martes, 31 de enero de 2012

En memoria de Isidro Olmedo.


La tarde del Sábado 28 de Enero fallecía a los 86 años de edad en el Hospital de Mérida Isidro Olmedo Forero.  El funeral tuvo lugar en nuestra Parroquia el día siguiente. Fueron numerosas las personas que acudieron al templo a homenajear con su presencia a este buen hombre, a rezar por él y a acompañar a la familia en el dolor y la esperanza.

Isidro trabajó en, por y para esta parroquia de san Antonio de Padua desde sus inicios; primero ayudando al párroco en la gestión de todo lo necesario para la construcción del templo parroquial, luego tomando la dirección de Cáritas parroquial. Con él comenzaron a tomar cuerpo los talleres educativos, enmarcados en el Programa de Promoción de la Mujer de Cáritas Diocesana. Las personas que se acercaban a él recibieron de Isidro no sólo una bolsa de comida, sino sobre todo una acogida cálida y entrañable, pero sin memeces. Fue un hombre de acción que puso  su experiencia de años de trabajo en la administración pública al servicio del buen hacer de la caridad.

Isidro entendió bien  que la caridad asistencial es un mal menor que sólo se puede curar educando al hombre para que se valga por sí mismo y  trabajando por la justicia. Con Él Cáritas Parroquial creció y se hizo adulta. Formación de monitores, atención primaria, sesiones de autoestima, talleres (manualidades, costura, bordado,…), viajes culturales, jornadas de convivencia en el campo, etc.  han dado a nuestra  Cáritas el toque de madurez necesario para intentar afrontar la crisis económica que ahora padecemos y en la cual los más pobres son, como siempre, los más perjudicados. El impulso que Isidro dio a esos trabajos es impagable. Quisimos hacérselo saber en el homenaje que le rendimos con motivo de la visita pastoral de Marzo de 2009; pero nuestro agradecimiento es poca paga para lo que le debemos. Nos consuela la seguridad de que Dios tendrá en cuenta todo lo que lleva en sus manos.
Hace unos años, en parte por motivos de salud  (los años no perdonan) y también por su intención de dar continuidad a la tarea realizada hasta entonces, presentó su dimisión y un nuevo equipo se hizo cargo de las tareas. Tras su discreta retirada su presencia física se echó de menos entre los monitores y entre las personas que forman la gran familia de Cáritas, pero su estar ahí, tras las bambalinas, no ha cesado en ningún momento. Para el equipo ha sido siempre un punto de referencia.
No hace mucho fallecía su hija María, lo cual supuso para él un duro golpe. Agotado físicamente su vida quedó limitada a su hogar familiar. Tanto él como a su esposa Aquilina han sido  atendidos excelentemente por sus hijos y  han tenido la oportunidad de disfrutar alguna salida, entre otras cosas para compartir con nosotros la misa dominical. Cuando ello no fue posible, cada domingo han recibido  puntualmente la Eucaristía en su casa.
Desde esta página parroquial quisiéramos dar gracias a Dios por lo que nos ha regalado con Isidro. Con su buen hacer, su paciencia, su modo sencillo de ser cristiano, su sentido de Iglesia, no sólo se preocupó de colaborar en la construcción  del templo parroquial, también fue un hombre preocupado por el crecimiento de la comunidad y sensibilizado ante el reto de una Iglesia que sea verdaderamente iglesia de los pobres.  
Confiamos en Dios misericordioso. ¿No tendrá Él misericordia de quién la tuvo con los desposeídos? Como creyentes no podemos sino agradecer lo que hemos recibido de Isidro y proclamar con Cristo el gozo que nos da la fe en la  resurrección. ¡Descanse en paz!.

paduamerida@gmail.com. Enero 2012, 14476

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