miércoles, 6 de marzo de 2019

Las tentaciones

1º Domingo de Cuaresma, ciclo C
Deut 26,4-10  -  Rom 10,8-13  -  Lc 4,1-13

   Cuaresma es un tiempo favorable para convertirnos, es decir,
para cambiar: nuestro corazón y nuestra manera de pensar y de vivir,
sobre todo, cuando buscamos: tenerpoderfigurar
que son las tentaciones que el diablo (figura del mal) le pone a Jesús.
Tentar es poner a prueba a una persona, es decir, probar su fidelidad.

Di a esta piedra que se convierta en pan
   Jesús durante cuarenta días no come nada y, al final, tiene hambre.
Fue entonces cuando el diablo le pide convertir la piedra en pan,
pero Jesús le responde: No solo de pan vive el hombre (Deut 8,2s).
   Jesús sabe que el anhelo más profundo de todos, ricos y pobres,
no se satisface solo con el alimento material. Por eso, más tarde dirá:
Trabajen no por un alimento que se acaba,
sino por el alimento que permanece y que da vida eterna.
Este es el alimento que les dará el Hijo del Hombre (Jn 6,26s).
   En nuestros días, hay empresas poderosas y personas particulares,
que explotan a los pobres y destruyen la tierra para amontonar oro…
No les interesa oír el grito de los pobres ni el grito de la tierra.
Las consecuencias de esa industrialización salvaje y descontrolada
están a la vista: solo veintiséis personas poseen la misma riqueza,
que los tres mil ochocientos millones de personas que vienen a ser
la mitad más pobre de la humanidad (Cf. Informe 2019 de Oxfam).
   En vez de tenerseamos seguidores de Jesús con nuestras obras:
Yo ayudaba al pobre que pedía socorro y al huérfano indefenso.
Por mi ayuda el vagabundo me agradecía y las viudas se alegraban.
La justicia y la honradez eran parte de mi ser, eran mis vestidos.
Yo era: -ojos para el ciego, -pies para el lisiado,
-padre de los pobres, -defensor de los extranjeros (Job 29,12-16).
   Para ello, debemos tener hambre de la Palabra de Dios,
y hacer acciones concretas para que no haya hambre del pan,
sobre todo, para tantos niños desnutridos que sufren anemia.

Te daré el poder y la gloria, si te arrodillas ante mí
   Después, el diablo lo lleva a un lugar muy alto y, desde allí,
Jesús mira los reinos de la tierra, donde hay opresores y oprimidos.
Mientras Jesús busca introducir el Reino de Dios y su justicia,
el diablo le ofrece: poder y gloria, si se arrodilla delante de él.
Jesús reacciona diciendo: Al Señor, tu Dios, adorarás (Deut 6,10-15).
   Actualmente, hay hombres y mujeres que no necesitan más dinero,
sin embargo, la ambición los lleva a postrarse ante el oro y la plata.
Son como el pueblo hebreo, se olvidan que Dios los liberó de Egipto,
y prefieren adorar un becerro de oro hecho con sus manos (Ex 32).
   Ojalá, aquellos ambiciosos oigan esta denuncia de los pobres:
Cuando ustedes: -hayan envenenado el último río…
-hayan cortado el último árbol… -hayan matado el último animal…
el oro que amontonaron explotando al pobre y destruyendo la tierra,
no servirá ni para beber ni para comer,
pero entonces ya será demasiado tarde (Sabiduría Indoamericana).

Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo
   Luego -desde lo más alto del templo- el diablo le dice a Jesús:
Tírate de aquí abajo… Dios mandará que sus ángeles te cuiden;
es decir, usa a Dios para que tengas: fama, prestigio, popularidad
Jesús reacciona diciendo: No tentarás al Señor, tu Dios (Deut 6,16).
   ¿Es justo que ciertas autoridades y personas particulares,  
viajen de cumbre en cumbre con el dinero de todos nosotros,
mientras los pobres marginados sobreviven de abismo en abismo?
   Jesús que vino a servir (Lc 22,27; Jn 13,13ss), nos sigue diciendo:
*Cuando den limosna no lo publiquen a los cuatro vientos,
como hacen los hipócritas para que la gente hable bien de ellos
*Cuando oren no hagan como los hipócritas, que rezan de pie
en las sinagogas y en las plazas, para que la gente los vea
*Cuando ayunen no pongan cara triste como hacen los hipócritas,
para que la gente vea que están ayunando… (Mt 6, 2. 5. 16).
   El evangelio termina así: El diablo se marchó hasta otra ocasión,
que llega cuando Jesús crucificado sigue siendo tentado (Lc 23,35ss):
*Salvó a otros, ahora que se salve a sí mismo (la gente y los jefes).
*Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo (los soldados).
*Si eres el Mesías, sálvate y sálvanos (uno de los malhechores).
   Padre, no nos dejes caer en la tentación (Lc 11,1-4).
J. Castillo A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario puede ayudar a mejorar este blog