miércoles, 14 de agosto de 2019

Fuego y división en la tierra

20º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo C
Jr 38,4-10  -  Heb 12,1-4  -  Lc 12,49-53

   Es injusto que las empresas multinacionales del “primer mundo”,
hacen en “continentes pobres” lo que no se les permite en sus países,
a saber, destruir nuestra casa común… y explotar a los pobres
   Ante éstas y otras injusticias, Jesús nos sigue diciendo:
Vine a prender fuego en el mundo… Vine a traer división en la tierra.

Vine a prender fuego en el mundo
   Jesús es signo de contradicción (Lc 2,34). Su mensaje viene a ser:
buena noticia para los pobres y mala noticia para los ricos (Lc 6,20ss).
¿Qué hacer cuando el actual modelo económico favorece a los ricos,
a costa de la vida de los pobres y destrucción de la tierra? (DA, 473).
   Para responder, tengamos presente las denuncias del Papa Francisco:
Las empresas multinacionales, al cesar sus actividades y retirarse,
dejan graves problemas: desocupación, pueblos sin vida,
agotamiento de algunas reservas naturales, deforestación,
empobrecimiento de la agricultura y ganadería local,
cráteres, cerros triturados, ríos contaminados,
y algunas obras sociales que ya no se pueden sostener (LS, n.51).
   Más adelante (en el nº 52), el Obispo de Roma añade:
La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada.
Sin embargo, el acceso a la propiedad de los bienes y recursos
para satisfacer sus necesidades vitales les está prohibido,
por un sistema perverso de relaciones comerciales y de propiedad.
Este sistema perverso busca eliminar no la pobreza sino a los pobres.
   Por éstas y muchas otras injusticias, dejémonos encender
por el fuego que lleva Jesús en su corazón, diciendo confiadamente:
Ven, Espíritu Santo… Llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lava lo que está manchado. Riega lo que es árido.
Sana lo que está enfermo. Doblega lo que es rígido.
Calienta lo que es frío. Dirige lo que está extraviado.

Vine a traer división a la tierra
   Jesús sigue su camino a Jerusalén donde morirá crucificado.
Ante esta triste realidad que le espera, Jesús dice a sus discípulos:
¡Qué angustia siento hasta que esto se haya cumplido!
Luego añade: ¿Piensan que vine a traer paz a la tierra?
No he venido a traer la paz sino la división.
   La paz que Jesús nos ofrece va a crear división en la tierra,
porque su paz es diferente de la “paz” que imponen los corruptos:
*Todos ellos, grandes y pequeños, solo buscan riquezas mal habidas.
Profetas y sacerdotes se dedican a engañar.
Curan las heridas de mi pueblo diciendo: paz, paz,  y no hay paz.
Debería darles vergüenza de hacer esas cosas que no las soporto.
Pero ni siquiera tienen vergüenza, ni saben sonrojarse (Jr 6,13ss).
   Sobre la paz que Jesús nos da, nuestros obispos dijeron en Medellín:
*La paz es, ante todo, obra de la justicia.
Supone y exige la instauración de un orden justo
en el que las personas puedan realizarse como personas,
en donde su dignidad sea respetada,
sus legítimas aspiraciones satisfechas (…).
El paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas,
es el nombre nuevo de la paz.
*La paz, en segundo lugar, es un quehacer permanente.
El cristiano es artesano de la paz.
Esta tarea, dada la situación descrita anteriormente,
reviste un carácter especial en nuestro continente;
para ello, el Pueblo de Dios en América Latina,
siguiendo el ejemplo de Cristo deberá hacer frente
con audacia y valentía al egoísmo e injusticia personal y colectiva.
*La paz, finalmente, es fruto del amor.
La solidaridad humana se realiza verdaderamente en Cristo         
quien da la paz que el mundo no puede dar. El amor es el alma
de la justicia. El cristiano que trabaja por la justicia social
debe cultivar siempre la paz y el amor en su corazón.
La paz con Dios es el fundamento de la paz interior y de la paz social.
Por lo mismo, allí donde dicha paz social no existe,
allí donde hay injustas desigualdades sociales, políticas, económicas
y culturales, hay un rechazo del don de la paz del Señor,
más aún, un rechazo del Señor mismo (2 La Paz, n.14).
J. Castillo A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario puede ayudar a mejorar este blog