Domingo XXXIII, Tiempo Ordinario, ciclo
B
Dn 12,1-3 - Heb
10,11-18 - Mc 13,24-32
Cuando Jesús habla sobre la destrucción
del templo de Jerusalén,
Pedro,
Santiago, Juan y Andrés (sus primeros discípulos, Mc 1),
le
preguntan aparte: Dinos, ¿cuándo sucederá todo esto? (Mc 13).
Al
responder, Jesús les hace ver que en este mundo hay:
guerras,
terremotos, autoridades corruptas, persecuciones, muertes…
Sabiendo
que para cada noche oscura hay siempre un claro amanecer,
un
mundo nuevo es posible desde la Buena Noticia que Jesús anuncia.
Ustedes
serán perseguidos por mi causa
Jesús es perseguido por las autoridades
políticas y religiosas
hasta
morir crucificado, porque anuncia el Reino de Dios.
Sus
seguidores tienen que recorrer el mismo camino, porque:
El discípulo no está por encima del
maestro… Si al dueño de casa
le llaman Demonio, ¡qué no dirán de su
familia!
(Mt 10,24s).
Ahora
bien, según el cap. 13 de Marcos,
los discípulos de Jesús,
por
proclamar sus enseñanzas y sus obras, son perseguidos.
*Los emperadores romanos que se consideran personajes divinos,
persiguen
e interrogan a los cristianos; quienes se mantienen firmes,
porque
Jesús había dicho: No se preocupen por lo
que van a decir…
porque no serán ustedes los que hablen,
sino el Espíritu Santo.
*Con relación a las autoridades judías, los cristianos al ser azotados
en
las sinagogas por causa de Jesús, es ocasión para dar testimonio.
*Entre los problemas que hay al interior de la misma comunidad,
están
los falsos mesías y los falsos profetas,
que hacen milagros
hasta el punto de engañar -si fuera
posible- a los elegidos.
*El odio por la causa de Jesús llega incluso a los hogares:
Un hermano entrega a la muerte a su
hermano, el padre al hijo,
los hijos se levantan contra sus padres
y les dan muerte.
En
medio de estas tribulaciones los cristianos no dan marcha atrás,
porque
la presencia del Hijo del Hombre les acompaña: En el mundo
van a sufrir, pero tengan valor, yo he
vencido al mundo
(Jn 16,33).
El
sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo
Dios Padre creó
el cielo y la tierra… Y vio que era bueno (Gen 1).
Sin
embargo, en la tierra crecía: maldad, corrupción, crímenes, porque
los seres humanos se habían corrompido
en su proceder
(Gen 6).
Si hoy: el sol se oscurece, la luna
pierde su brillo, la tierra nuestra
casa
común sigue siendo destruida, las lagunas y ríos contaminados…
no
es por culpa de Dios Padre, sino de nosotros: hombres y mujeres.
Por
eso, ¿hasta cuándo seguiremos explotando de manera irracional
los
bienes de la tierra, poniendo en serio peligro la vida de todos
y
la vida de las próximas generaciones? ¿Es justo que la tierra, nuestra
casa
se convierta en un inmenso depósito de
porquería? (LS, 21).
Antes
que sea demasiado tarde, ojalá los cristianos y las personas
de
buena voluntad hagamos algo efectivo: Llevar un estilo de vida
sencillo…
Rechazar el consumismo esclavizador e ilimitado de cosas
superfluas
y descartables… Utilizar de nuevo lo que hemos usado,
reparar
lo que se ha malogrado, reciclar… Cambiar la economía
neoliberal,
agresiva, competitiva…Solo así, diremos con S. Francisco:
Alabado seas, mi Señor, por el hermano
sol… por la hermana luna…
por la hermana agua… por la hermana
nuestra madre tierra…
Verán
al Hijo del Hombre
Hijo del Hombre significa que Jesús es
verdadero ser humano.
Este
título es utilizado por Jesús en muchas ocasiones y solo por Él.
*Estando
en Cafarnaún (Mc 2), le traen a un paralítico. Viendo Jesús
la
fe de ellos, dice al paralítico: Hijo,
tus pecados quedan perdonados.
Y
como los maestros de la ley se ponen a murmurar, Jesús les dice:
El
Hijo del Hombre tiene poder en
la tierra para perdonar pecados...
*A
los fariseos, observantes del descanso del sábado, Jesús les dice:
El sábado se hizo para el hombre y no el
hombre para el sábado.
Por esto, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado (Mc 2).
*Al
anunciar por tercera vez su pasión, muerte y resurrección,
Jesús
dice a sus discípulos: El Hijo del Hombre será entregado
a los sumos sacerdotes y a los maestros
de la ley. Se burlarán de Él
y le darán muerte, pero tres días
después resucitará
(Mc 10).
Desde
el momento que Dios viene a nosotros en la persona de Jesús,
Hijo
de Dios e Hijo del Hombre, Jesús -presente en sus hermanos
pobres
(Mt 25)- es el camino que nos conduce a Dios.
J. Castillo A.
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