16º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Sab 12,13-19 - Rom
8,26-27 - Mt 13,24-43
Jesús sigue enseñando la Buena Noticia
del Reino de los cielos,
utilizando
comparaciones o parábolas muy sencillas, por ejemplo,
el trigo y la cizaña… la semilla de
mostaza… la levadura…
¿Por
qué Jesús pide a sus seguidores de ayer y de hoy,
dejar
que el trigo y la cizaña crezcan juntos
hasta la siega?
¿La
Iglesia es el hogar de todos, donde los pobres son los primeros?
…
Se parece a un hombre que siembra buena semilla
La parábola del trigo y la cizaña es una
respuesta a la impaciencia
de
los buenos que, escandalizados por
el mal que hay en la sociedad,
quieren
eliminar a los malos, con el fin de
reinar ellos solos.
Jamás
se puede justificar la violencia que causa muertes inocentes,
pues,
nada ni la religión puede ser utilizada contra la vida humana.
Esta
parábola: -Es un llamado a cambiar
nuestra manera de actuar,
pues
lo que está en juego es nuestro futuro y destino final.
-Es una exigencia para ser sal y luz del mundo (Mt 5,13ss).
-Y
nos alienta a dar testimonio de
Jesús cuando somos
odiados y perseguidos por causa de la
justicia
(Mt 5,10ss; 10,16ss).
Hoy,
se viola los derechos humanos más
elementales, sobre todo,
de
los campesinos cuyas tierras son contaminadas o expropiadas;
por
culpa de quienes no oyen el grito de
la tierra y de los pobres (LS).
En
esta situación, ¿cómo sembrar buena semilla?... ¿qué hacer?...
*Como
todo profeta, reconocer nuestras
limitaciones y convertirnos,
pues
en cada uno de nosotros hay trigo, pero también hay cizaña.
*Denunciar
a los que destruyen la vida de la tierra y del ser humano.
*Y,
sobre todo, como seguidores/as de Jesús, el
Profeta de Nazaret,
anunciar que el Reino de
Dios es vida, justicia, paz…y por
esta causa
liberar
a los oprimidos… y con ellos liberar a los opresores.
*Solo
al final, Jesús -el Justo juez- separará
el trigo de la cizaña:
-Vengan, benditos
de mi Padre, pues tuve hambre y me alimentaron…
-Apártense de mí, malditos, pues tuve sed y no me dieron de beber…
…
Se parece a un grano de mostaza
Hablando del Reino de los cielos, Jesús
no lo compara con el cedro,
que
nos llevaría a buscar: poder, dinero, privilegios, honores. Por eso,
sería
un grave error para los cristianos, hacer de la Cena del Señor
una
ceremonia espectacular, llenando plazas y coliseos de multitud.
El
ideal que Jesús nos propone está en lo pequeño, humilde, ordinario;
por
ejemplo, en las pequeñas comunidades
reunidas en una casa,
para
oír la Palabra de Dios y participar en la fracción del pan (Hch 2).
No
olvidemos que la pequeña semilla de la mostaza es perjudicial,
porque
se multiplica con facilidad y acaba con las plantas útiles;
luego
vienen las aves, otra plaga, que se aprovechan de los frutos.
Para
los poderosos de siempre, el Reinado de
Dios es perjudicial
y
no pueden librarse de él, aunque persiguen o asesinen, porque:
la sangre de los mártires es semilla de
nuevos cristianos
(Tertuliano).
…
Se parece a la levadura
Hay personas que trabajan para preparar nuestro
pan de cada día.
Para
ello, mezclan la levadura con la harina hasta que todo fermente.
La
levadura, siendo poca, tiene fuerza para fermentar toda la masa.
Así
actúa Dios, dice Jesús, desde adentro, de una manera sencilla.
Hoy,
ser Iglesia pobre entre los pobres
significa hacer nuestro:
los gozos y las esperanzas, las
tristezas y angustias de los hombres
de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren (GS).
En
esta parábola, no debemos olvidar otro elemento cultural,
pues
la levadura -para los judíos- era algo negativo para lo sagrado;
es
por eso que durante la Cena pascual comían pan sin levadura.
Levadura
escondida en la masa era, exactamente, como los poderosos
miran
el movimiento de Jesús, algo que molesta “desde adentro”.
Al
respecto, ¿por qué los ricos tienen
miedo a la gente sencilla
que:
ve… oye… habla… se levanta… camina… y
sigue a Jesús?
Por
la sencilla razón que ya pueden denunciar
las ayudas paliativas:
Quizás das limosna. Pero, ¿de dónde la
sacas sino es de tus robos,
del sufrimiento, de las lágrimas, de los
lamentos?
Si el pobre supiera de dónde viene tu
ayuda, la rechazaría;
porque tendría la impresión de morder la
carne de sus hermanos…
Él te diría: -no sacies mi sed con las
lágrimas de mis hermanos…
-deshaga tu pandilla y nosotros sabremos
desenvolvernos muy bien.
(San
Gregorio de Nisa, 335-394, Sermón contra los usureros).
J. Castillo A.
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