miércoles, 13 de enero de 2016

Desde Caná de Galilea

2º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo C
Is 62,1-5  -  1Cor 12,4-11  -  Jn 2,1-11

   En una boda de Caná, Jesús manifiesta la verdadera gloria de Dios,
que consiste en que sus hijos e hijas tengan vida en abundancia
Esta vida se muestra simbólicamente en la abundancia de vino bueno.
   En esa boda, se hace ver también que la religión judía es negativa,
pues se asemeja a las seis tinajas de piedra… que están vacías

 No tienen vino… Hagan lo que Él les diga
   En aquella época, los sacerdotes, escribas y maestros de la ley,
dejando de lado la voluntad de Dios, habían impuesto a la gente
normas y prácticas religiosas basadas en el miedo y en el castigo.
Obligando, por ejemplo, a realizar tantos ritos de purificación,
habían propagado la falsa imagen de  un “dios” severo y castigador.
   En este contexto, María la humilde servidora del Señor se dirige,
no al responsable de la fiesta ni al novio… sino a Jesús para decirle:
No tienen vino, es decir, no aman a Dios que es amigo de la vida.
Y, al mismo tiempo, dice a los servidores: Hagan lo que Él les diga.
   Actuando así, la madre de Jesús sigue alabando a Dios porque:
Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación…
Enaltece a los humildes… Colma de bienes a los hambrientos
   Hoy, vemos con tristeza a personas sin tierra, techo y trabajo
a niños, jóvenes y adultos que viven en la pobreza y miseria.
Vemos también hogares y agrupaciones humanas donde faltan:
amor y vida, gracia y santidad, verdad y libertad, justicia y paz.
Ante esta realidad, María, la madre de Jesús y madre nuestra,
nos sigue diciendo: No tienen vinoHagan lo que Él les diga
Hace falta escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
   Siendo María modelo de servicio, nuestros obispos dicen:
-En Caná está atenta a las necesidades de la fiesta, y su intercesión
provoca la fe de los discípulos que creyeron en Él (Jn 2,11).
-Todo su servicio a los hombres es abrirles el Evangelio e invitarles
a su obediencia: Hagan lo que Él les diga (Jn 2,5).  (DP, n.300).

Jesús manifiesta su gloria y sus discípulos creen en Él
   Jesús se dirige a los servidores y les dice: Llenen de agua las tinajas,
luego añade: saquen ahora y llévenlo al responsable de la fiesta.
*Llenar. Recordemos que las seis tinajas de piedra están vacías
Con Jesús llega la hora de introducir algo nuevo: dejarnos llenar
del Espíritu de Dios cuyos frutos son: amor, alegría, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio propio (Gal 5,22s).
*Sacar, se relaciona con la conversión, el cambio de vida; y nos lleva
a meditar en las siguientes palabras de Jesús: Todo maestro de la ley
que se ha hecho discípulo del Reino de Dios, se parece al dueño de
una casa que saca de su tesoro cosas nuevas y antiguas (Mt 13,52).
*Llevar. Hoy vivimos tiempos nuevos, y necesitamos poner el vino
nuevo en vasijas nuevas (Mc 9,22). Hacen falta nuevos mensajeros
que lleven por ciudades y pueblos la Buena Noticia que es la persona
de Jesús: Conocer a Jesús es el mejor regalo que podemos recibir,
haberlo encontrado es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y
darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo (DA 32).
   El Evangelio termina presentando el programa de Jesús: Al hacer
su primera señal, manifiesta su gloria y sus discípulos creen en Él.
   La gloria de Jesús no son títulos honoríficos ni adornos superfluos.
Su gloria es dar vida, como se ve en los seis siguientes signos:
*Jesús va de nuevo a Caná de Galilea, donde un funcionario le dice:
Señor, ven pronto antes de que mi hijo muera.
Jesús le contesta: Puedes volver, tu hijo está vivo (Jn 4,46ss).
*Después, Jesús va a Jerusalén, y en la piscina de Betsaida
le dice al paralítico: Levántate, toma tu camilla y camina (Jn 5,1ss).
*En Galilea, Jesús da de comer a más de cinco mil personas…Al final
del discurso eucarístico muchos le abandonan, entonces Pedro le dice:
Señor, ¿a quién acudiremos? Tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6).
*Es de noche y las aguas del lago están agitadas. Sin embargo,
Jesús camina sobre las aguas y dice a sus discípulos: No teman (Jn 6,16ss).
*En Jerusalén, después de sanar a un joven ciego de nacimiento,
Jesús dice a los fariseos: He venido a este mundo para un juicio,
para que los ciegos vean...  y los que ven, queden ciegos (Jn 9).
*En Betania, Jesús dice a Marta: Yo soy la resurrección y la vida,
el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. Luego resucita a Lázaro, 
y muchos judíos al ver lo que hace Jesús, creen en Él (Jn 11).
J. Castillo A.

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