I Domingo de
Cuaresma, ciclo B
Gen 9,8-15 - 1Pe
3,18-22 - Mc 1,12-15
Cuaresma es tiempo de
oración… de obras buenas… de ayuno… y de conversión… para celebrar la muerte y la Resurrección de Jesús.
Tiempo privilegiado de conversión integral, mente y corazón, para defender: -la vida de todos
preferentemente de los que sufren… y -la vida de
la madre tierra, sabiendo que el Perú es el cuarto país más peligroso del mundo para los defensores
ambientalistas, después de Brasil, Honduras y Filipinas (cf. Global Witness, noviembre 2014).
De las aguas del Jordán… al desierto
El Espíritu que desciende sobre Jesús en su bautismo, lo empuja
al desierto, donde
es tentado por Satanás, durante cuarenta días.
En la Biblia el número cuarenta tiene un significado
simbólico:
-El diluvio dura cuarenta días, seguido de una nueva alianza (Gn 6-9).
-El pueblo de Dios camina
cuarenta años por el desierto (Ex 16,35).
-Moisés permanece
en la montaña cuarenta días (Ex 24,18;
34,28).
-Elías camina
cuarenta días para llegar a la montaña de Dios (1Re 19).
El desierto, incluso el ‘desierto’ de nuestros pueblos y
ciudades,
es un lugar de prueba, combate, purificación, conversión…
y también
de escucha y encuentro con Dios, consigo mismo, con los
demás…
Jesús vive entre animales salvajes… dando
a entender los peligros
y amenazas que encontrará al anunciar el Reino de Dios y
su justicia.
Sin embargo, los ángeles le sirven… se trata de
seguir el ejemplo
de Jesús, que vino
a servir y a dar su vida por nosotros (Mc 10,45).
Marcos no dice nada sobre el contenido de las tentaciones,
sin embargo, las tentaciones están presente en la vida de
Jesús:
-Pedro y sus compañeros buscan retener a Jesús en Cafarnaún (1,36s).
-Los fariseos tientan
a Jesús, pidiéndole una señal del cielo
(8,11-13).
-Jesús reprende a Pedro y le dice: Ponte detrás de mí, Satanás (8,32s).
-En Getsemaní, Jesús suplica: Padre, aparta de mí este cáliz (14,35s).
-Los sumos sacerdotes y los escribas se burlan de Jesús y
dicen:
Que baje ahora de la cruz para que lo veamos
y creamos (15,31s).
Del desierto… a Galilea
Desde Galilea Jesús nos dice: Conviértanse
y crean en el Evangelio.
En el aspecto personal, conversión significa cambiar
nuestro modo
de pensar y de vivir. En efecto, si descubro que voy por
un camino
que me lleva al abismo, la única solución es abandonar
ese camino
y emprender otra ruta. Para ello debemos pensar, vivir y
actuar
siguiendo las enseñanzas, las obras y el ejemplo de
Jesús.
Nuestras
comunidades cristianas necesitan convertirse de las
enfermedades y tentaciones que debilitan el amor a Dios y al prójimo:
-Sentirnos inmortales, inmunes a toda crítica,
indispensables, cayendo
en la enfermedad del poder. -Excesivo activismo,
descuidando otras
dimensiones humanas necesarias. -Tener corazón de piedra
que lleva
a la falta de sensibilidad humana ante los problemas de
los demás, que
impide llorar con los que lloran y reír con los que ríen.
-La excesiva
planificación y funcionalidad burocrática. -La mala
coordinación con
otros grupos. -La disminución progresiva de las
facultades espirituales
y que lleva a ser esclavos de los ídolos que nosotros
hemos fabricado.
-La rivalidad y vanagloria. -Llevar doble vida, fruto de
la mediocridad
a los jefes esperando su benevolencia. -Indiferencia
hacia los demás,
en vez de servir y compartir. -El tratar a los otros con
rigidez, dureza
y arrogancia. -Ansia de tener bienes materiales para
sentirnos seguros.
-El mantener un círculo cerrado de poder. -El
exhibicionismo y la
búsqueda de poder (Papa Francisco, a la Curia Romana, 22
dic. 2014).
Es urgente una conversión ecológica, como lo
dijo Benedicto XVI:
¿Cómo permanecer
indiferentes ante los problemas como: el cambio
climático, la
desertificación, el deterioro y pérdida de la producción
en amplias zonas
agrícolas, la contaminación de ríos y de las aguas
subterráneas, la
pérdida de la biodiversidad… la deforestación
de las áreas ecuatoriales
y tropicales? ¿Cómo descuidar el creciente
fenómeno de los
llamados “prófugos ambientales”, personas que
deben abandonar el
ambiente en que viven -y con frecuencia también
sus bienes- a causa
de su deterioro, para afrontar los peligros y las
incógnitas de un
desplazamiento forzado? Ha llegado el
momento en
que resulta indispensable un cambio efectivo de
mentalidad, que
lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida (Mensaje: Si quieres
promover la paz, protege la creación, 1 enero 2010).
J. Castillo A.
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