2º Domingo, Tiempo Ordinario, ciclo C
Is 62,1-5 - 1Cor
12,4-11 - Jn 2,1-11
En aquella boda, Jesús manifiesta la gloria de
Dios,
expresada
simbólicamente en el abundante y mejor vino.
Se
trata de que todos sus hijos e hijas tengan vida plena (Jn 10,10).
También
en esa boda se ve que el ritualismo de la religión judía,
se
asemeja a las seis tinajas de piedra que están vacías.
La
Madre de Jesús está allí
Los especialistas de la religión judía
habían impuesto a la gente,
normas
y prácticas religiosas basadas en el temor.
Un
ejemplo concreto son los ritos de purificación,
que
solo benefician a los funcionarios del templo de Jerusalén.
En
este contexto, María -mujer pobre, llena de fe y amor- se dirige,
no
al mayordomo de la fiesta, ni al novio, sino a su Hijo Jesús,
y
le dice: No tienen vino, es decir, no tienen vida, ni amor, ni alegría.
Al
mismo tiempo, pide a los servidores: Hacer lo que Él les diga.
Hoy,
vemos con preocupación el fracaso de muchos matrimonios,
y
el abandonado en que viven los hijos de padres separados.
Vemos
también que en muchos hogares y en la sociedad faltan:
amor y vida, gracia y santidad, verdad y
libertad, justicia y paz.
La
madre de Jesús sigue mirando atenta nuestras necesidades,
y
se preocupa cuando en nuestros hogares falta amor, vida, alegría.
Además,
María lleva a Jesús nuestras carencias, principalmente,
nuestra
falta: de amor a Dios… y de amor al
prójimo…
En
la Anunciación, María exclama: Hágase en mí según tu palabra,
ahora
nos sigue diciendo: Hagan todo lo
que mi Hijo les dice.
Actuando
así, la madre de Jesús sigue alabando a Dios porque:
Enaltece a los humildes… Colma de bienes a los hambrientos…
María,
mujer y madre que simboliza la Comunidad cristiana,
está
presente -al inicio y al final- de la vida pública de Jesús:
En
Caná, Jesús le dice: Mujer, todavía no ha llegado mi hora.
En
el Calvario, Jesús le dirá: Mujer, ahí tienes a tu hijo (Jn 19,26s).
Jesús
y sus discípulos están invitados
Jesús dice a los servidores: Llenen de agua las tinajas.
Luego
añade: Saquen ahora y llévenlo al mayordomo de la fiesta.
*Llenar. Recordemos que las seis tinajas de piedra están vacías…
Con
Jesús llega la hora de introducir en
la sociedad algo nuevo,
vivir
los frutos del Espíritu: amor, alegría,
paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, modestia,
dominio propio
(Gal 5,22s).
*Sacar. Se relaciona con la conversión,
con el cambio de vida.
Al
respecto meditemos en las siguientes palabras de Jesús (Mt 13,52):
Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del Reino de
Dios,
se parece al dueño que saca de su tesoro cosas nuevas y
antiguas.
*Llevar. Necesitamos poner vino nuevo en vasijas nuevas (Mc 9,22).
Para
ello, hacen falta mensajeros que salgan
y lleven por todas partes
la
Buena Noticia que es la misma persona de Jesús:
Conocer a Jesús es el mejor regalo que
podemos recibir,
haberlo encontrado es lo mejor que nos
ha ocurrido en la vida, y
darlo
a conocer con nuestra
palabra y obras es nuestro gozo (DA
32).
En
Caná de Galilea, Jesús comienza sus signos,
manifiesta
su gloria y sus discípulos creen en Él
Tengamos presente que la gloria de Jesús consiste en dar
vida,
como
se ve en los siguientes signos que
realiza en varios lugares.
*Jesús va de nuevo a Caná de Galilea,
donde un funcionario le dice:
Señor, ven pronto antes de que mi hijo
muera.
Jesús
le contesta: Puedes volver, tu hijo está vivo (Jn 4,46ss).
*Después, Jesús va a Jerusalén y -en la
piscina de Betsaida-
le
dice al paralítico: Levántate, toma tu camilla y camina (Jn 5,1ss).
*Es de noche y Jesús camina
sobre las aguas agitadas del lago.
Al
notar el miedo de sus
discípulos,
dice: Soy yo, no teman (Jn 6,16ss).
*En Galilea, Jesús comparte el pan con más
de cinco mil personas…
Y
cuando muchos de sus discípulos le abandonan, Pedro dice: Señor,
¿a quién acudiremos? Tú tienes palabras
de vida eterna (Jn 6,68).
*En Jerusalén, después de sanar
a un joven ciego de nacimiento,
Jesús
dice a los fariseos: He venido a este
mundo para un juicio,
para
que los ciegos vean... y los que ven, queden ciegos (Jn 9,39).
*En Betania, Jesús dice a Marta: Yo
soy la resurrección y la vida,
el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; luego resucita
a Lázaro.
Muchos
judíos al ver lo que hace Jesús, creen en Él (Jn 11).J. Castillo A.
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