33º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo B
Dn 12,1-3 - Heb
10,11-18 - Mc 13,24-32
Desde el Evangelio hagamos realidad un mundo nuevo, donde:
nadie puede sentirse excluido del amor
del Padre, especialmente,
en un mundo que (…) pone la riqueza como primer objetivo
y hace que las personas se encierren en
sí mismas.
(Papa
Francisco: Mensaje, II Jornada Mundial de
los Pobres).
En
medio de tanta corrupción, destrucción,
oscuridad…
el
texto de Marcos nos ofrece -hoy- un camino de luz y esperanza:
la venida de Jesús, verdadero ser humano. Gracias a Él,
se
verá dónde está la verdad, pues sus palabras no pasarán.
El
sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo
Dios Padre creó
el cielo y la tierra…
Y vio que era bueno (Gen 1).
Sin
embargo, en la tierra crecía maldad, violencia, injusticia, porque
los seres humanos se habían corrompido
en su proceder
(Gen 6,12).
Si
el sol se oscurecerá, si la luna no iluminará, si las estrellas caerán,
si
la tierra -nuestra casa común- será
destruida…
no
será por culpa de Dios Padre que es amigo de la Vida,
sino
de todos nosotros, los hombres y las mujeres que la habitamos.
¿Hasta
cuándo seguiremos explotando los
bienes de la tierra,
de
manera irracional, poniendo en serio peligro la vida de todos?
¿Qué
nos impide oír el grito de los pobres
y el grito de la tierra?
La “Jornada Mundial de los Pobres” -dice el Papa- pretende ser
una pequeña respuesta que la Iglesia
entera, extendida por el mundo,
dirige a los pobres de todo tipo y de
cualquier lugar
para que no piensen que su grito se ha
perdido en el vacío.
Antes
que sea demasiado tarde, hagamos algo efectivo:
dejemos
de lado el consumismo esclavizador del capitalismo salvaje,
para
vivir ligeros de equipaje, pues todos
somos “simples pasajeros”.
Solo entonces, diremos con san
Francisco, el pobre de Asís:
Alabado seas, mi Señor, por el hermano sol… por la hermana luna…
por la hermana agua… por la hermana nuestra madre
tierra…
Verán
al Hijo del Hombre
Hijo del Hombre significa que Jesús es verdadero
ser humano.
Este
título es utilizado por Jesús para
defender a las víctimas inocentes.
*En Cafarnaún le llevan un paralítico.
Jesús al ver la fe de ellos,
dice
al paralítico: Hijo, tus pecados quedan
perdonados.
Y
como los maestros de la ley se ponen a murmurar, Jesús les dice:
El
Hijo del Hombre tiene poder
para perdonar pecados
(Mc 2,1ss).
*A los fariseos, observantes del
descanso del sábado, Jesús les dice:
El sábado se hizo para el hombre y no el
hombre para el sábado.
El
Hijo del Hombre tiene autoridad
sobre el sábado
(Mc 2,27s).
*Para anunciarles por tercera vez su
pasión, muerte y resurrección,
Jesús
llama a parte a sus discípulos y les dice: El Hijo del Hombre
será entregado a los jefes de los
sacerdotes y a los maestros de la ley.
Le matarán, pero tres días después
resucitará
(Mc 10,33s).
Desde
el momento que Dios viene a nosotros en la persona de Jesús,
Hijo
de Dios e Hijo del Hombre… el camino que nos conduce a Dios,
es
el mismo Jesús presente en sus hermanos
pobres (Mt 25,37ss).
El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
Los que participamos en la celebración de
la Cena del Señor:
¿Tenemos
en nuestras manos la Buena Noticia de Jesús (Evangelio)?
¿Es
difícil leer el Evangelio? ¿Se necesita tener estudios especiales?
¿De
qué manera alimentamos nuestra fe y nuestra relación con Jesús?
¿Bastará
“escuchar” una homilía, aunque no entendamos gran cosa?
En
nuestros días, encontramos diversas formas de leer el Evangelio.
Hay
creyentes que los hacen para defenderse
o para atacar.
Otros
solo buscan algunas “frases” que les
permitan cierta seguridad.
Y
no faltan quienes lo saben todo,
éstos no aprenderán nada de Jesús.
Felizmente,
hay quienes buscan encontrarse con la
persona de Jesús.
La
homilía es un servicio… y quien
predica es un educador que:
-crea opinión pública inspirada en el
Evangelio,
-ayuda a pensar a la gente, educando su
conciencia cristiana,
-propone los valores del Reino como base
de un compromiso social,
-inspira proyectos sociales solidarios
(F. Merlos: Teología Pastoral).
Por
eso, las
palabras de Jesús que no pasarán, pueden transformar
nuestra
relación: con Él… con el prójimo… con la naturaleza…
Sus
enseñanzas son luz y fuerza para hacer una sociedad más humana,
donde
reine amor y vida, justicia y paz, verdad
y libertad.
J. Castillo A.
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