5º Domingo de Pascua, ciclo A
Hch 6,1-7 - 1Pe
2,4-9 -
Jn 14,1-12
Cuando hay: desorientaciones… mentiras…
violencias…
¿qué
podemos hacer?, ¿seguir la corriente?, ¿quedarnos indiferentes?
Hay
aquí un gran desafío, debemos dar
testimonio de Jesús, pues:
-Él es el camino que nos conduce al Padre.
-Él es la verdad que nos hace libres.
-Él es la vida que nos colma de alegría.
(Plegaria Eucarística V,b).
Jesús
es el camino
Hoy en día, sobre
todo en la ciudad, hay hombres y mujeres que:
viven
desorientados… corren de un lugar a
otro sin saber para qué…
son
esclavos del consumismo… buscan sus propios intereses…
Si
añadimos: la drogadicción… el alcoholismo… la pornografía…
vamos
a encontrarnos con personas que están destruyendo su vida,
y
también destruyendo su hogar y el futuro de otras personas.
Los
cristianos y personas de buena voluntad debemos preguntarnos:
¿Por qué ocurre todo eso en un país con
tantos millones de católicos?
¿Qué educación estamos dando? ¿Qué está
haciendo la Iglesia?
(Preguntas de Benedicto XVI
a un grupo de obispos mexicanos, 2006).
Si
damos más importancia a las costumbres humanas y apariencias...
al
prestigio y a la complicidad con el poder económico… etc.
las
consecuencias están a la vista: un
pueblo creyente desorientado.
Cuánta
falta nos hace seguir a Jesús para
no caminar en tinieblas:
*El
camino que lleva a la perdición
es ancho y muchos van por ahí.
¡Y qué angosto y estrecho es el camino que lleva a la salvación!,
y son pocos los que lo encuentran (Mt 7,13s).
*Juan vino, enseñando el camino de la justicia, y no le creyeron;
mientras que los publicanos y las
prostitutas le creyeron (Mt 21,32).
*La luz está todavía entre ustedes, pero por
poco tiempo.
Caminen
mientras tengan luz, para que no
les sorprenda la noche;
porque quien camina en la oscuridad, no
sabe a dónde va.
Mientras tengan luz, crean en ella y serán hijos de la luz (Jn 12,35s).
Jesús
es la verdad
¿Hasta cuándo ciertos medios de comunicación seguirán mintiendo,
en
vez de informar objetivamente y formar la opinión de la gente?
¿Se
justifica jurar por la Biblia, ante
la imagen del Crucificado,
para
“decir la verdad, toda la verdad y nada
más que la verdad”;
sabiendo
que el juicio ya lo ganó el que sobornó
al juez y testigos?
¿Por
qué hay candidatos creyentes que dicen una cosa en su campaña
y,
al llegar a ocupar el cargo, mienten y
hacen todo lo contrario?
Nuestra
homilía, ¿crea opinión pública inspirada en el Evangelio?
Oigamos
la voz de Jesús y, como Él, seamos testigos de la verdad:
*Si permanecen fieles a mi palabra, serán
realmente discípulos míos,
Entonces conocerán la verdad y la verdad les hará libres (Jn 8,32).
*Padre, santifícalos con la verdad, pues tu palabra es la
verdad.
Así como tú me enviaste al mundo,
también yo los envío al mundo.
Por ellos me santifico, para que sean
santificados con la verdad.
Ruego por los que, mediante su palabra,
van a creer en mí
(Jn 17,17s).
*Yo soy rey y vine al mundo, para dar testimonio de la verdad.
Quien está de parte de la verdad escucha mi voz (Jn 18,37).
Jesús
es la vida
¿Qué hacemos cuando se destruye: la vida de nuestra madre tierra,
la vida de los pobres
indefensos, la vida de las futuras
generaciones?
Hace
falta conversión ecológica, pues el crimen contra la naturaleza
es un crimen contra nosotros mismos y un
pecado contra Dios
(LS, 8).
Además,
los creyentes debemos tomar conciencia que: cada
criatura
refleja algo de Dios y tiene un mensaje
que enseñarnos
(LS, n.221).
La Eucaristía -nos recuerda
el Papa- es fuente de luz y de motivación
para preocuparnos por el ambiente y
cuidar todo lo creado
(LS, 236).
Por
todo esto, que el pan y el vino que ofrecemos en la Eucaristía,
sean
fruto no de la tierra contaminada, sino de la
tierra que da vida;
y
sean también fruto de un trabajo digno
de los hombres y mujeres.
Jesús,
el Campesino de Nazaret, tiene
autoridad moral para decir:
*Yo soy el
pan vivo… el que coma de este pan vivirá (Jn 6,51).
*Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante (Jn
10,10).
*Éste es mi mandamiento: ámense unos a otros
como yo les amo.
El amor más grande es dar la vida por sus amigos (Jn
15,12s).
*Padre, esta es la vida eterna: conocerte a ti, el único Dios verdadero,
y conocer a Jesucristo, a quien tú
enviaste
(Jn 17,3).
J. Castillo A.
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