miércoles, 14 de septiembre de 2016

El uso del dinero

25º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo C
Am 8,4-7  -  1Tim 2,1-8  -  Lc 16,1-13

   No todo está perdido para el administrador que se queda sin trabajo.
Por un lado es “deshonesto” al derrochar los bienes de su patrón,
pero también es “astuto”, asegura su futuro disminuyendo las deudas.
   A partir de esta parábola Jesús dice a sus seguidores, de ayer y hoy:
Los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz
Luego añade: Gánense amigos con el dinero injusto...
Y sigue anunciando: Ustedes no puede servir a Dios y al dinero.

Los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz
   En la parábola, Jesús no alaba la deshonestidad del administrador,
sino su astucia para sobrevivir, pues ha sido despedido de su trabajo;
además, trabajar la tierra no puede, y mendigar le da vergüenza.
   El anuncio de la Buena Noticia del Reino no es tarea fácil.
Es por eso que Jesús -desde su propia experiencia- nos sigue diciendo:
Miren, yo los envío como ovejas en medio de lobos,
sean astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16).
   Hoy, ciertos poderosos -hijos de las tinieblas- actúan con “astucia”:
-para lograr el respaldo del poder ejecutivo, legislativo, judicial…
-para financiar y controlar los diversos medios de comunicación…
-para construir enormes edificios que son “templos del consumo”; etc.
Hacen eso para ser más ricos a costa de pobres cada vez más pobres.
Consecuencia: niños, jóvenes, adultos que no ven, no oyen, no hablan;
solo buscan adquirir las últimas novedades y amontonar cosas.
  Ante estos problemas desafiantes, ¿qué hacemos los hijos de la luz?
-¿Anunciamos el Evangelio con el testimonio de nuestras obras,
  o solo son palabras rutinarias que no dicen nada a los que nos oyen?
-¿Ayudamos a la gente a pensar, reflexionar y actuar desde su fe?
-¿Los valores del Reino vienen a ser la base de nuestro compromiso?
-¿Logramos crear una nueva corriente de opinión desde el Evangelio?
-¿Inspiramos proyectos sociales basados en las enseñanzas de Jesús?
-¿Construimos, desde el Evangelio, una sociedad más justa y fraterna?

Gánense amigos con el dinero injusto
   Jesús jamás permanece indiferente ante el sufrimiento humano.
Consagrado con el Espíritu Santo, pasa haciendo el bien (Hch 10,38):
-acoge a los despreciados y come con ellos… -sana a los enfermos…
-perdona a los pecadores…  -nos pide que vivamos como hermanos…
Si acepta la invitación de algunos fariseos importantes y publicanos,
es para que devuelvan a los pobres lo que le han robado.
   En este contexto, Jesús dice: Gánense amigos con el dinero injusto,
para que, cuando se acabe, ellos los reciban en la morada eterna.
Es una petición a los ricos para que dejando de adorar al dios-dinero,
se hagan amigos de los pobres, dándoles vida en este mundo;
pues los pobres, que son hermanos de Jesús, los acogerán en el Reino:
Vengan ustedes, bendecidos por mi Padre, y reciban el Reino…
porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer… (Mt 25,31ss).
   Ahora bien, los hambrientos y sedientos, los enfermos y desnudos,
los migrantes y encarcelados, los marginados y desempleados…
¿ocupan un lugar preferencial en nuestras actividades de cada día?

No pueden servir a Dios y al dinero
   ¿De qué sirve acumular riquezas: destruyendo la madre tierra 
y pisoteando los derechos más elementales de los pobres?
¿Bastará después: oír Misa y repetir oraciones para poseer el cielo?
   Lo que dijo Eduardo Galeano (1940-2015), tiene mucha actualidad:
La humanidad entera paga las consecuencias de la ruina de la tierra,
la intoxicación del aire, envenenamiento del agua, cambio de clima.
Datos, ocultos bajo el maquillaje de las palabras, revelan que el 25%
de la humanidad comete el 75% de crímenes contra la naturaleza.
Esas empresas, las más devastadoras del planeta,
figuran en los primeros lugares entre las que más dinero ganan.
Quienes sufren el castigo son los pobres, gente pobre, países pobres.
Lo que está mal en el norte, está bien en el sur;
lo que en el norte está prohibido, en el sur es bienvenido.
Raras veces la complicidad de los gobiernos locales se ejerce gratis.
Tampoco son gratuitas las campañas publicitarias
contra los defensores de la naturaleza y de la dignidad humana,
descalificados como abogados del atraso,
que se dedican a espantar la inversión extranjera
y a sabotear el desarrollo económico (“Patas arriba”, 1998).
J. Castillo A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario puede ayudar a mejorar este blog