La Sagrada Familia, ciclo A: 29 de
diciembre del 2019
Eclo 3,2-14 - Col
3,12-21 - Mt 2,13-23
Cuando nace Moisés (Ex 2-3), varias personas le salvan de morir…
Ya adulto, huye de Egipto
porque el Faraón le busca para matarlo…
Luego,
Dios le envía para liberar a su
pueblo de la esclavitud…
Siglos
después, José, María y Jesús huyen a
Egipto pues Herodes
busca
al Niño para matarlo… Al volver, se instalan en Nazaret…
Y,
desde Galilea, Jesús anuncia una nueva y definitiva liberación…
Buscan
al niño para matarlo
José y María se ven obligados a vivir
como emigrantes, porque
el
rey Herodes busca al niño Jesús para matarlo. Pero, ¿por
qué?...
Herodes
logra mantenerse en su puesto asesinando a sus enemigos,
incluso
a varios miembros de su propia familia (esposa e hijos).
Al
oír que había nacido en Belén, un niño que sería el Salvador,
y
temiendo perder el trono, Herodes mandó matar -en Belén
y sus alrededores- a todos los niños
menores de dos años
(Mt 2,16s).
Recordemos.
Herodes “es extranjero”, hijo de familia rica de Idumea.
Siendo
un personaje adulador y servil, se ganó el favor de Roma,
para
“reinar” en Palestina; pero quien “gobierna” es el emperador.
Hoy
en día, muchos Herodes -por codicia
insaciable y por miedo-
destruyen la tierra,
nuestra casa común…asesinan a la
gente pobre…
explotan y dejan sin futuro a muchos niños,
niñas y jóvenes…
Cuando
Jesús anuncia -en Galilea- que el Reino de Dios está cerca,
los
que tienen poder político y religioso no
cesan de perseguirle:
*Es
sábado y Jesús sana a un hombre que tiene la mano paralizada,
de
inmediato los fariseos se reúnen para acabar con Él (Mt 12,14).
*Más
tarde, Caifás, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías,
se
ponen de acuerdo para detener a Jesús y darle muerte (Mt 26,3-5).
*Uno
de los Doce le traiciona por treinta monedas de plata (26,14-16).
Desde
su propia experiencia, Jesús de Nazaret nos sigue diciendo:
Felices
los que son perseguidos por practicar la justicia,
porque
el Reino de los cielos les pertenece… (Mt 5,10-12).
Le
llamarán Nazareno
Cuando Herodes muere, José se levanta,
toma al niño y a su madre,
vuelve
a Palestina, y se establece en Nazaret, en la región de Galilea.
Galilea
de los paganos
es una región donde se mezclan las razas,
allí
los paganos lo contaminan todo, allí no hay templo.
Sin
embargo, es allí donde Jesús anuncia la Buena Noticia del Reino.
Nazaret es un pueblo
despreciado, de allí no sale algo bueno (Jn 1,46).
En
otras palabras, ser nazareno es lo mismo que ser “un don nadie”.
Por
eso, cuando Jesús vuelve a su pueblo de Nazaret,
va
a la sinagoga para enseñar, pero sus propios paisanos le rechazan:
¿De dónde le viene esta sabiduría y ese
poder de hacer milagros?
¿No
es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María?...
Sus paisanos se escandalizan y no le
reconocen
(Mt 13,53ss).
Para
ellos, ser Profeta no es compatible con la humildad de su familia.
¿Puede
un artesano como Jesús: enseñar… sanar… liberar…?
Lamentablemente,
miran y no ven, escuchan y no oyen
(Mt 13,13ss).
Lo
mismo sucede hoy, pues muchos de nosotros que tenemos título
y
alguna profesión, ¿nos dejamos
evangelizar por los pobres?
Habiendo cumplido su misión en Galilea,
Jesús viaja a Jerusalén.
Al ingresar a Jerusalén, la gente
pregunta: ¿Quién es éste?
La multitud contesta: Es el Profeta Jesús, de Nazaret (Mt 21,10s).
Luego, Jesús se lamenta de los líderes
religiosos de Jerusalén
que
buscan, por diversos medios, acabar con su misión y su vida:
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los
profetas y apedreas a los que
Dios te envía! ¡Cuántas veces quise
reunir a tus hijos como reúne
la gallina a sus pollitos bajo sus alas,
pero tú te negaste!
(Mt 23,37).
Traicionado por Judas Iscariote, Jesús es
azotado y muere crucificado:
Pilato mandó escribir un letrero y
ponerlo sobre la cruz,
que decía: Jesús de Nazaret, rey de los judíos (I.N.R.I) (Jn
19,19).
Después
un Joven anuncia esta Buena Noticia: Ustedes
buscan
a
Jesús el crucificado. No está aquí,
ha resucitado
(Mc 16,6s).
Estando
en Nazaret (5 de enero de 1964), el Papa Paulo VI dijo:
Nazaret
es la escuela del silencio, de la
meditación, de la vida
personal e interior, de la oración que
Dios solo ve secretamente.
Nazaret
es la escuela de vida familiar
que nos enseña: la sencillez,
la comunión de
amor, el carácter sagrado e inviolable
del matrimonio.
Nazaret
es la escuela del trabajo: Cristo nuestro
Señor es el modelo,
el hermano divino y el defensor de todos los
trabajadores.
J. Castillo A.
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