el Reino de los cielos les pertenece… (Mt 5,10-12).

Le llamarán Nazareno
   Cuando Herodes muere, José se levanta, toma al niño y a su madre,
vuelve a Palestina, y se establece en Nazaret, en la región de Galilea.
Galilea de los paganos es una región donde se mezclan las razas,
allí los paganos lo contaminan todo, allí no hay templo.
Sin embargo, es allí donde Jesús anuncia la Buena Noticia del Reino.
Nazaret es un pueblo despreciado, de allí no sale algo bueno (Jn 1,46).
En otras palabras, ser nazareno es lo mismo que ser “un don nadie”.
   Por eso, cuando Jesús vuelve a su pueblo de Nazaret,
va a la sinagoga para enseñar, pero sus propios paisanos le rechazan:
¿De dónde le viene esta sabiduría y ese poder de hacer milagros?
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María?...
Sus paisanos se escandalizan y no le reconocen (Mt 13,53ss).
Para ellos, ser Profeta no es compatible con la humildad de su familia.
¿Puede un artesano como Jesús: enseñar… sanar… liberar…?
Lamentablemente, miran y no ven, escuchan y no oyen (Mt 13,13ss).
Lo mismo sucede hoy, pues muchos de nosotros que tenemos título
y alguna profesión, ¿nos dejamos evangelizar por los pobres?
   Habiendo cumplido su misión en Galilea, Jesús viaja a Jerusalén.
Al ingresar a Jerusalén, la gente pregunta: ¿Quién es éste?
La multitud contesta: Es el Profeta Jesús,  de Nazaret (Mt 21,10s).
Luego, Jesús se lamenta de los líderes religiosos de Jerusalén
que buscan, por diversos medios, acabar con su misión y su vida:
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que
Dios te envía! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como reúne
la gallina a sus pollitos bajo sus alas, pero tú te negaste! (Mt 23,37).
Traicionado por Judas Iscariote, Jesús es azotado y muere crucificado:
Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz,
que decía: Jesús de Nazaret, rey de los judíos (I.N.R.I) (Jn 19,19).
Después un Joven anuncia esta Buena Noticia: Ustedes buscan
a Jesús el crucificado. No está aquí, ha resucitado (Mc 16,6s).
   Estando en Nazaret (5 de enero de 1964), el Papa Paulo VI  dijo:
Nazaret es la escuela del silencio, de la meditación, de la vida
personal e interior, de la oración que Dios solo ve secretamente.
Nazaret es la escuela de vida familiar que nos enseña: la sencillez,
la comunión de amor, el carácter sagrado e inviolable del matrimonio.
Nazaret es la escuela del trabajo: Cristo nuestro Señor es el modelo,
el hermano divino y el defensor de todos los trabajadores. 
J. Castillo A.

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