miércoles, 10 de octubre de 2018

Riquezas injustas

28º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo B
Sab 7,7-11  -  Heb 4,12-13  -  Mc 10,17-30

   Hay autoridades y personas particulares que amontonan dinero:
asesinando… robando… mintiendo… cometiendo injusticia
   Después, sus herederos tendrán inmensa fortuna, darán limosna,
gozarán de consideración al financiar ciertos proyectos…
   Si alguien les dice que sus riquezas son injustas, se ofenden;
pero, todo rico o es ladrón o heredero de ladrones (S. Jerónimo).

No mates, no robes, no mientas, no seas injusto
   Un hombre muy rico y de vida religiosa “ejemplar” a su manera,
va corriendo al encuentro de Jesús… se arrodilla… y le pregunta:
Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
   Es probable que su riqueza no la ganó con el sudor de su frente,
sino que es una herencia, como sucede con muchos otros ricos.
Pero, ¿qué hicieron sus padres o abuelos para acumular tanta riqueza?
¿Acaso no la han obtenido despojando y explotando a los pobres?
   Al respecto, reflexionemos en el siguiente texto de Job (cap. 24):
Los malvados: -Cambian los linderos y apacientan ovejas robadas.
-Despojan de sus animales a los huérfanos y a las viudas.
-Apartan del camino a los pobres y los miserables se esconden.
-Arrancan del pecho de las viudas a sus hijos recién nacidos.
-Dan como garantía al hijo del pobre.
Los pobres: -Madrugan para buscar trabajo y pan para sus hijos.
-Pasan la noche desnudos, sin manto para protegerse del frío.
-Empapados por las lluvias se refugian en las rocas.
-Como animales de carga transportan el trigo y pasan hambre.
-Los moribundos gimen en la ciudad y los heridos piden socorro.
   Examinemos nuestra vida, a la luz de las palabras de Jesús:
No mates… no robes… no mientas… no seas injusto…
Porque: -El pan es vida del pobre, quien se lo niega es asesino.
-Mata a su prójimo, quien le quita el sustento.
-Derrama su sangre, quien no da al obrero el salario (Eclo 34,21s).

Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y sígueme
   El simple “cumplo-y-miento” de la ley y de las prácticas religiosas,
no basta para heredar la Vida eterna. Lo más importante es practicar
el Mandamiento nuevo de Jesús: Ámense los unos a los otros,
como yo les amo a ustedes (Jn 13,34).
   Caso contrario, escuchemos el siguiente juicio divino:
Conozco tus obras, no eres frío ni caliente.
Ojalá fueras frío o caliente, pero como eres tibio, ni frío ni caliente,
voy a vomitarte de mi boca (Apc 3,14ss).
   Al hombre rico que anhela heredar la Vida eterna, Jesús le dice:
-Anda, vende lo que tienes… *Del hambriento es el pan que tienes,
del desnudo es el abrigo que tienes guardado en el armario,
del descalzo es el zapato que se está pudriendo en tu poder,
del necesitado es el dinero que tienes enterrado (San Basilio).
*Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos,
sediento y te dimos de beber, emigrante y te acogimos,
desnudo y te vestimos, enfermo y te visitamos,
encarcelado y te liberamos? Jesús les dice:
Todo lo que hicieron a uno de estos mis hermanos insignificantes,
me lo hicieron a mí (Mt 25,37ss).
-Da el dinero a los pobres… *No das al pobre parte de lo tuyo,
sino que le devuelves algo de lo que es suyo (San Ambrosio).
*Zaqueo le dice: Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres,
y a quien le he robado le devolveré cuatro veces más (Lc 19,8).
-Así tendrás un tesoro en el cielo… *Todos los fieles, cristianos…
son llamados por el Señor… a la perfección (Vaticano II, LG, 11).
*Quien deje casa, hermanos/as, padre, madre, hijos o terrenos,
por mí y por el Evangelio, recibirá en esta vida cien veces más…
en medio de persecuciones; y en el futuro la Vida eterna (Mc 10,29s).
-Luego ven y sígueme.  *Prefiero una Iglesia accidentada,
herida y manchada por salir a la calle,
que una Iglesia enferma por el encierro
y la comodidad de aferrase a las propias seguridades (EG,49).
*Si alguno quiere seguirme, olvídese de sí mismo,
cargue con su cruz y sígame (Mc 8, 34).
   Aquel hombre olvida la mirada cariñosa de Jesús… y se va triste,
porque tiene muchas riquezas. Entonces, ¿quién puede salvarse?
Ciertamente, es difícil pero no imposible que los ricos se salven.
J. Castillo A.

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