miércoles, 12 de febrero de 2020

Dar cumplimiento a la Ley de Dios

6º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo A
Eclo 15,16-21  -  1Cor 2,6-10  -  Mt 5,17-37

*No vine a suprimir la ley y los profetas, sino a dar cumplimiento.
No matesNo cometas adulterioNo hagas juramentos falsos
*Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad,
pero que esta libertad no dé rienda suelta a sus bajos instintos,
más bien, háganse servidores unos de otros por medio del amor.
Porque toda la ley se cumple con un solo mandamiento:
amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gál 5,13s;  cf. Jn 13,34).

No mates
   El quinto mandamiento prohíbe matar, pero no se trata únicamente
de la muerte física ocasionada por la violencia y la guerra fratricida.
   Hace falta arrancar de nuestros corazones los asesinatos morales:
desprecio, odio, insulto, venganza… pues en todo esto, falta el amor.
   Y, necesitamos reconciliarnos: Mientras llevas tu ofrenda al altar,
te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti: deja tu ofrenda…
y ve primero a reconciliarte… luego, regresa y presenta tu ofrenda.
¿Tiene sentido “oír Misa entera”, cuando hay pobres explotados
que -sin decirlo expresamente- tienen alguna queja contra nosotros
¿Es justo que hayan personas que se hacen cada vez más ricas,
explotando a otros? ¿Serán capaces de reconciliarse con los pobres?
   En abril de 1514, le piden al sacerdote Bartolomé de Las Casas,
-terrateniente en Cuba y en Santo Domingo- celebrar la Eucaristía.
Él se prepara meditando el siguiente texto del libro del Eclesiástico:
Ofrecer algo adquirido injustamente es una ofrenda impura.
Robar lo que pertenece a los pobres y ofrecérselo a Dios
es como matar un hijo delante de su padre… (Eclo 34,18ss).
   Al tomar conciencia que siendo terrateniente explota a los indios,
Bartolomé de Las Casas decide no celebrar la Eucaristía,
pues, a Dios no le agrada la ofrenda impura, producto de sus robos.
Solamente después de liberar a los indios, celebra la Eucaristía,
ofreciendo el pan de viday el vino, bebida de salvación

No cometas adulterio
   ¿Cuáles son las raíces profundas de un fracaso matrimonial?
¿Por qué tantos esposos llevan una vida matrimonial vacía?
¿Hasta cuándo soportarán las apariencias de un amor inexistente?
¿A qué se debe que él o ella miran a otra persona con malos deseos,
buscan otra relación amorosa, llegando a cometer adulterio?
   En nuestros días, muchas personas acceden al matrimonio religioso 
por motivos superficiales y pasajeros: dinero, poder, belleza, fama;
costosos y superfluos adornos, fiesta hasta las últimas consecuencias.
   Para remediar estas deficiencias, no basta dar algunas charlas.
Hace falta una educación integral, para que la vida matrimonial
se fundamente en el amor por lo que “son” y no por lo que “tienen”.
Al respecto, tengamos presente lo que dijo Juan Pablo II, en Puebla:
Hagan todos los esfuerzos para que haya una pastoral familiar.
Atiendan a este campo tan prioritario con la certeza de que
la evangelización en el futuro depende … de la “Iglesia doméstica”.

No hagas juramentos falsos
   Vivimos en una sociedad “cristiana” donde abundan: promesas
y juramentos falsos, usando para ello la Biblia y el Crucifijo.
Todo eso es una hipocresía que solo sirve para: robar… coimear…
mentir… explotar a las personas pobres… destruir la madre tierra…
Qué diferente la sabiduría de nuestros antepasados, los Incas,
ellos decían: No seas ladrónNo seas flojoNo seas mentiroso
   Otro mundo es posible, poniendo en práctica la Palabra de Dios: 
*No oprimas ni maltrates a los emigrantes… No explotes a las viudas
ni a los huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí,
yo les oiré y se encenderá mi cólera contra ustedes... (Ex 22,20ss).
*¡Ay de las autoridades que se apacientan a sí mismas!
No fortalecen a las personas débiles, ni sanan a las enfermas.
No acogen a las descarriadas, ni buscan a las perdidas (Ez 34,2ss).
*¡Ay de los que corrompen la justicia, pisotean el derecho,
odian al que juzga rectamente, y detestan al testigo honrado!...
Yo conozco tus crímenes y tus pecados: oprimes al inocente…
aceptas sobornos, atropellas al pobre en el tribunal (Amós 5,7ss).
*Jesús nos dice: No juren por el cielo… ni por la tierra…
Digan sí, cuando es sí, y no cuando es no,
cualquier otra cosa que se añade, viene del demonio
J. Castillo A.

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