jueves, 20 de noviembre de 2014

Señor, cuándo te vimos hambriento?

Jesucristo, Rey del Universo, ciclo A
Ez 34,11-17  -  1Cor 15,20-28  -  Mt 25,31-46

   En aquel día, al atardecer de la vida, todos seremos examinados,
no por los innumerables mensajes, promesas, ceremonias, oraciones…
sino por la ayuda concreta que hacemos a los hermanos de Jesús.
Son benditos quienes dan de comer a los que tienen hambre…
y son malditos los que no lo hacen… los egoístas, los indiferentes.

Acoger con predilección a los más desprotegidos
   Según el Evangelio, Jesús es: Hijo del hombre, Rey, Pastor, Juez
Sin embargo, no se avergüenza de llamar hermanos (Heb 2,11) a los:
hambrientos, sedientos, forasteros, desnudos, enfermos, encarcelados.
Hoy, para hacer un mundo más fraterno no basta decir: Señor, Señor;
debemos hacer la voluntad de Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús.
   Cierto día, Jesús ve a una gran multitud, siente compasión y dice:
No tienen necesidad de irse, denles ustedes de comer (Mt 14,13ss).
   Tratándose de los discípulos itinerantes que anuncian el Reino,
Jesús dice: El que dé un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños,
por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa (Mt 10,40-42).
   Cuando el rey Herodes busca al niño Jesús para matarlo,
José toma de noche al niño y a su madre, y huye a Egipto (Mt 2,14).
   Señal para reconocer a Jesús: Ustedes encontrarán un niño
envuelto en pañales y acostado en un establo (Lc 2,12). Ahora bien,
Si un hermano o una hermana están desnudos y alguno de ustedes
no les da lo necesario, ¿de qué sirve? Así es la fe sin obras (Stgo 2).
   Jesús nunca permanece indiferente ante el sufrimiento humano:
En ese momento, Jesús sana a muchos afligidos de enfermedades,
dolencias, malos espíritus, da la vista a muchos ciegos (Lc 7,21s).
   Sabiendo que llegaba su ‘hora’, Jesús dice a sus discípulos:
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos (Jn 15,13).
Y por dar vida a personas marginadas, es arrestado y crucificado.
Sus discípulos siguen el mismo camino. Pedro y Juan, por sanar
a un paralítico y anunciar a Jesús resucitado son encarcelados (Hch 4).

“El amor a los pobres está al centro del Evangelio”
   En el Encuentro por tierra, techo y trabajo, el Papa Francisco
se reunió con: cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes,
costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores,
mineros, obreros, cooperativistas, trabajadores de oficios populares,
excluidos de derechos laborales, los que no pueden sindicalizarse
o no tienen un ingreso adecuado y estable. A todos ellos les dijo:
Hoy, quiero unir mi voz a la de ustedes y acompañarles en su lucha.
   Su voz profética fue denuncia y anuncio de los siguientes desafíos:
Los pobres no solo padecen injustica, también luchan contra ella!
Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs,
planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan
en una dirección: anestesiar o domesticar. Esto es muy peligroso.
*Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos…
El acaparamiento de tierras, desforestación, apropiación del agua,
agrotóxicos… son males que arrancan al hombre de su tierra natal…
*El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable…
Sigan con la lucha: por la dignidad de la familia rural, por el agua,
por la vida. Que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra.
*¡Cuánto duele oír que a los asentamientos pobres se los margina
o, peor, se los quiere erradicar! Son crueles las imágenes
de los desalojos forzosos, de las máquinas derribando casitas.
*No existe peor pobreza material que aquella que no permite
ganarse el pan… y priva de la dignidad del trabajo.
*Descarte de niñosdescarte de ancianos que no producen…
descarte de jóvenes… para poder mantener y reequilibrar un sistema
en el cual en el centro está el dios dinero y no la persona humana.
*La creación es un don, es un regalo, un don maravilloso
que Dios nos ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos
en beneficio de todos, siempre con respeto y gratitud.
*Sé que entre ustedes hay personas de distintas religiones, oficios,
ideas, culturas, países, continentes. Hoy están practicando aquí
la cultura del encuentro, tan distinta al rechazo del extranjero… 
*Los cristianos tenemos algo muy lindo, una guía de acción,
un programa, podríamos decir, revolucionario. Les recomiendo
vivamente leer: las Bienaventuranzas (Mt 5,3ss; y Lc 6,20ss);
y el pasaje de Mateo: 25,31-46. (Roma, 28 de octubre 2014). 
J. Castillo A.

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