miércoles, 20 de noviembre de 2019

Los Cristos crucificados, hoy

Jesucristo Rey del Universo, ciclo C
2Sam 5,1-3  -  Col 1,12-20  -  Lc 23,35-43

   Cuando decimos: Padre nuestro, venga a nosotros tu Reino,
debemos poner: vida donde hay muerte… amor donde hay odio…
verdad donde hay corrupción… libertad donde hay esclavitud…
justicia donde hay opresión… paz donde hay violencia…
   Sin embargo, hay creyentes que se oponen a estos valores del Reino,
pues solo buscan riquezas explotando y crucificando a los pobres.

Mientras las autoridades se burlan, el pueblo mira a Jesús
   Mientras el diablo le muestra a Jesús los reinos del mundo,
le dice: Todo esto será tuyo, si te postras y me adoras.
Jesús le contesta: Adorarás al Señor tu Dios y a Él solo servirás.
Luego, el diablo se aleja de Jesús hasta otra ocasión (Lc 4,7;  13).
   Durante su vida y ahora en la cruz, Jesús sigue siendo tentado.
*Las autoridades se burlan de Jesús y dicen: Ha salvado a otros,
si es el Mesías de Dios, el Elegido, que se salve a sí mismo.
Aceptar que Jesús es el Elegido de Dios dependerá de un milagro,
que elimine su dolor y cambie su destino en estos últimos instantes.
Las autoridades denunciadas por Jesús celebran una aparente victoria.
¿Será la muerte el final o, más bien, el comienzo de una vida plena?
*También los soldados se burlan de Jesús, ofreciéndole vinagre
para prolongar su agonía. Y como hay un letrero que dice:
Éste es el Rey de los judíos, le piden: Si eres Rey, sálvate a ti mismo.
No entienden que Jesús es Rey pero no como los reyes de este mundo.
*Uno de los malhechores le insulta diciendo: ¿No eres tú el Cristo?
Sálvate a ti mismo y a nosotros. Quizás este malhechor ha luchado
contra los romanos por caminos violentos, y ha sido sentenciado.
*Sin embargo, no todo es negativo. Muchas personas de Galilea que:
-han escuchado las enseñanzas de Jesús y han visto sus obras,  
-le han acompañado, caminando con Él hasta Jerusalén,
-le han seguido al calvario, entre lamentos y llantos…
ahora, miran al Rey de los judíos que desde la cruz sigue salvando.

Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino
   Frente a los insultos y a las tentaciones, Jesús guarda silencio.
Entre tanto, surge la voz del otro malhechor crucificado:
Confiesa su culpa… Reconoce la inocencia del Profeta de Nazaret…
Luego exclama: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
El último diálogo de Jesús antes de morir lo hace con un malhechor.
   Acuérdate de mí -hoy en día- es el grito de una multitud de pobres:
explotados, dominados, excluidos, despreciados, humillados…
En otras palabras, estos pobres son los Cristos crucificados,
como dijo -en 1559- Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios:
Dejo en las Indias a Jesucristo, nuestro Dios, azotado… afligido…
abofeteado… crucificado… no una, sino millares de veces.
-¿Los neo-colonizadores que matan a los pobres oirán esta denuncia?
-¿Hasta cuándo estos neo-colonizadores seguirán enriqueciéndose,
dejando a su paso la muerte: de seres humanos, y de la madre tierra?
-¿Qué nos impide que los pobres ocupen en nuestro corazón el lugar
que tienen en el corazón de Dios? (Francisco, homilía: 17 nov 2019).
Al respecto, tengamos presente el siguiente testimonio de san Pablo:
Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres,
cosa que siempre hemos tratado de cumplir (Gal 2,10).
   Hasta el último instante de su vida, el Buen Pastor sigue salvando,
y dice al malhechor: Te aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.
Este “hoy salvífico” atraviesa el texto de san Lucas:
*El ángel del Señor anuncia a los pastores esta Buena Noticia:
Hoy, en Belén, ha nacido para ustedes el Salvador (Lc 2,10s).
No olvidemos que en aquella época los pastores eran despreciados.
*En la sinagoga de Nazaret, Jesús lee el siguiente texto de Isaías:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para
anunciar la Buena Noticia a los pobres y liberar a los oprimidos.
A continuación dice: Hoy, se cumplen estas profecías (Lc 4,16-21).
*Después de sanar a un paralítico, la gente alaba a Dios y exclama:
Hoy, hemos visto cosas increíbles (Lc 5,26).
*Cuando le dicen que Herodes intenta matarle, Jesús contesta:
Díganle a ese zorro: Hoy y mañana sigo sanando (Lc 13,31-33).
Y nosotros, ¿somos capaces de denunciar a las autoridades creyentes,
que descuidan la justicia… la misericordia… la fe…? (Mt 23,23s).
*Después que Zaqueo da sus riquezas a los pobres, Jesús le anuncia:
Hoy, ha llegado la salvación a esta casa (Lc 19,8s).
J. Castillo A.

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