miércoles, 6 de septiembre de 2017

Perdonar... Acoger... Orar

23º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Ez 33,7-9  -  Rom 13,8-10  -  Mt 18,15-20

   En vez de embarcarnos en proyectos que no tienen metas claras,
y que nos llevan a un activismo pastoral deshumanizador;
sigamos el ejemplo de Jesús que camina ligero de equipaje
anuncia el Reino de Dios… y nos pide confiar en Dios (Mt 6,31ss).
   Para ello, hagamos realidad las pequeñas comunidades, donde:
se corrige al hermano… se acoge al pecador… se ora con Jesús…
  
Si tu hermano te ofende,  corrígelo
   Sobre la corrección fraterna, Jesús nos ofrece pasos concretos.
*Primero, dialogar en privado con el hermano que nos ha ofendido,
ofrecerle verdad y vida, para que cambie de conducta y se convierta.
Al respecto, el profeta Ezequiel anuncia esta Buena Noticia de Dios:
Si el malvado se convierte… si practica el derecho y la justicia…
si devuelve el manto que ha recibido como prenda…
si restituye lo que ha robado… si cumple con las leyes que dan vida…
si deja de hacer el mal… entonces vivirá y no morirá (Ez 33,14s).
*Si lo anterior no da resultado, invitar a dos o tres miembros,
para que en presencia de ellos (testigos), el hermano que ha pecado:
reflexione… reconozca sus errores… y vuelva al camino de la verdad.
*En tercera instancia se informa a la comunidad, cuyos miembros
deben ser: levadura en la masa… sal de la tierra… luz del mundo
*Solo, si no escucha a la comunidad, será un pagano o publicano.
Sin embargo, debemos tratarlo siguiendo el ejemplo de Jesús,
que en lugar de “excomulgar”va en busca de la oveja perdida,
y, cuando la ha encontrado, tiene más alegría por ella,
que por las noventa y nueve que no se extraviaron (Mt 18,12-14).
   San Agustín,  en su comentario a la 1ª carta de San Juan, dice:
Pidan a Dios la gracia de vivir siempre en amor fraterno,
amando no solo al que efectivamente es tu hermano,
sino también amando a tu enemigo, para que a fuerza del amor,
él se convierta de veras en hermano tuyo (Homilía 10,7).

Comunidad cristiana que acoge y perdona
   Al respecto, sigamos el ejemplo de Jesús, el Profeta misericordioso.
*¿Participamos en la Eucaristía, habiéndonos reconciliado antes?
Escuchemos a Jesús que nos dice: Si al llevar tu ofrenda al altar,
recuerdas que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda y ve primero a reconciliarte con tu hermano,
solo después volverás a presentar tu ofrenda (Mt 5,23).
*Al orar -como Jesús nos enseña- pongamos en práctica el perdón:
Padre nuestro… perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Luego Jesús nos dice: Si ustedes perdonan a los demás sus faltas,
también el Padre del cielo les perdonará a ustedes (Mt 6,9-15).
*Cuando Jesús perdona a personas pecadoras, solo les pide amor y fe:
Sus numerosos pecados son perdonados porque amó mucho
Mujer, tu fe te ha salvado (Lc 7,36ss; cf. Lc 19,1-10;  Jn 21,15-20).
   No pongamos límites al perdón-acogida practicado por Jesús…
ni hagamos del sacramento de la reconciliación una carga pesada.

Reunidos en la persona de Jesús
   Es bueno realizar ciertas concentraciones masivas, pero no basta.
Muy diferente son las pequeñas comunidades, pues, el mismo Jesús
está presente donde dos o tres se reúnen en su nombre, en su persona.
Estas pequeñas comunidades tienen su raíz en la primitiva Iglesia,
de ellas nos habla el libro de los Hechos (2,42-47;  4,32-35).
Oigamos también las enseñanzas y experiencias de nuestros obispos:
*En estas comunidades, aunque sean pequeñas y pobres o que vivan
en la dispersión, está presente Cristo (Concilio Vaticano II, LG, 26).
*El esfuerzo pastoral de la Iglesia debe orientarse a transformar
esas comunidades en “familia de Dios”, en foco de evangelización
y en factor primordial de promoción humana (Medellín, XV, n.10).
*En las Comunidades Eclesiales de Base hay: relación personal…
aceptación de la Palabra de Dios… revisión de vida…
reflexión sobre la realidad a la luz del Evangelio… (Puebla, n. 629).
*Las Comunidades Eclesiales de Base tienen la Palabra de Dios
como fuente de su espiritualidad… despliegan su compromiso
evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados…
son expresión visible de la opción preferencial por los pobres
es fuente de variados servicios en la sociedad (Aparecida, 179).
J. Castillo A.

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